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VIGÉSIMO DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO
(Año Impar. Ciclo B)
Parroquia Virgen del Carmen de Viña del Mar
Lecturas bíblicas:
Abrimos nuestra Biblia y buscamos:
a.- Pr. 9,1-6: Venid a comer mi pan y a beber el vino que he mezclado.
b.- Ef. 5,15-20: Daos cuenta delo que el Señor quiere.
c.- Jn. 6, 51-59: Mi carne es verdadera comida y mi sangre verdadera bebida.
Esquema
1.- Invocación al Espíritu Santo para que sea ÉL quien ore en nosotros: Ven
Espíritu Santo…
2.- Acto Penitencial: Pedimos perdón al Señor, antes de escuchar su Palabra,
de todo lo que nos ha impedido orar durante esta semana. Perd￳n Se￱or….
3.- Oración colecta: ¡Oh Dios!, que has preparado bienes inefables para los que
te aman; infunde tu amor en nuestros corazones, para que, amándote en todo y
sobre todas las cosas, consigamos alcanzar tus promesas, que superan todo
deseo. Por nuestro Señor.
4.- Lectio divina:
a.- ¿Qué dice el texto? Leemos el Evangelio del próximo domingo.
- “Yo soy el pan vivo, bajado del cielo. Si uno come de este pan, vivirá para
siempre; y el pan que yo le voy a dar, es mi carne para la vida del mundo” (Jn. 6,
51-59).
En el evangelio vemos como se pasa del discurso sobre el Pan de vida, al
discurso sobre la Eucaristía. Hasta ahora, se hablaba del Pan de vida, se dice,
Pan vivo (v.51), donde no se da un cambio objetivo, sino que se apunta más al
símbolo del pan, que a la persona de Jesús, porque ya no se habla de fe, sino de
comer este Pan. La promesa de vida eterna, mira hacia el futuro, el que coma de
este pan vivirá para siempre. Con su enseñanza, Jesús, Sabiduría del Padre,
nuevamente nos da acceso al árbol de la vida, del que Adán fue alejado (cfr.
Gn.3,22-23; Pr.3,18). No se habla ya de Jesús como pan, sino del pan que ÉL
dará, y ese pan es su carne, para la vida del mundo (v. 51). Todavía no se
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relaciona la Eucaristía con la Cena del Señor, como con la entrega de sí mismo,
de Jesús a la muerte en la cruz (cfr.1Cor.11,24); Lc.19,22). Mientras las palabras
de la consagración, apuntan en los Sinópticos, al Cuerpo de Jesús y su entrega,
Juan lo relaciona con el mundo, es su deseo expreso de universalizar la salvación
(cfr. Mc.14, 22; Mt. 26, 26; Lc.22,19). Se da también, el paso de comer este pan, a
comer su cuerpo. En esta última parte del discurso, Jesús hace toda una
declaración acerca de la recepción de la Eucaristía.
- “El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo lo resucitaré
en el último día” (Jn. 6, 54s).
La vida eterna, se consigue, además de creer en Jesús, como efecto, de comer su
carne; el protagonista, no ya es el Padre, que da el verdadero pan del cielo, sino
Jesús que da su Carne y Sangre. Se pasa del lenguaje simbólico acerca del pan,
a la realidad sacramental en estos versículos eucarísticos. En el lenguaje
simbólico, se habla de Jesús, como pan bajado del cielo, que hay que comer
mediante la fe. Ahora se habla del Hijo del Hombre, cuya carne y sangre, hay que
comer y beber, que hay que asimilar por medio de un banquete en que participar.
El vocabulario que usa, introduce términos como: comida, alimento, bebida, carne,
sangre. Lo fundamental del mensaje, está en estas palabras: “Yo soy el pan vivo,
bajado del cielo. Si uno come de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo le
voy a dar, es mi carne por la vida del mundo.» (v. 51). El uso de la palabra carne,
en lugar de cuerpo o pan, nos acerca más al realismo de la Encarnación, se hizo
carne por nosotros y de la Institución de la Eucaristía. Es por medio de la fe en
Jesús, que nos viene la vida eterna, su misma carne, afirma ahora es el pan de la
vida (v. 52). Comer su cuerpo y sangre, nos habla del pleno realismo de la
humanidad de Jesucristo; es la lucha contra la espiritualización de su humanidad,
pero afirmación, cierta y válida de su presencia eucarística. Quien quiera tener la
vida de Jesús, debe participar de la Eucaristía (v.53). Se subraya el efecto
salvífico: “Yo le resucitaré en el último día” (v. 54). Cena del Se￱or y escatología,
van juntos en la tradición sinóptica y joánica (cfr. Mc.14, 25; Mt.26, 29; Lc.22, 17; 1
Cor.11, 26). Se pone de relieve, que la Carne y Sangre de Jesús, son verdadera
comida y bebida (v. 55), con lo que el evangelista deja claro, que no se trata de
una cena simbólica, sino que es una cena donde realmente se participa de la
Carne y Sangre de Cristo.
- “El que come mi carne y bebe mi sangre, permanece en mí, y yo en él. Lo
mismo que el Padre que vive en mí, me ha enviado y yo vivo por el Padre,
también el que me coma vivirá por mí” (Jn. 6, 56-57).
Finalmente, se describen los efectos sacramentales de la Cena del Señor, toca el
tema de la inmanencia, que expresa la intensidad, persistencia y permanencia de
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la comunión de los creyentes con Jesús (v.56; cfr. Jn.15,1-7). Manifiesta Juan un
principio cristológico esencial, el de la inmanencia: se trata de estar en el Hijo, y
con el Hijo, y en el Hijo pueden los discípulos llegar a la comunión con el Padre, al
igual que Dios se comunica a los discípulos sólo en el Hijo, a fin de permanecer en
Él y Él en ellos. La permanencia de esta comunión tiene carácter definitivo, no sólo
a nivel personal, sino también comunitario con el Señor glorificado. La permanente
comunión con Jesús, se expresa y se realiza por la Eucaristía, es el fundamento
para la persistencia de la comunión de vida escatológica entre el creyente y Jesús.
El Enviado y Revelador del Padre, Jesús, vive por el Padre, participa de la vida
divina, a su vez comunica esa vida a los creyentes. La cena sacramental del
Señor, comunica esta vida, quien participa de la Eucaristía, de la Carne y Sangre
del Hijo del Hombre, participa de Cristo paciente, es decir, que el creyente hace
suyos los frutos del misterio pascual de Cristo, su muerte y resurrección. La
alimentación eucarística se contrapone al maná histórico, que comieron los
padres en el desierto y murieron, el que come de este pan vivirá eternamente. La
doctrina eucarística de Juan, vincula la Cruz de Jesús: es el Hijo del Hombre,
Crucificado y Exaltado, el que se hace Pan, para dar su carne por la vida del
mundo (v.51). La Cena adquiere un carácter cristiano, porque Jesucristo, es el
verdadero centro, sujeto activo: se trata de comer y beber la Carne y Sangre del
Hijo del Hombre, lo que produce una profundización de una comunión con Cristo,
a modo personal y eclesial.
b.- Meditación. ¿Qué me dice? ¿Qué palabra o hecho de este evangelio me
habla al corazón? Escoge tu texto o versículo y da razón de tu elección .
- “Si no coméis la carne del Hijo del hombre…” (v.51). Jesús es mi vida, no s￳lo
porque la posee, sino porque me la da en su palabra y en la eucaristía
diariamente.
- “Vivo para el Padre” (v.57). Jesús es don del Padre, lo mismo la Palabra y la
Eucaristía, como Jesús quiero vivir por y para el Padre.
- Otros testimonios…
c.- Oración. Qué le digo al Señor Jesús a propósito de este texto? Escoge
una palabra con la que inicias tu oración personal.
- “El que come mi carne…permanece en mí y yo en él” (v.56). Te Jesús pido
permanecer siempre en ti para asegurarme que siempre estés en mí, te lo pido
Señor.
- “ Lo mismo que el Padre me ha enviado…” (v.57). Se￱or no s￳lo quiero ser
enviado por ti, sino como Tú vivir por el Padre. Te lo pido Señor.
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- Otras oraciones…
d.- Contemplación y acción. ¿A qué me compromete este evangelio?
- Me comprometo, a una mayor comunión con el Señor Jesús.
5.- Relectura bíblica que hace S. Teresa de Jesús de este pasaje evangélico:
“Pedid vosotras, hijas, con este Se￱or al Padre que os deje hoy a vuestro Esposo,
que no os veáis en este mundo sin ÉL; que baste para templar tan gran contento
que quede tan disfrazado en estos accidentes de pan y vino, que es harto
tormento para quien no tiene otra cosa que amar ni otro consuelo; mas suplicadle
que no os falte y que os dé aparejo para recibirle dignamente.” (Camino de
Perfección 34, 3).
6.- Alabanza y Adoración. Te alabamos Señor.
- Te alabamos Padre, por tu Hijo Sabiduría que nos comunica vida eterna. Te
alabamos Señor.
- Te alabamos Hijo, por la comunión que estableces con nosotros y el Padre. Te
alabamos Señor.
- Te alabamos Padre desde todos los cristianos perseguidos por su fe, los que
bien crisis matrimoniales, familiares, laborales, desde ellos y con ellos, te
alabamos Señor.
- Otras alabanzas…
7.- Preces: Te lo pedimos Señor.
- Te pedimos Padre por la Iglesia y toda la humanidad, por la paz, por nuestro
país y sus problemas sociales para su pronta solución. Te lo pedimos Señor.
- Por las intenciones del Papa y de nuestra Iglesia, por los obispos y comunidades,
para que la Eucaristía les una en el servicio pastoral que prestan a la sociedad. Te
lo pedimos Señor.
- Por los más pobres, a los que sirvió incansablemente el P. Hurtado, para que su
obra y otras iniciativas eclesiales sigan renovando su entrega generosa en bien
del prójimo así necesitado. Te lo pedimos Señor.
- Otras preces…
8.- Padre Nuestro
9.- Abrazo de la paz
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10.- Bendición final.
“Buscad leyendo y hallaréis meditando; llamad orando y abriros
contemplando” (S. Juan de la Cruz).
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