Lectio Divina: XXXIv Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclo A
Solemnidad. Jesucristo, Rey del Universo
Autor: P. Chuno Chávez Alva , C.M.
Vengan, benditos de mi Padre
LA PALABRA HOY: Exequiel 34,11-12.15-17; Salmo 22; 1 Corintios 15,20-26ª.28;
Mateo 25,31-46
Ambientación: Rostros de pobres, rodeando un rostro de Jesús
Cantos sugeridos: Tu Reino es vida- Con nosotros está y no le conocemos
Ambientación
Llegamos al final del año litúrgico con la fiesta de Jesucristo, Rey del Universo. En
el Evangelio, Jesús es rey y juez, que como el pastor que separa a las ovejas de los
cabritos, en su venida al final de los tiempos juzgará según el amor que cada uno
ha mostrado con los más pequeños. El destino de los benditos del Padre es la vida
eterna, inaugurada por Cristo con su resurrección.
Oración inicial
Cristo Rey…
Reinas desde la cruz, derramando tu sangre por nosotros…
reinas en la verdad y la justicia…
reinas en amor total hasta dar la vida por los demás…
reinas en la sencillez y humildad de la fidelidad…
reinas en el amor incondicional…
reinas en el amor gratuito y desinteresado…
reinas en el perd￳n y la misericordia…
reinas en la sencillez y confianza de un ni￱o…
reinas en la entrega desinteresada a los demás…
reinas en los que son perseguidos por causa del bien…
reinas en los que te dan a conocer y anuncian tu Buena Nueva…
reinas en los que saben esperar contra toda esperanza…
reinas en los que hacen de tu Palabra su estilo de vida…
reinas en los que buscan el reinado de Dios…
reinas en los que tienen a Dios como Padre…
reinas en los que viven como hijos de Dios…
reinas en los que muestran tu proyecto de amor en sus vidas…
reinas en los que viven por y para ti. Amén
I. Lectio: ¿Qué dice el texto? – Mateo 25, 31-46
Motivación: Escucharemos el grito de Jesús a toda la humanidad: ocúpense de
los que sufren, cuiden a los pequeños. La vida será construida, según Dios,
liberando a las gentes del sufrimiento, generando compasión hacia los débiles. Son
las actitudes que definen el reinado de Dios.
1. Proclamar el texto en voz alta (todos de pie).
2. Cada uno puede leer en voz alta el versículo que más le llamó la atención
(sentados).
Preguntas para la lectura:
¿Qué imágenes se utilizan para describir el juicio final? ¿Quién es el juez?
¿Cuál es el criterio que utiliza el rey para separar a unos de otros?
¿A qué comportamientos se refiere Jesús y qué es lo que tienen en común?
¿Cómo reaccionan los que reciben la sentencia?
¿Cuál es la respuesta de Jesús?
Otros textos bíblicos para confrontar: Daniel 7,13-14; Salmo 72,1-4.12-14 .
II. Meditatio: ¿Qué me dice? ¿Qué nos dice el Texto?
Motivación: Jesucristo se manifiesta como le rey universal que, rodeado de gloria,
enfrenta a cada uno con las actitudes que conforman su vida. Jesucristo se
manifiesta también encarnado en cada ser humano que sufre necesidad. La Palabra
de Dios nos invita a salir de nuestro adormecimiento mirando al futuro, en el
horizonte del juicio, y viviendo el presente, comprometidos con los hermanos más
pequeños de Jesús.
Cuando lo hicieron con uno de estos mis hermanos más pequeños. ¿Dónde reina
Jesús? ¿Desde dónde reinaremos con él?
¿Cuándo te vimos hambriento o sediento, forastero o desnudo, enfermo o en la
cárcel?: ¿cómo nos compromete HOY el evangelio que hemos leído?
Como el pastor separa a las ovejas de los cabritos… ¿Qué nos sugiere el pasaje
sobre el juicio final?
Miremos nuestra comunidad: ¿tenemos gestos de solidaridad y de amor
concretos para los miembros sufrientes de la Iglesia?
Luego de un tiempo de meditación personal, compartimos con sencillez nuestra
reflexión, lo que el texto ME dice a mi propia realidad y situación personal.
III. Oratio: ¿Qué le digo al Señor motivado por su Palabra?
Motivación: La Palabra de Dios ha iluminado nuestra esperanza y nos ha
estimulado a vivir comprometidos con los más necesitados. Le pedimos al Señor de
nuestras vidas que grabe en nosotros su imagen para que seamos capaces de verle
y amarle en cada hermano que camina a nuestro lado.
Luego de un tiempo de oración personal, podemos compartir en voz alta nuestra
oración, siempre dirigiéndonos a Dios mediante la alabanza, la acción de gracias
o la súplica confiada.
Se puede, también, recitar el salmo responsorial que corresponde a este
doming o (Salmo 22).
IV. Contemplatio: ¿Qué me lleva a hacer el texto?
Motivación: Una vez más san Vicente contempla a Jesús en su manera de servir a
los pobres.
¿No son los pobres los miembros afligidos de nuestro Señor? ¿No son hermanos
nuestros? Y si los sacerdotes los abandonan, ¿quién quieren que les asista? De
modo que, si hay algunos entre nosotros que crean que están en la Misión para
evangelizar a los pobres y no para cuidarlos, para remediar sus necesidades
espirituales y no las temporales, les diré que tenemos que asistirles y hacer que les
asistan de todas las maneras, nosotros y los demás, si queremos oír esas
agradables palabras del soberano Juez de vivos y de muertos: “Venid, benditos de
mi Padre; poseed el reino que os está preparado, porque tuve hambre y me disteis
de comer; estaba desnudo y me vestisteis; enfermo y me cuidasteis”. Hacer esto es
evangelizar de palabra y de obra; es lo más perfecto; y es lo que nuestro Señor
practicó… (XI, 393)
Compromiso:
Realizar de manera personal y comunitaria alguna de las obras de
misericordia propuesta por el Señor en el evangelio de hoy.
Oración final
Señor Jesús,
Danos la gracia de verte presente
en todo aquel que sufre o padece necesidad.
Derrama sobre nosotros tu Espíritu Santo
para ser sensibles ante el dolor ajeno,
sabiendo que Tú estás en los que sufren,
en los que experimentan el dolor y la carencia,
que padeces con el que experimenta la cruz,
para que viéndote en esas personas,
seamos consuelo y fortaleza para ellos.
Danos la gracia de ser sensibles y solidarios
asumiendo tus mismas actitudes y disposiciones,
dando todo de nosotros para consolar y apoyar
a los que nos rodean, como Tú lo has hecho en tu época
y lo sigues haciendo hoy por medio de nosotros,
cada vez que actuamos con tus mismos sentimientos.
Que así sea.
Con permiso de somos.vicencianos.org