XXI Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclo B
LA EXPERIENCIA DEMUESTRA
Padre Pedrojosé Ynaraja
1.- Desde mi primer viaje a Tierra Santa hasta el último, he tratado siempre de
visitar Siquén. No siempre ha sido posible. Es uno de los lugares, no de gran
extensión por cierto, más repletos de bíblico poder evocador. Por si lo queréis
buscar en mapas de papel o en buscadores informáticos, os aviso que está a las
afueras de Nablús, una de las principales poblaciones de Palestina. No es momento
ahora de describiros este lugar, cosa de la que nunca me canso.
2.- Hoy se nos explica que aquí reunió Josué, el sucesor de Moisés, a las tribus que
por su cuenta iban ocupando, o conquistando, la Tierra Prometida. Esta labor
histórica, política, a veces guerrera, les inclinaba a olvidar el sentido de su vida
como pueblo. Josué quiere recordárselo y no apela a demostraciones teóricas.
Habla de experiencia de vida. El mismo se refiere a su misma familia. A su
compromiso vital.
3.- Situado en esta vivencia, les propone a las tribus que escojan. Posicionados en
la libertad de que gozan desde la salida de Egipto, deben decidir. Toda opción
supone una renuncia, bien lo saben. Y lo debemos tener siempre presente también
nosotros. Aceptan ellos el reto y eligen a Yahvé, el Dios familiar de sus
antepasados, el que les ha guiado en su devenir histórico y les ha ido mejor que a
los que prefirieron el culto a otros dioses. (Recordad que en este tiempo el pueblo
de Israel era monólatra, más que monoteísta. Adoraba a un solo Dios, sin negar
que pudiera haber otros, dicho de otra manera). Es un compromiso radical.
4.- Situaros ahora, mis queridos jóvenes lectores, en el final de lo que escuchamos
el domingo pasado. La gente ha oído al Maestro y ha quedado desconcertada. Jesús
no les da facilidades para que olviden o debiliten su mensaje. Convertirlo en
doctrina light, se llamaría ahora. Continúa siendo radical, esto es evidente. Pero,
pese a la dificultad que suponen, afirma: son espíritu y son vida. El evangelista
comenta que el Maestro sabía desde el principio quienes no creían y quien lo iba a
entregar. Observad que establece unión de adhesión intelectual con
comportamiento. Jesús no quiere que naveguen en la ambigüedad. Quiere que se
definan. ¿También vosotros queréis marcharos? Les dice a bocajarro.
5.- No contestan con teorías, que tampoco las tenían, no son gente intelectual. En
nombre de todos, dice Pedro: ¿Señor a quién vamos a acudir? Tú tienes palabras
de vida eterna. La experiencia de Dios, la compañía de Jesús, sea en la oración, en
la reunión en su nombre, con dos o más, en su Palabra, en la Eucaristía, es la razón
suprema de nuestra Fe. Os lo he dicho en otras ocasiones: cada vez creo menos en
Dios, porque cada vez siento más su Amor y cada vez le amo más. Os deseo lo
mismo a vosotros, mis queridos jóvenes lectores.
Se nos ofrece resucitar el último día ¿Dónde? ¿Cuándo? ¿para qué? Agoreros, de
cuando en cuando, nos hablan del fin del mundo, pero nunca, hasta ahora, han
acertado. Los científicos calculan a donde llegarán los cambios climáticos, que
hagan imposible la vida en el planeta que habitamos, pero se trata de
acontecimientos que, de cumplirse, los experimentarán generaciones muy
posteriores a las nuestras. Que puede provocarse un holocausto nuclear, claro que
sí. Es lo que tratan de evitar los políticos, pero ¿Quién se fía de ellos?
El fragmento del evangelio que proclamamos en la misa de hoy nos deja
sumergidos en esta ambigüedad, a menos qué… la solución el próximo domingo.