Palabra de Dios
para alimentar tu día
Fr. Nelson Medina F., O.P
Ciclo B, Fiesta de la Sagrada Familia
Lecturas de la S. Biblia
Temas de las lecturas: El que teme al Señor honra a sus padres * Dichosos los
que temen al Señor y siguen sus caminos. * La vida de familia vivida en el Señor *
El niño iba creciendo y se llenaba de sabiduría
Textos para este día:
Eclesiástico 3,2-6.12.14:
Dios hace al padre más responsable que a los hijos y afirma la autoridad de la
madre sobre su prole. El que honra a su padre expía sus pecados, el que respeta a
su madre acumula tesoros; el que honra a su padre se alegrará de sus hijos y,
cuando rece, será escuchado; el que respeta a su padre tendrá larga vida, al que
honra a su madre el Señor lo escucha. Hijo mío, sé constante en honrar a tu padre,
no lo abandones mientras vivas; aunque chochee, ten indulgencia, no lo
abochornes mientras vivas. La limosna del padre no se olvidará, será tenida en
cuenta para pagar tus pecados.
Salmo 127:
Dichoso el que teme al Señor / y sigue sus caminos. / Comerás del fruto de tu
trabajo, / serás dichoso, te irá bien. R.
Tu mujer, como parra fecunda, / en medio de tu casa; / tus hijos, como renuevos
de olivo, / alrededor de tu mesa. R.
Ésta es la bendición del hombre / que teme al Señor. / Que el Señor te bendiga
desde Sión, / que veas la prosperidad de Jerusalén / todos los días de tu vida. R.
Colosenses 3,12-21:
Hermanos: Como elegidos de Dios, santos y amados, vestíos de la misericordia
entrañable, bondad, humildad, dulzura, comprensión. Sobrellevaos mutuamente y
perdonaos, cuando alguno tenga quejas contra otro. El Señor os ha perdonado:
haced vosotros lo mismo. Y por encima de todo esto, el amor, que es el ceñidor de
la unidad consumada. Que la paz de Cristo actúe de árbitro en vuestro corazón; a
ella habéis sido convocados, en un solo cuerpo. Y sed agradecidos. La palabra de
Cristo habite entre vosotros en toda su riqueza; enseñaos unos a otros con toda
sabiduría; corregíos mutuamente.
Cantad a Dios, dadle gracias de corazón, con salmos, himnos y cánticos inspirados.
Y, todo lo que de palabra o de obra realicéis, sea todo en nombre del Señor Jesús,
dando gracias a Dios Padre por medio de él.
Mujeres, vivid bajo la autoridad de vuestros maridos, como conviene en el Señor.
Maridos, amad a vuestras mujeres, y no seáis ásperos con ellas. Hijos, obedeced a
vuestros padres en todo, que eso le gusta al Señor. Padres, no exasperéis a
vuestros hijos, no sea que pierdan los ánimos.
Lucas 2,22-40:
Cuando llegó el tiempo de la purificación, según la ley de Moisés, los padres de
Jesús lo llevaron a Jerusalén, para presentarlo al Señor, [de acuerdo con lo escrito
en la ley del Señor: "Todo primogénito varón será consagrado al Señor", y para
entregar la oblación, como dice la ley del Señor: "un par de tórtolas o dos
pichones."
Vivía entonces en Jerusalén un hombre llamado Simeón, hombre justo y piadoso,
que aguardaba el consuelo de Israel; y el Espíritu Santo moraba en él. Había
recibido un oráculo del Espíritu Santo: que no vería la muerte antes de ver al
Mesías del Señor. Impulsado por el Espíritu, fue al templo. Cuando entraban con el
niño Jesús sus padres para cumplir con él lo previsto por la ley, Simeón lo tomó en
brazos y bendijo a Dios diciendo: "Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a
tu siervo irse en paz. Porque mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has
presentado ante todos los pueblos: luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu
pueblo Israel." Su padre y su madre estaban admirados por lo que se decía del
niño. Simeón los bendijo, diciendo a María, su madre: "Mira, éste está puesto para
que muchos en Israel caigan y se levanten; será como una bandera discutida: así
quedará clara la actitud de muchos corazones. Y a ti, una espada te traspasará el
alma."
Había también una profetisa, Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser. Era una
mujer muy anciana; de jovencita había vivido siete años casada, y luego viuda
hasta los ochenta y cuatro; no se apartaba del templo día y noche, sirviendo a Dios
con ayunos y oraciones. Acercándose en aquel momento, daba gracias a Dios y
hablaba del niño a todos los que aguardaban la liberación de Jerusalén.]
Y cuando cumplieron todo lo que prescribía la ley del Señor, se volvieron a Galilea,
a su ciudad de Nazaret. El niño iba creciendo y robusteciéndose, y se llenaba de
sabiduría; y la gracia de Dios lo acompañaba.
Homilía
Temas de las lecturas: El que teme al Señor honra a sus padres * Dichosos los
que temen al Señor y siguen sus caminos. * La vida de familia vivida en el Señor *
El niño iba creciendo y se llenaba de sabiduría
1. Una Familia Sagrada
1.1 A veces un sencillo cambio en el orden de las palabras nos ilumina un aspecto
de las cosas que no habíamos visto. Hoy celebramos a una familia "sagrada", y,
desde luego, lo primero que preguntamos es: "¿que no eran sagradas todas las
familias?", a lo cual Dios nos respondería prontamente: "¡Por supuesto! Tal es mi
designio, tal es mi deseo, tal es mi plan para el mundo".
1.2 La familia es sagrada porque nace de Dios. Es anterior al Estado y a sus leyes,
y por supuesto, va primero que los acuerdos entre los mismo Estados o las
conveniencias de las empresas o asociaciones humanas. De Dios viene toda
paternidad, nos enseña Pablo (Ef 3,15). Dar origen a la vida humana es asemejarse
demasiado a Dios, y por ello es preciso que la paz, la bondad y la sabiduría de Dios
abunden allí donde ya se hizo presente su magnífico poder.
2. Honra a tu Padre
2.1 Este mandamiento realmente despierta muchas preguntas. ¿Cómo es posible
honrar a un papá que ha sido irresponsable, o injusto, o cruel, o que simplemente
ha desaparecido huyendo se sus responsabilidades mínimas? Para responder
necesitamos algunos criterios bíblicos.
2.2 Ante todo, la Escritura jamás nos invita o permite que sea honrado lo que
ofende a Dios. Honrar al papá no es celebrar lo que él es simplemente porque él lo
es. Este mandamiento, como todos, por lo demás, requiere de nosotros luz, y
discernimiento.
2.3 Así como la Iglesia ha sostenido que existe el principio de la "defensa propia"
que da un matiz particular al mandamiento de no matar, así también en la honra al
padre y a la madre se entiende el deber previo de descubrir qué hay en ellos que
sea digno de honra. Esto no disminuye nuestro deber sino que lo aquilata, porque
puesto como un enunciado general nos está indicando que siempre hay algo
honorable, algo que pide reverencia y gratitud en aquellos que nos han dado algo
que no podemos retornarles de ningún modo.
2.4 Así que, aunque en todo lo demás fallaren, es claro que en el misterio de ser
instrumentos de la vida hay siempre un misterio de donación en que Dios se ha
hecho presente, y por tanto requiere nuestra gratitud y honra.
3. La Familia en el Pensamiento de San Pablo
3.1 La segunda lectura de hoy nos ayuda a situar la vida de familia en el conjunto
del mensaje cristiano.
3.2 Lo primero es que cada miembro de la familia se reconozca como "elegido" por
Dios, sumergido en la gracia, bañado por el perdón, fortalecido en la paz, iluminado
por la Palabra, lleno de motivos de gratitud y gozo. Sin esta base, la familia será
pacto de intereses no santuario del amor divino.
3.3 Otro modo de decir esto es: en la medida en que reconocemos que la gracia
nos hermana en Dios y nos hace familia de Dios, llegamos a ser familia humana. No
pensemos entonces que la sola intensidad de los sentimientos, así se trate de
sentimientos muy poderosos de pareja o de paternidad, basta: todo lo humano
necesita ser sanado, y todo lo que ha de ser sanado ha de serlo en Cristo Jesús.
3.4 Sobre esta base se comprende que en la familia hay un misterio de
complementariedad que es propio de la vida cristiana entera. Los deberes y
derechos, aunque Pablo no utiliza esa terminología en su Carta, tienen un doble
referente. En primer lugar, hacia adentro, lo que cada uno tiene de propio y
peculiar, esto es: la mujer es mujer, y el hombre es hombre; el papá es papá, y el
hijo es hijo. No son "seres humanos" abstractos, idealmente igualados por un
concepto racional, sino historias particulares que Dios conoce bien y desde dentro.
Lo que les hermana no es una naturaleza abstracta expresada en derechos ante
una ley positiva, sino la condición de creaturas amadas, pecadoras y redimidas.
3.5 El segundo referente en el pensamiento de Pablo es un destino común que
sobrepasa lo que cada uno puede lograr por su lado. El gran criterio no es la
felicidad de un hombre rodeado de despotismo y egoísmo; no es tampoco la
complacencia de una mujer que ha logrado su realización como esposa y como
madre y así se siente bien consigo misma. El criterio que en últimas da dirección a
todo se condensa en expresiones como"eso lo quiere el Señor"; "eso es agradable
al Señor."
3.6 ¿Qué es la familia, según este profundo planteamiento del apóstol? Es la
expresión del amor cristiano sanando, bendiciendo y fecundando los orígenes
mismos de la vida humana.
4. La infancia de Cristo
4.1 El evangelio nos invita a asomarnos, aunque como de lejos, a la vida de
Nazareth. ¿Qué pasó con Jesús durante esos años? La curiosidad o también un
sentimiento intenso de devoción nos llevan a preguntarlo. Y las respuestas no han
faltado. Ya desde antiguo circularon manuscritos que contaban cosas llenas de
ternura o de espectacularidad, y que pretendían dar detalles soble la vida oculta del
Hijo de Dios. Muchos hemos oído historias como la del niño Jesús haciendo avecillas
de barro y convirtiéndolas luego en pájaros de verdad.
4.2 La Iglesia Católica no ha sido muy entusiasta de esa clase de relatos, ni siquiera
cuando parecen llenos de respeto y de piedad. En ellos suele destacarse un
lenguaje que va negando más y más la humanidad de Cristo y que depende más de
nuestra fantasía o de aquellos poderes que a nosotros nos hubiera gustado tener.
Lo que nos salva, sin embargo, no es nuestra fantasía, ni la belleza que le
queramos poner a Cristo. Más bien: fue su anonimato, su anonadarse, lo que
mayor bien nos hizo, y así lo predica san Lucas, y así lo ha enseñado la gran
tradición de la Iglesia.