I Domingo de Adviento, Ciclo B
Julio César Villalobos, C.M
El cristiano vigilante
Hoy, querido hermano y hermana, empezamos un nuevo año litúrgico con un
tiempo especialmente hermoso, como es el tiempo de Adviento.
¿Alguna vez le has “retado” a Dios?, ¿c￳mo te sentiste?, ¿qué le dijiste?, ¿por qué
lo hiciste? Isaías, en la primera lectura (IS.63,16b-17.19b; 64,2b-7), empieza
reconociendo quién es Dios: “Tú, Se￱or, eres nuestro Padre…te invocamos como
nuestro redentor”. En este tiempo de adviento, tiempo de esperanza y de firmeza
en la fe, estamos llamados a reconocer con nuestra vida la presencia de Dios, y
cómo este Dios en quien creemos viene como el único Salvador.
Pero a veces podemos haber retado a Dios quizás con nuestra desidia, nuestra falta
de fe en un Dios que sí se interesa por sus hijos: “Se￱or, ¿por qué permites que
nos desviemos de tus caminos y endureces nuestro corazón para que no te
respetemos?”. Pero la tarea del cristiano será reconocer que Dios no hay Dios fuera
de él, que siempre será nuestro Padre, que él será el único alfarero de nuestra vida
para poder moldearla a su querer: “tú eres nuestro Padre, nosotros la arcilla y tú el
alfarero, somos todos obra de tu mano”.
Hay, en nuestra vida de fe, una promesa de salvación muy especial, que recoge
bellamente Pablo en la 2da lectura: “Él los mantendrá firmes hasta el final”
(1Cor.1,3-9). Ante la venida del Señor, él mismo nos mantiene firmes, pero pide de
nosotros también fidelidad. Nos pide que vivamos en comunión con Jesús. Es que
“separados de él, no podemos hacer nada” (Jn15,5).
Jesús es muy claro con los discípulos, cuando les hace recordar de cuán
importantes es estar en actitud de vigilancia: “Estén despiertos y vigilantes: pues
no saben ustedes cuándo llegará el momento…Lo que le digo a ustedes se lo digo a
todos: estén vigilantes” (Mc.13,33-37).
El que vigila, ¿qué actitud puede tener?: firmeza en su espera, apertura a lo nuevo
o a aquello que parezca peligroso, la duda no le invade, cuida a otros de algún
ataque que pueda haber del enemigo, siempre obedece a lo que se le pide, etc.
En este tiempo de adviento, ¿podemos ser vigilantes?, ¿aceptamos ese reto?
Empezamos entonces un camino juntos. Tenemos una motivación: Cristo viene!!!
Por tanto preparémonos con gozo y esperanza, pero también firmes en la fe.
Fuente: Somos.vicencianos.org (con permiso)