COMPARTIENDO EL EVANGELIO
Reflexiones de Monseñor Rubén Oscar Frassia
(Emitidas por radios de Capital y Gran Buenos Aires – ciclo 2014)
Domingo 9 de Noviembre de 2014 – JORNADA NACIONAL DEL ENFERMO
Dedicación de la Basílica de San Juan de Letrán
Evangelio según San Juan 2, 13-22 (Ciclo A)
Se acercaba la Pascua de los judíos. Jesús subió a Jerusalén y encontró en el
Templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas y a los cambistas
sentados delante de sus mesas.
Hizo un látigo de cuerdas y los echó a todos del Templo, junto con sus ovejas y
sus bueyes; desparramó las monedas de los cambistas, derribó sus mesas y dijo
a los vendedores de palomas: "Saquen esto de aquí y no hagan de la casa de mi
Padre una casa de comercio".
Y sus discípulos recordaron las palabras de la Escritura: El celo por tu Casa me
consumirá.
Entonces los judíos le preguntaron: "¿Qué signo nos das para obrar así?". Jesús
les respondió: "Destruyan este templo y en tres días lo volveré a levantar". Los
judíos le dijeron: "Han sido necesarios cuarenta y seis años para construir este
Templo, ¿y tú lo vas a levantar en tres días?". Pero él se refería al templo de su
cuerpo. Por eso, cuando Jesús resucitó, sus discípulos recordaron que él había
dicho esto, y creyeron en la Escritura y en la palabra que había pronunciado.
TEMPLOS VIVOS DEL ESPÍRITU SANTO
¿Por qué la Iglesia celebra hoy la dedicación a San Juan de Letrán? Porque es la
primera Iglesia de Occidente y es el centro de Roma. En aquella ciudad murieron
Pedro y Pablo, y allí se trasladó el centro de atención religiosa. Jesús nació en
Jerusalén. Israel, y Pedro y Pablo confesaron y dieron su vida en Roma. Esta
Iglesia, San Juan de Letrán, tiene dos patronos muy importantes: San Juan el
Bautista y San Juan Evangelista.
La idea del Templo, lugar del encuentro con Dios, con uno mismo y con todos el
Pueblo de Dios, no son las paredes sino el Espíritu que está presente en esos
lugares y nunca se reduce al sitio porque, cada uno de nosotros los bautizados y
confirmados, también somos templos del Espíritu Santo porque fuimos
bautizados y santificados; somos santos por la presencia de Dios.
Dios es luz, por eso no tenemos derecho a permanecer en las tinieblas y
nuestras obras no pueden ser de muertos sino de vivos, y nuestro compromiso
no puede ser superficial sino rotundo, concreto, real.
Pidamos al Señor darnos cuenta que tenemos que vivir de acuerdo al Espíritu de
Dios. Cristo ha edificado, Él es la piedra angular, es el Centro, Él tiene la
primacía y no hay otro fuera de Él. Este Cristo está unido al Padre y con el Padre
nos ha enviado al Espíritu Santo en Pentecostés, dando inicio a la Iglesia.
En ese Pentecostés, el Templo está sostenido por el Espíritu Santo. ¡Piedras
vivas, no piedras muertas! ¡Piedras calientes, no piedras frías! Que cada uno de
nosotros, cristianos, creyentes, podamos vivir de acuerdo al Espíritu que nos
anima, nos ayuda a sostenernos y anunciar a Dios que está vivo y no muerto.
Recordemos que somos Templos vivos del Espíritu Santo
Les dejo mi bendición: en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén