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DECIMO OCTAVO DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO
(Año Impar. Ciclo B)
Parroquia Virgen del Carmen de Viña del Mar
Lecturas bíblicas:
Abrimos nuestra Biblia y buscamos:
Lecturas
a.- Ex. 16,2-4.12-15: Yo haré llover pan del cielo.
b.- Ef. 4,17.20-24: Vestíos de la nueva condición humana, creada a imagen de
Dios.
c.- Jn. 6, 24-35: Yo soy el pan de vida.
Esquema
1.- Invocación al Espíritu Santo para que sea ÉL quien ore en nosotros: Ven
Espíritu Santo…
2.- Acto Penitencial: Pedimos perdón al Señor, antes de escuchar su Palabra,
de todo lo que nos ha impedido orar durante esta semana. Perd￳n Se￱or….
3.- Oración colecta: Ven, Señor, en ayuda de tus hijos; derrama tu bondad
inagotable sobre los que te suplican y renueva y protege la obra de tus manos a
favor de los que te alaban como creador y como guía. Por nuestro Señor.
4.- Lectio divina:
a.- ¿Qué dice el texto? Leemos el Evangelio del próximo domingo.
- “Obrad por el alimento que permanece para vida eterna” (Jn. 6, 27ss).
Los galileos quedan sorprendidos al encontrar a Jesús con sus discípulos en
Cafarnaún, ya que sólo habían visto subir a la barca a éstos últimos; ignoraban
que Jesús por la noche había caminado sobre las aguas (Jn. 6, 16-21). Las
gentes, buscan a Jesús con prejuicios y falsas expectativas, mantienen falsas
expectativas sobre el Mesías, y quieren gozar de una alimentación duradera y
milagrosa (v.27). Deben dar el paso entre ver signos, y comer hasta saciarse; lo
primero, significa el ser testigos de los signos para llegar a la fe en Jesús. Queda
establecida por otra parte, la tarea que manda Jesús trabajar por el alimento que
permanece para la vida eterna (v.27). Los dos alimentos, distintos en calidad,
apuntan, por cierto, a una calidad distinta de vida; el primero se refiere a una vida
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caduca, sujeta a la muerte; el otro alimento comunica vida eterna, es decir,
salvación escatológica porque participa de esa naturaleza. Al evangelista le
interesa dejar en claro, que el hombre debe optar por una vida natural y terrena, o
lo que propone el Mesías. Lo expresa con el pan de vida, existencia completa, su
sentido más profundo y significación permanente. Esta salvación escatológica, hay
que comprenderla, como alimento que perdura hasta la vida eterna don del Hijo
del Hombre. Jesús es el profeta, nuevo Moisés, que alimenta a su pueblo. Es al
Hijo del Hombre, a quien marcó el Padre con su sello, es decir con su Espíritu, lo
ha legitimado con su autoridad y poder para realizar los signos convirtiéndole en
dador de vida escatológica (cfr. Mt.12,28; Hch.10,38; Ef.1,13; 4,30; 2Cor.1,22). Es
Dios mismo quien remite al hombre, si quiere vida eterna, hacia Jesús de Nazaret,
el Hijo del Hombre.
- “La obra de Dios es que creáis en quien él ha enviado” (Jn. 6, 28-29ss).
Haciendo eco de lo dicho por Jesús (v.27), ahora se apunta a la voluntad de Dios.
Jesús, les habla de la única obra que Dios pide: fe en el Enviado y Revelador del
Padre, fe en Jesús de Nazaret. Ellos entendían por las obras, la Ley de Moisés:
oraciones, ayunos, limosnas, ritos, purificaciones, etc. Lo único que pide el Padre,
la obra de la fe. Muchas obras, dispersan al hombre sin conseguir quizás la
salvación; requiere una sola que incluso es don de Dios, la fe en su Hijo, no es
realización humana, obra de Dios. Con la fe, el hombre realiza la obra realzada en
Dios (cfr. Jn.3,20), cuyo fundamento es el mismo Dios. Con la fe comienza el
esfuerzo y trabajo por la vida eterna; fe y moral unidas, la fe pórtico de la vida en
Dios. De esta forma, Jesús enseña que la fe es don de Dios Padre, pero que es
responsabilidad del hombre, el vivirla. La reacción a la petición de fe, es que haga
una gran señal. Si Moisés les dio el maná, ¿cuál será la señal de Jesús, para
legitimar la petición de la fe y de legitimarse a sí mismo? (vv. 30-33). Le proponen
renueve el milagro del maná (v.31; cfr. Sal. 78,24), como alimento permanente
para ellos. Fue el Padre, no Moisés, quien alimentó a su pueblo con el maná en el
desierto. Los judíos no habían comprendido el milagro de la multiplicación de los
panes; si ahora hiciera visible y palpable el maná, la fe parecería superflua, la
señal tampoco tendría sentido, y además al hombre, se le permitiría establecer las
condiciones para fijar el actuar de Dios. La petición de los judíos, sabe más a
incredulidad que a la voluntad de creer.
-“Entonces le dijeron: ᆱSe￱or, danos siempre de ese pan.ᄏ Les dijo Jesús:
«Yo soy el pan de la vida. El que venga a mí, no tendrá hambre, y el que crea
en mí, no tendrá nunca sed.” (vv. 32-35).
En este punto Juan, revive en forma antitética la figura de Moisés (cfr. Ex.16), y
Jesús, puesto que Jesús es más que el primero, porque es dador de vida eterna,
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muy superior al maná, que entregó Moisés en el desierto. Aquí hay algo superior,
no hay continuidad con la experiencia del desierto sino plenitud. Nuevamente la fe
de los judíos, es puesta a prueba como entonces, deben optar entre vivir del don
escatológico de Dios o permanecer en el pasado; lo suyo será murmurar contra
Dios, como lo habían hecho contra Aarón y Moisés. Si su expectación mesiánica
no pasa de Moisés y el maná, significa que con ese criterio, no se puede fijar el
actuar histórico de Dios, que siempre supera las expectativas humanas cuando
sale al encuentro del creyente con la novedad del evangelio. Olvidaban los judíos,
que también en el desierto Yahvé, fue el donante, y que también será ÉL, quien
entregará el Pan verdadero maná. ÉL es el que da el Pan del cielo (v. 33). La
petición de los oyentes sabe a una oración que Dios abre en sus corazones, se
expresa el deseo de vida y salvación, con lo que se alienta, y se hace patente la
actitud básica del hombre para recibir el don divino, como el que ora y recibe (cfr.
Jn. 4,15). La petición se dirige a Jesús como Señor. Queda claro que este Pan de
vida, no es el maná, sino que es la propia persona de Jesús. Él es la Vida nueva
para el hombre, la salvación, fundamento de la vida verdadera que Dios hoy
entrega al hombre. Pan y vida eterna son, don de Dios, no una posesión del
hombre, de la cual pueda disponer a su gusto. Hay que resaltar que ese don,
contiene la donación del mismo Dios al hombre, donde se abre la comunicación
con el Padre. En Cristo Dios está totalmente a favor del hombre de tal modo que
en ÉL se abre a la comunión vital, a la salvación y amor, y en un grado que Dios
quiere estar unido al hombre como quien se da sin reservas. La metáfora del pan
lo quiere expresar, puesto que con ella, entra el tema de la comunicación y el don.
Esta comunión punta a un nuevo ser, que nace de la comunión entre Cristo y el
creyente. Sin este sentido de comunión vital, carecería de sentido el “Yo soy”, s￳lo
desde Jesucristo es real la vida prometida. La fe es la que sustenta esta realidad
de la comunión con el Enviado y Revelador como se calma el hambre y la sed que
hay en el hombre de fe. Jesús promete la superación de la mentalidad mundana,
realidad que ya está presente en quien vibra con la fe en Jesucristo, que como
Hijo del Hombre, es el dador de vida y pan de Dios escatológico.
b.- Meditación. ¿Qué me dice? ¿Qué palabra o hecho de este evangelio me
habla al corazón? Escoge tu texto o versículo y da razón de tu elección.
- “Obrad por el alimento que permanece para la vida eterna” (v.27). Me dice que
Jesús, es el Pan de Dios para mi vida cristiana, sacia mi hambre y nutre la fe que
tengo en ÉL.
- “Yo soy el pan de vida” (v.35). Me dice que Jesús quiere estar conmigo siempre,
hasta quedarse en este Pan, para alimentarme día a día, creando unidad con el
ÉL y el prójimo, sembrando eternidad en mi vida.
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- Otros testimonios…
c.- Oración. Qué le digo al Señor Jesús a propósito de este texto? Escoge
una palabra con la que inicias tu oración personal.
- “La obra de Dios es que creáis en quien él ha enviado” (v.29). Se￱or que esta
palabra que me comunicas acreciente el ejercicio de fe y amor de creer que
puedes hacer de mi un buen discípulo y misionero tuyo, te lo pido Señor.
- “El pan de Dios es el que da vida al mundo” (v.33). Sacia Se￱or el hambre de los
hombres, con el compartir, distribuir los bienes de la tierra para que a nadie la falte
casa y pan, educación y trabajo etc. Te lo pido Señor.
- Otras oraciones…
d.- Contemplación y acción. ¿A qué me compromete este evangelio?
- Me comprometo a distribuir el Pan de la vida.
5.- Relectura bíblica que hace S. Teresa de Jesús de este pasaje evangélico:
Teresa de Jesús, ve en la Humanidad de Jesucristo, el mayor don que nos pudo
hacer el Padre, porque es Dios entre nosotros, es decir, en carne nuestra y luego
Eucaristía. “Su Majestad nos le dio como he dicho este mantenimiento y maná de
la humanidad; que le hallamos como queremos, y que si no es por nuestra culpa,
no moriremos de hambre; que de todas cuantas maneras quisiere comer el alma,
hallará en el Santísimo Sacramento sabor y consolación. No hay necesidad ni
trabajo ni persecución que no sea fácil de pasar si comenzamos a gustar de los
suyos.” (Camino de Perfecci￳n 34,2).
6.- Alabanza y Adoración. Te alabamos Señor.
- Te alabamos Padre, por tu Hijo, Enviado y Revelador, que nos trae el Pan de
vida te alabamos Señor.
- Te alabamos Padre, desde los que tienen hambre de pan, justicia y verdad, de
casa, trabajo y salud, desde ellos y con ellos te alabamos Señor.
- Te alabamos Padre, desde todos los adoradores eucarísticos, para que su
alabanza sea fruto de su servicio a los pobres, desde ellos y con ellos te alabamos
Señor.
- Otras alabanzas…
7.- Preces: Te lo pedimos Señor.
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- Te pedimos Padre que tengamos siempre ministros que celebren la Eucaristía
para tu pueblo. Te lo pedimos Señor.
- Te pedimos Señor, por los que tienen hambre de pan, justicia, casa, trabajo y
amor de familia para consigan saciar su necesidad con la Palabra y Eucaristía. Te
lo pedimos Señor.
- Te pedimos por nuestro país para muchos hambrientos puedan saciar su hambre
sobre todo de educación, salario mínimo, vivienda y trabajo, Te lo pedimos Señor.
- Otras preces…
8.- Padre Nuestro
9.- Abrazo de la paz
10.- Bendición final.
“Buscad leyendo y hallaréis meditando; llamad orando y abriros
contemplando” (S. Juan de la Cruz).
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