DOMINGO XXVI DEL TIEMPO ORDINARIO. CICLO B
LA FE ES SUMANDO NO RESTANDO.
Después de la organización del pueblo en el desierto del Sinaí (Nm 10), hubo una
crisis enorme por las dificultades en el desierto olvidando el don del maná con
murmuraciones. Dios comprendiendo el cansancio pastoral de Moisés le dio setenta
dirigentes en la tienda del encuentro donde estaba el arca de la alianza que
contenía los deberes para con Dios, el culto, y los deberes entre los hermanos: la
justicias, para indicarles su misión que iría acompañada con una parte del espíritu
de Moisés trasladado al corazón de ellos para compartir la responsabilidad pastoral
da Moisés. Eldad y Medad que se quedaron fuera del grupo (setenta ancianos)
recibieron el espíritu y se pusieron a profetizar en el campamento, Josué se lo contó
a Moisés diciéndole “se￱or mío prohíbeselo” (Primera lectura), porque temi￳ que la
autoridad de su maestro pudiera ponerse en riesgo. Moisés le respondi￳: “¡Quisiera
que todos los del pueblo del Se￱or fueran profetas”! Mucho más tarde Jesús
reconvino a sus discípulos porque otros echaban demonios en su nombre sin ser del
grupo de los doce; Jesús simplemente les dice: ”No se lo impidan; no hay nadie
que haga obras maravillosas en mi nombre y que al mismo tiempo pueda hablar
mal de mí. Todo aquel que no, está en favor nuestros” está contra nosotros. Todo
aquel que les dé un vaso de agua por el hecho de pertenecer a mí, les aseguró que
no se quedará sin recompensa” (evangelio) “Todo será justamente recompensado,
pero tengan cuidado con el escándalo”.
HACER EL BIEN ES LO IMPORTANTE
Jesús se opone a que el grupo de los doce sea un grupo cerrado, intolerante
exclusivo, fundamentalista y privilegiado bajo el punto de vista religioso. Prefiere
un grupo haciendo el bien, luchando por superar los sufrimientos y carencias de la
gente, afrontando el mal que hay al interior del grupo o de las personas en
particular. El bien que hacen otros y el mal que buscan evitar es un signo de la
forma actual de ser creyentes.
El mal es tan grande y se expande tan fácil que no podemos darnos el lujo de
dividirnos, discutir y dejarnos llevar por los celos, encasillarnos en exclusivismos
que den la oportunidad a la violencia, los celos y el egoísmo de seguir avanzando.
Para afrontar el mal de nuestra sociedad y el nuestro propio, no podemos restar
fuerzas, dividir voluntades, sino sumar y multiplicar personas y acciones personales
y comunitarias al servicio del pluralismo y de la convivencia ciudadana camino
seguro hacia la paz.
EL SIGNIFICADO DE ACOGER.
Tras el paréntesis provocado por la intervención de Juan, Jesús presenta la
importancia de acoger a los niños, o pequeños: que se acercan a una comunidad a
buscar alguna fraternidad o afecto pero no lo encuentran porque allí solo existen las
ambiciones escandalosas y no están presente los sentimientos de Jesús: "El que
acoge a un niño como éste en mi nombre a mí me acoge" Más que amenazas las
observaciones de Jesús van dirigidas al cambio de conducta escandalosa que
pueden venir a través de tres órganos del cuerpo: la mano, el pie y el ojo. Quien
conociera el modo como los antiguos usaban el cuerpo para señalar actitudes,
leería el texto así: "Si tu manera de actuar te pone en peligro (te hace vivir desde y
para la ambición), cámbiala. Si vas por un camino equivocado, que no lleva a la
entrega y al servicio, modifica el rumbo; y si tus deseos no van por la línea de ser
útil para los demás siendo solidario, cambia de sentimientos. La conclusión es
clara: si no me hago "niño", si no me sitúo como "el último de todos y el servidor
de todos", No valen de nada los títulos ni las creencias; lo que cuenta, para el
discípulo individual y para la Iglesia en su conjunto, es el servicio efectivo que no
busca defender los propios "intereses", sino el bien de las personas.
Padre Emilio Betancur Múnera