Cuarta semana de Adviento
LUNES
22 de diciembre
El cántico profético de la Madre
Lucas 1,46-56
Y dijo María: “Engrandece mi alma al Se￱or y mi espíritu se alegra en Dios mi
Salvador”
El evangelio que leímos ayer todavía no ha terminado. A las palabras de Isabel,
responde María con otro himno inspirado por el Espíritu Santo que anuncia
proféticamente la obra del Salvador, lo conocemos con el título de “Magníficat”.
Retomemos el texto, tratando de descubrir sus fundamentos, su contenido y su
itinerario oracional preguntando:
¿En qué se basa el Magníficat? ¿Cúal es su fuente de inspiración?
¿Qué canta María? ¿Cuál es el núcleo de su contenido?
¿Cómo lo canta? ¿Cómo se desarrolla?
1. ¿En qué se basa el Magnificat?
Lucas nos muestra que el cántico de María no es resultado de un simple
momento de emoción sino que viene de un largo proceso de toma de
conciencia de conciencia vivido primero a partir del encuentro consigo misma
en el silencio y luego por medio de la voz inspirada de Isabel.
Observemos que el cántico es en última instancia la respuesta de María a la
primera palabra que le dirigi￳ el Ángel: “ ¡Alégrate! ” (1,28). Después de
pasado un tiempo, durante la visión, Isabel le recordó con otros términos la
primera palabra del Ángel: “ ¡Tú eres feliz! ” (1,45). En este momento,
después de todo este proceso de maduración interna, es la misma María quien
lo va a decir: “¡Me alegro en Dios mi Salvador!” (1,47).
Así el “magníficat” es un canto que nace de un coraz￳n agradecido con Dios,
de un corazón atento a la voz y a la acción de quien le ha dicho que la ama
profundamente. Uniendo en su voz salmos y cánticos del Antiguo
Testamento, y poniendo la mirada en la extraordinaria novedad de Dios en
este nuevo tiempo, María puede ahora expresar la síntesis que ha elaborado
en su corazón orante.
2. ¿Qué canta María?
El tema central del Magnificat es Dios : “ Engrandece mi alma al Señor
(1,46). Él ha sido el protagonista de todo lo que ha sucedido hasta el
momento y de todo lo que vendrá después.
Teniendo como referencia su experiencia personal, María da una mirada
retrospectiva a la obra de Dios en la Historia de la Salvación. Con este himno
proclama pues, su grandeza del Dios de la historia, a quien se le reconoce por
su:
santidad,
poder,
misericordia,
fidelidad.
María comprende ahora, porque lo experimenta dentro de ella misma, el por
qué de todos estos atributos. Ella se colocó en el lugar justo para comprender
a Dios, el Dios de los humildes (1,48; 10,21).
3. ¿Cómo lo canta?
María entona su canción inspirada proclamando la obra de Dios (1) en ella, (2)
en el mundo, (3) en el pueblo de Israel.
(1) La obra de Dios en ella (1,16-49a)
El Dios a quien reconoce grande en su santidad, poder, misericordia y
fidelidad, es también su “Salvador”. Y lo ha sido poniendo sus ojos en su
humildad de esclava, amándola en esa situación, y haciendo maravillas en
ella: el poder creador que la ha hecho madre el Señor (ver 1,35).
Esto la impulsa a profetizar: “ Desde ahora todas las generaciones me
llamarán feliz ”. Isabel fue la primera en hacerlo y, bien lo sabemos, la
profecía salida de sus labios se ha cumplido hasta hoy.
(2) La obra de Dios en el mundo (1,49b-53)
Alzando su mirada contemplativa sobre la humanidad, María ve cómo Dios
cambia su situación por el poder de su brazo.
En primer lugar, como que se renueva la imagen envejecida de un Dios lejano
y estático: el “Santo”, Dios en su trascendencia, es también el
“Misericordioso”, con un corazón cercano al hombre, capaz de conmoverse y
sufrir con él. Saborea su misericordia aquél que lo teme, es decir, quien está
abierto sin resistencias a su Palabra, que busca sus caminos.
En segundo lugar, María, pequeña entre los pequeños, se presenta como uno
de estos pequeñitos de la historia, que desde su vivencia de la misericordia
está en condiciones de proclamar el “revolc￳n” que introduce el poder
liberador de Dios, “ la fuerza de su brazo ” (imagen significativa que nos
remite al Éxodo):
A los soberbios, orgullos, presumidos y autosuficientes, que están en el
polo opuesto al temor de Dios, los dispersa .
A los que construyen su proyecto de vida basándose en el poder y la
fuerza humana, los derriba. Por el contrario exalta al humilde.
A los que apoyan su vida en los bienes materiales, que ponen la confianza
de su vida en la propia riqueza, los despide sin nada . En cambio asiste a
los hambrientos, a quienes la mala distribución de los bienes de la tierra
marginó.
Contemplando críticamente la realidad humana y sus desgracias, María
proclama que el poder de Dios es más fuerte que las maquinarias que
oprimen la sociedad provocadora del hambre y de la desigualdad.
La escala de valores y la distribución de los roles que hoy vemos y que tanta
desazón nos causa, no es la definitiva, ya que Dios tiene la última palabra
sobre la historia y construye con su Palabra un nuevo tejido de relaciones
basado en la fraternidad, la justicia y la solidaridad (ver los primeros capítulos
de los Hechos de los Apóstoles).
Se trata, entonces, de una visión global de la obra del Evangelio, porque
María hace referencia justamente a tres de los puntos con los cuales choca
Jesús en su ministerio.
(3) Una visión amplia de la historia de Salvación (1,54-55)
María está consciente de que está contemplando el vértice de la historia, una
historia en la que Dios ha caminado como compañero fiel de su pueblo
escogido.
Signo concreto de su amor fiel es que ahora cumple la antigua promesa hecha
a Abraham. La palabra de la promesa, ha sido hilo conductor en todo el
Antiguo Testamento, y se cumple a través de la obra comenzada ahora en
María: la Encarnación.
Anticipándonos al final del Evangelio, podemos decir que lo mismo que
Abraham, también María pasó por la prueba de la fe y salió victoriosa: hoy la
obra sigue adelante, su hijo Jesús es el último y definitivo sucesor de David
(ver 1,32-33), Señor y Salvador, en él se cumple la promesa de la bendición
(ver Génesis 12,1-3) que, al fin y al cabo, es el don de la plenitud de vida.
Cultivemos la semilla de la Palabra en lo profundo del corazón:
1. A la luz del cántico de María, ¿Qué relaci￳n hay entre “oraci￳n” y “vida”?
¿Qué elementos del cántico nos ayudan caracterizar la espiritualidad de una
persona que quiere vivir su fe comprometida con su realidad?
2. ¿Cuáles son los momentos del cántico de María? ¿Qué caracteriza cada
uno? ¿Qué lección nos da María para nuestros momentos de oración?
3. ¿Qué valor tiene orar por las tardes con las mismas palabras de María? ¿Cómo
recoge y expresa lo que se vive a lo largo de una jornada?
4. ¿Qué me ense￱a el cántico de María cuando dice que Dios es “mi Salvador”?
¿Qué relación tiene con la navidad y con el misterio pascual?
“[María] no atribuye nada a sus méritos, sino que remite toda su grandeza al
don de Aquel que, siendo poderoso y grande por naturaleza, transforma a sus
fieles, de peque￱os y débiles, en grandes y fuertes” (Beda el Venerable)
Padre Fidel Oñoro CJM