LA SOLEMNIDAD DE LA ASUNCIÓN DE LA VIRGEN MARÍA
Padre Pedrojosé Ynaraja
1.- Os confío, mis queridos jóvenes lectores, que he estado muchas veces en la
iglesia de Jerusalén llamada de la tumba de María por los occidentales, o de la
dormición por los orientales. Está pegada a Getsemaní. Alberga el edificio la tumba
de la Virgen. Arqueológicamente parece que no hay duda de que lo sea. También,
en este caso sólo una vez, en la llamada Casa de María, a unos 10 Km de Éfeso. Es
chocante el descubrimiento de este lugar, muy curioso, pero creo que hoy no debo
entretenerme en contároslo. Añado sólo que, como es lugar católico, pese al poco
tiempo que estuve, pude celebrar misa, en honor de Santa María. No es imposible
que la Virgen acompañara a San Juan y allí acabara su peregrinación por la tierra,
es todo lo que podemos asegurar de este precioso sitio.
2.- La celebración de hoy tiene la categoría de solemnidad. También podríamos
llamarla “la pascua de María”. El significado etimológico de esta palabra es paso.
Celebramos, pues, el paso de su realidad espacio/temporal a la eternidad. ¿Ocurrió
este paso mediante la muerte? Parece que la arqueología y la tradición oriental, que
llama a la celebración la “Dormición de María”, así lo indican, pero la definición
dogmática no se atrevió a pronunciarse sobre este detalle. Lo que es horroroso es
llamar a esta jornada “la Virgen de agosto”. Y perjudicial, a la larga.3.-
La liturgia de hoy ha escogido algunos textos que de alguna manera se relacionan
con lo que la Asunción, que, dicho sea de paso, no aparece explícitamente en
ningún lugar evangélico. El libro del Apocalipsis se escribió en una época en que ya
había empezado la persecución. Su lenguaje corresponde a una situación que exige
precauciones y será por tanto, un algo, o mucho, críptico. La figura femenina,
espléndidamente descrita, parece que corresponde a la Iglesia, esposa amada de
Jesús. La tradición la ha atribuido a Santa María. La mayor parte de imágenes
plásticas marianas se adaptan a Ella. Es un diseño, la descripción de Lucas,
eminentemente pictórico, de belleza, más que de poder. El mando acaba, la riqueza
se gasta, el saber humano tiene sus límites, aunque vayan progresando. La
hermosura es indeleble. En grado sumo lo es la Madre del Señor. Muy acertado,
pues, el texto.
4.- Un fragmento de la preciosidad de esta descripción, coronada de doce estrellas
dice el texto, fue captado en 1955 por Arsène Heitz, pintor de Estrasburgo, y
aprobada el 8 de diciembre. El piadoso artista consiguió que su proyecto fuera
aceptado como bandera emblemática de Europa, precisamente un día muy
vinculado con la Virgen. Algunos años me he permitido poner la bandera de la
Unión Europea, junto al altar, en el celebraba la misa, es un homenaje a ella. La Fe
de la Europa de Puy en Velay, Chartres, La Salette, Lourdes, Fátima y del Pilar,
queda reflejada en ella. Sin ignorar, ni olvidar otros lugares, que a nadie quiero
ofender.
5.- La segunda lectura, fragmento de una de las cartas de San Pablo a los corintios,
expresa la singularidad de Cristo en la Historia de la Salvación. Santa María está
íntimamente unida a Él, es un peldaño que a Él nos acerca, y que con Él colabora.
El texto de Lucas, muy repetido en la liturgia, es precioso. Imaginad una jovencita
de poco más de doce años, con la apariencia de una actual de 18,
aproximadamente, recorre un largo camino para encontrarse con alguien en quien
pueda confiar, con quien pueda compartir, a quien puede ayudar. Hecha un manojo
de nervios, llegaría después de unos 100 kilómetros de camino. La duda, el miedo
al fracaso, la confianza en Dios que a Ella se le confió, el cansancio físico, todo
bullía en su interior. Las palabras de Isabel, sugeridas espiritualmente por Dios, sin
duda, consiguieron que la paz del Señor la inundara. El diálogo, nada de reservas
entre ambas, dio paso a este bello canto, con resonancias al que pronunció Ana, la
esposa de Elcaná, agradecida por el nacimiento de su hijo Samuel (I Sa 2,1).
6.- Las diversas apariciones de Santa María, que a través de la historia y en
diferentes lugares, creemos han tenido lugar, son continuación de este mismo
espíritu. La Virgen sigue queriendo dar testimonio de su Fe, deseando compartir,
anhelando ayudarnos. Sedle agradecidos, mis queridos jóvenes lectores.