Quebrar tabúes
El Papa Francisco nos está acostumbrando a quebrar en sus manos, tabúes casi a diario.
Los dogmatismos, los fundamentalismos, las miopías humanas nos han hecho mucho
mal. La sexualidad reducida a tabú, se convierte en campo minado por victimarios y
para víctimas inocentes que reducen la conciencia al escrúpulo. La exclusión de grupos
minoritarios por su orientación ideológica en materia de relaciones y convivencia,
fueron estigmatizados con un rechazo global en la sociedad.
Son las culturas, las religiones, las leyes las que definen lo prohibido y el marco de
frontera a donde se puede llegar. Jesús encontró un mundo de tabúes en su propia
cultura y en la religión de su pueblo. De los seiscientos trece mandamientos del Antiguo
Testamento, trescientos sesenta y cinco son prohibitivos. Un NO rotundo, sin
contemplaciones, los definen. Y Jesús, en franco rechazo, los confronta.
Tocar un leproso (leproso es todo excluido), mirar una mujer, respetar a un niño, siguen
siendo tabúes en la cultura contemporánea. Algunos códigos, en lugar de traducir que
Jesús “sintió compasión”, leen: “Airado”. No es para menos. Y es que la solución que
se busca no es tanto curar o liberar, sino ¡Alejar! ¡Tantos mecanismos para alejar a
quienes contrarían nuestras sinrazones y egoísmos concentrados!
Jesús es Maestro en derribar muros, fronteras, derruir prejuicios, pulverizar tabúes. Una
palabra basta para estar a su medida: “Limpiar”. “Quiero, queda limpio” y entró en
contacto con él. La humanidad entera revivió en sus entrañas la novedad que irrumpía
en este gesto, signo y salvación. Es tarea hoy para todas las religiones, culturas:
Encuentro, cercanía, respeto, aceptación del otro, de la otra desde su diferencia.
Cochabamba 15.02.14
jesús e. osorno g. mxy
jesus.osornog@gmail.com