El Reino está sucediendo
A Dios le gustan las semillas. Por lo mismo, las siembras. Con todos los riesgos que esto
implica. Que fracases, que no hayas hecho la debida mezcla de detergentes, abonos, humus,
estaciones, terreno apropiado. En su Providencia, Dios es audaz, creativo, novedoso. Su
Reino lo define desde la simplicidad última, la pequeñez de una semilla tirada al viento,
mejor al impulso del viento, y ese viento se llama Espíritu Santo.
En su experimento Dios desafía la altivez de los árboles frondosos, de aquellos que te miran
desde la altura y prefiere lo pequeño, lo simple, lo humilde. Son los condimentos con los
que prepara su terreno. Y allí lanza la semilla. En su ADN va inserta la anchura de su
corazón, la altura de sus miras, la profundidad de su misericordia y la largura de sus dones.
Lo que allí nace da cobijo, sustento y calor a todas las gentes del universo-mundo.
Es su Reino lo que va sembrando. Toda semilla lleva la fuerza creadora del principio
germinal, del crecimiento, de la floración, de la madurez. Son las etapas sucesivas de algo
que va sucediendo, que viene, que sentimos, soñamos, esperamos. No es algo hecho,
definido…es un hermoso proceso en el cual estamos todos/as implicados/as. Participamos
de su Reino en la medida en que somos acontecimiento en camino, en devenir.
El cuestionamiento de Jesús al querer comparar su Reino, “¿Con qué parábolas le
compararé”?, nos deja en suspenso, nos sobrecoge la incertidumbre. Es el HOY del Reino
que nos pide ‘nuevas parábolas”, nuevo lenguaje, nuevos signos, expresiones capaces de
llegar al corazón de nuestra juventud. El Reino sigue aconteciendo, sigue sucediendo en
este Hoy maravilloso, desafiante, apasionante. Nos toca asumirlo en su novedad.
Cochabamba 14.06.15
jesús e. osorno g. mxy
jesus.osornog@gmail.com