Lectio Divina: III Domingo de Adviento, Ciclo B.
Autor: P. Chuno Chávez Alva , C.M.
Testigo de la luz
LA PALABRA HOY: Isaías 61,1-2.10-11; Lc 1,46-50.53-54; 1 Tesalonicenses 5,16-
24; Juan 1,6-8.19-28
Ambientación: Corona de adviento, 3ª vela encendida; una biblia abierta y una
vela grande.
Cantos sugeridos: Ven, ven Señor no tardes; Un pueblo camina por el mundo
Ambientación
Este tercer domingo de Adviento, nos empuja a vivir con alegría. Todavía no es la
alegría desbordante de la Navidad, pero sí es la alegría propia de quienes saben
que con Jesucristo sus vidas pueden cambiar, y este mundo puede ser distinto. Que
la espera del Señor nos haga estar siempre atentos y a la escucha de su Palabra
mientras nos disponemos para recibirle.
Oración inicial
Se hace breve, oh Cristo,
el tiempo que falta a tu venida.
Sólo el temor de no reconocerte
nos hace hoy detenernos a suplicar:
Purifica nuestro corazón para encontrarte,
abre nuestras manos para socorrerte,
ensancha nuestro amor para amarte.
En todos aquellos a los que vendrás en primer lugar
como consolador y Salvador:
los pequeños de la tierra,
los olvidados de todos,
los que urgen con sus lágrimas tu retorno.
Y aviva esta alegría nuestra,
pues Tú llevarás a término para gloria del Padre
las horas que aún faltan para tu encuentro. Amén.
I. Lectio: ¿Qué dice el texto? – Juan 1,6-8.19-28
Motivación: La venida del Señor tiene precursores, mensajeros que van por
delante allanándole el camino. Esa fue la misión de Juan Bautista, cuya presencia
en medio de Israel hace presentir ya próxima la llegada de Cristo. Él no es el
Mesías esperado, sino sólo una voz que clama para que todos se preparen a acoger
la luz que llega con Jesús.
1. Proclamar el texto en voz alta (todos de pie).
2. Cada uno puede leer en voz alta el versículo que más le llamó la atención
(sentados).
Preguntas para la lectura:
6-8: ¿Qué se dice de Juan en estos versículos? ¿Cuál es su función respecto a
Jesús?
20-22: ¿Con qué personajes tratan los fariseos de identificar al Bautista? ¿Cómo
responde Juan a cada una de sus preguntas?
23-27: Juan se identifica. ¿De qué manera lo hace? ¿Con quién se identifica?
¿Qué dice esa “voz”?
Otros textos bíblicos para confrontar: Isaías 61, 1-11 .
II. Meditatio: ¿Qué me dice? ¿Qué nos dice el Texto?
Motivación: Juan es sólo una “voz” que clama. Conoce sus carencias y sabe que
sólo Jesús puede llenarlas. Por eso es una figura tan importante en el Adviento y
puede ayudarnos a vivir este tiempo de espera ahondando nuestro deseo de que el
Señor se haga presente en medio de nosotros.
¿Cómo puedo aprovechar este tiempo de Adviento para conocer mejor a Jesús y
relacionarme con él de un modo más personal y cercano?
¿Qué testimonio debo dar para que lo que anuncie sea creíble para quienes me
rodean?
¿Qué significa hoy, para mí ser “testigo de la luz”? ¿Qué situaciones de
oscuridad me gustaría iluminar? ¿Cómo?
Luego de un tiempo de meditación personal, compartimos con sencillez nuestra
reflexión, lo que el texto ME dice a mi propia realidad y situación personal.
III. Oratio: ¿Qué le digo al Señor motivado por su Palabra?
Motivación: El adviento ha de vivirse en clima de oración porque lo que esperamos
sólo puede ser pedido humildemente y recibido como un don.
Luego de un tiempo de oración personal, podemos compartir en voz alta nuestra
oración, siempre dirigiéndonos a Dios mediante la alabanza, la acción de gracias
o la súplica confiada.
Se puede, también, recitar el Cántico de María que corresponde a este domingo.
IV. Contemplatio: ¿Qué me lleva a hacer el texto?
Motivación: Juan conoció el secreto del Adviento: Centró toda su vida en la venida
de Jesús. “Yo no soy el Cristo. Otro viene después de mí. El debe crecer. Yo debo
disminuir.. El sabía que su vocación era preparar el camino del Señor.
“También es un acto de caridad alegrarse con los que se alegran. Ella nos hace
entrar en los motivos de su alegría. Nuestro Señor ha querido con sus máximas
hacer que seamos una sola cosa espiritualmente en la alegría y en la tristeza;
desea que entremos en los sentimientos de todos los demás. El evangelio de san
Juan nos cuenta que el bendito precursor, hablando de sí y de Jesucristo, decía que
el amigo del esposo se llena de alegría al oír su voz. “Mi gozo, exclamaba, ya se ha
cumplido; es preciso que él crezca y que yo mengüe”. Alegrémonos también
cuando oigamos la voz de nuestro prójimo que se alegra, ya que nos representa a
nuestro Señor; alegrémonos de sus éxitos y de que nos supere en el honor y el
aprecio del mundo, en talento, en gracia y en virtudes. Así es como hemos de
entrar en estos sentimientos de alegría.”
Un buen Adviento nos ayudará a ver que Dios quiere abrir nuestras mentes y
nuestros corazones para “Preparar el camino del Señor” (Mc 1, 3). (Mensaje de
Adviento 2014, P. Gregorio, Superior General CM)
Compromiso:
Personal: en mi oración, examinar cómo estoy viviendo mi vocación de
ser “testigo de la luz”.
En nuestro grupo, familia, comunidad: realizar alguna obra de caridad
que sea un reflejo de la luz y del amor del Señor.
Oración final
Gracias, Señor,
por enviarnos mensajeros delante de Ti.
Así como enviaste a Juan, el Bautista.
que te abriera camino,
hoy somos conscientes que
después de tantos años
podemos creer en ti,
porque hubo muchos mensajeros
que llevaron tu luz a los demás.
Te pedimos que, así como nos das la luz,
también nos des la fuerza de caminar en la luz.
Y muy especialmente te pedimos
que nos enseñes a conducir
a nuestros hermanos a tu luz verdadera.
Con permiso de somos.vicencianos.org