FESTIVIDAD DEL STMO. CORPUS CHRISTI
“Bajo la apariencia de pan de harina, tu real Cuerpo y Sangre se adivinan”
- En esta Fiesta, que la Iglesia dedica a recordar y agradecer la presencia de
Jesús en la Eucaristía, Jesús, “el Dios escondido” (San Josemaría) y callado
de nuestros Sagrarios , sale procesionalmente por nuestras calles, entre luces,
cánticos y flores.
- Tomemos conciencia los cristianos de que ésta, ¡no es una Procesión o
acto más de piedad cualquiera! Por la Fe que profesamos en las palabras del
Señor, hemos de tener la profunda convicción de que, detrás de esa Hostia
blanca de la Custodia está, misteriosa pero realmente, aquel Jesús que
caminó por las plazas y calles de Judea y Galilea y que ahora:
- ¡Mora en los Sagrarios de nuestras Iglesias!
- ¡Y al que podemos considerar como, un singular vecino más, al que
podemos visitar y al que podemos tratar!
- Y podríamos decirlo con un lenguaje más llano y sencillo: El Jesús
de nuestros Sagrarios, tan es un vecino más, que sólo tendríamos que
proporcionarle un D.N.I. y un certificado de vecindad como el nuestro.
- ¡No son elucubraciones retóricas! Se trata de expresar con un lenguaje
coloquial una imponderable verdad de nuestra Fe: ¡que la presencia de
Jesús en la Eucaristía es tan real como que nosotros, tú y yo, estamos
aquí en estos momentos! Una verdad que, desgraciadamente, muchos
cristianos no han terminado de interiorizar.
- ¿Somos consecuentes en nuestra vida con esta verdad que confesamos?
- ¿Contamos con Jesús como, el más incomparable de nuestros amigos?
- ¿Le hacemos frecuentes visitas o, al menos vuela nuestro corazón al
Sagrario cuando pasamos o vislumbramos el campanario de alguna Iglesia?
- En nuestras conversaciones, ¿Sale, con naturalidad, el nombre de
nuestro Gran Amigo? O, por el contrario, ¿somos, quizás, de los que,
(en estos tiempos en que la gente no se recata hasta de contarnos
públicamente sus miserias), tenemos nosotros “respetos humanos” a la
hora de hacer manifestaciones de nuestra Fe?
- ¡A ver si nos entra en la cabeza que Jesús no se ha quedado en la
Eucaristía solamente para que, lo visitemos el Domingo, o para que lo
saquemos por nuestras calles, una vez al año, en la Procesión del Corpus!
- Jesús en el Bautismo nos infundió, por la Gracia, la Vida de hijos de Dios
para que la vivamos en plenitud y, se ha quedado en la Eucaristía para ser el
habitual alimento que necesita esa Vida Divina:
“Yo he venido para que tengáis vida y vida abundante” >>>>>
- Y, ese alimento nos es tan indispensable que Jesús nos advierte:
“Si no coméis mi Carne y no bebéis mi Sangre, no tendréis Vida en
vosotros”.
- Que buen final, para estas reflexiones, ofreceros este genial Soneto que,
un hombre de Fe y gran poeta, compuso con motivo de una Fiesta del
Corpus Christi:
LA CUSTODIA
Hoy te he visto, Señor, sin el madero
en tu antigua Custodia peregrina
envuelto en una nube que transmina
el olor del incienso y del romero.
Te he visto en tu Custodia prisionero
de un pedazo de pan de harina,
bajo cuya apariencia se adivina
a tu Cuerpo real y verdadero.
Y mezclado, Señor, entre tu grey,
que te sigue - al igual que yo te sigo -
sin cumplir los preceptos de tu Ley,
he llorado por Ti, mi fiel amigo
al verte, desfilando como un rey
e implorando el amor como un mendigo….
Antonio Trujillo
Guillermo Soto