DOMINGO FIESTA DE PENTECOSTÉS - MAYO 24 DE 2015
PENTECOSTÉS: INICIO DE LA LUCHA.
Cuando se menciona al Espíritu Santo normalmente los feligreses piensan
en la Trinidad, en un ser desconocido pero querido, en una paloma, en el
fuego, en las llamas, en Pentecostés, en un problema numérico (tres
personas distintas y un sólo Dios verdadero). No ayuda lo suficiente la
representación poco artística de un padre anciano venerable por su barba
blanca con su hijo más bien joven, cargando la cruz y el Espíritu Santo en
forma de paloma en medio pero por encima de los dos. ¿Con estos
símbolos cómo se explica el Espíritu Santo como tercera persona; o
nuestro ser cristiano en la Trinidad? No es menor la dificultad de hablar de
la Trinidad separando al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo; de otra parte
normalmente en los símbolos de la Trinidad no hay gente. Desde la casa
nos enseñaron que invocáramos al Espíritu Santo antes de los exámenes
para que nos recordara lo sabido o nos soplara lo no estudiado. Pero más
grave que lo nuestro es la respuesta dada a pablo cuando les preguntó a
los cristianos de Éfeso si habían recibido el Espíritu Santo al abrazar la fe:
“no sabíamos que había Espíritu Santo; porque no habían recibido sino el
bautismo de Juan” (Hch 19,1-4).
ACOJAMOS EL ESPIRITU.
Para la primera comunidad cristiana la experiencia del Espíritu es accesible
por la experiencia de Pablo expresada en sus cartas. El Espíritu para Pablo
y sus comunidades es un don de Dios al margen del cumplimiento de la ley
que se recibe gracias a la fe y se manifiesta en la acogida del mensaje por
parte de quienes escuchan la predicación: “ᄀGálatas, (colombianos),
insensatos¡ ¿quién os ha embrujado? ¿No os puse ante vuestros ojos a
Jesucristo crucificado? Solamente quisiéramos saber esto de vosotros:”
“﾿Recibisteis el Espíritu por haber cumplido normas o por haber respondido
con fe? (Gal 3,1-2)” Este Espíritu lo recibimos gracias a la fe” (Gal 3,14).
Somos criaturas nuevas por participar del Espíritu por medio del bautismo;
es el trasplante del Espíritu en nuestro corazón lo que nos permite
redescubrirnos como hijos de Dios para llamarlo “Abbá, Padre, y si somos
hijos también herederos” (Ro 8,14-17). Todo ser trasplantado
quirúrgicamente se siente con una vida nueva y renovadas posibilidades de
futuro. No es posible celebrar pentecostés sin la alusión fundamental al
trasplante llamado Bautismo. “Porque todos nosotros seamos judíos,
esclavos o libres, hemos sido bautizados en el mismo Espíritu, para formar
un solo cuerpo, y a todos se nos ha dado a beber el mismo Espíritu”
(Segunda lectura).
El MAL YA FUE VENCIDO.
Pentecostés inicia por el bautismo la lucha entre la carne y el espíritu; y en
esta lucha se decide la vida humana bien sea como humanidad o
indignidad. “Quien siembre en la carne, de la carne cosechará corrupción;
mas quien siembre en el Espíritu, a través del Espíritu cosechará vida
eterna” (Gal 6,8). “No hagan nada por ambición o vanagloria, antes con
humildad tengan a los otros por mejores. Nadie busque su interés sino el
de los demás; tengan los mismos sentimientos de Jesús” (Flp. 2,3-5); Les
encargo que procedan según el Espíritu, y no ejecuten los deseos del
instinto. “Pues el instinto desea contra el Espíritu; y son tan opuestos que
no hacen lo que quieren. Pero si los guía el espíritu no están sometidos a la
ley” (Gal 5,16-8). “No nos cansemos de hacer el bien, que a su debido
tiempo cosecharemos sin fatiga; hagamos el bien a todos, especialmente a
la familia de los creyentes” (Gal 6,9-10). “la paz este con ustedes; como
mi Padre me envío así también los envío yo” (evangelio).
Padre Emilio Betancur Múnera