Pobre tentación
“Dios tiene un camino virgen para cada persona”. Habrá que distinguir entre el camino
y la novedad del camino. El camino se confunde con el caminante. Es un pobre ser
humano que trasiega en el lodo de su pobreza, pequeñez, debilidad. Lo humano se
define por la pobreza. Pero podemos revestirla de dignidad dándole el tinte apasionante
de la inquietud, de la pregunta que nos cuestiona y derrumba nuestros cálculos.
Frente a Dios somos tan peque￱os y tan vacíos…para reivindicarnos ante Él, partimos
de la confesión de nuestra pobreza radical. Jesús parte de esta pobreza para iniciar la
aventura sangrante de la salvación. Jesús es el pobre. El diablo es el rico y trata de
impedir la pobreza de Jesús. De ahí parte la pobre tentación. Quiere impedir a toda costa
la debilidad absoluta de Jesús.
Las tentaciones con las cuales el diablo quiere poner zancadillas a Jesús, parten de un
principio simple: “Un sondeo a la seriedad y grandeza de su humanidad”. Es la
pequeñez de Jesús, su pobreza, lo que el diablo quiere pulverizar. Y le ofrece la
abundancia, el aplauso, el poder, el exhibicionismo. Y todo, a cambio de la pérdida de
su libertad, de su misión que es su “riqueza espiritual”.
Toda tentaci￳n hace eco a aquella rebeli￳n: “Seréis como dioses”. Y lo vamos
repitiendo en variadas formas y signos, a través de altavoces que proclaman nuestra
debilidad y abatimiento, pues, al fin de cuentas, es postración y grito desalmado de
nuestra pequeñez. Toda tentación es negación de la verdad del ser humano, de sus
relaciones fraternas, de su convivencia ambiental, espiritual, familiar. Jesús nos da la
respuesta y la seguridad en la lucha.
Cochabamba 22.02.15
jesús e. osorno g. mxy
jesus.osornog@gmail.com