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VIGÉSIMO OCTAVO DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO
(Año Impar. Ciclo B)
Parroquia Virgen del Carmen de Viña del Mar
Lecturas bíblicas:
Abrimos nuestra Biblia y buscamos:
a.- Sab. 7, 7-11: En comparación de la sabiduría, tuve en nada la riqueza.
b.- Hb. 4, 12-13: La Palabra de Dios, juzga los deseos del corazón.
c.- Mc.10, 17-30: Vende lo que tienes y sígueme.
Esquema
1.- Invocación al Espíritu Santo para que sea ÉL quien ore en nosotros: Ven
Espíritu Santo…
2.- Acto Penitencial: Pedimos perdón al Señor, antes de escuchar su Palabra, de
todo lo que nos ha impedido orar durante esta semana. Perd￳n Se￱or….
3.- Oración colecta: Te pedimos Señor que tu gracia continuamente nos preceda
y acompañe, de manera que estemos dispuestos a obrar siempre el bien. Por
nuestro Señor.
4.- Lectio divina:
a.- ¿Qué dice el texto? Leemos el Evangelio del próximo domingo.
- “Maestro bueno, ﾿qué he de hacer para tener en herencia vida eterna?”
(Mc. 10, 17ss).
En este evangelio encontramos tres secciones: en la primera encontramos al
joven rico y sus inquietudes (vv.17-22); la segunda, Jesús habla del peligro de las
riquezas (vv. 23-27), finalmente, encontramos el tema de la recompensa
prometida al desprendimiento (vv. 28-31). El evangelio comienza, (vv.17-22), con
este joven que llama Jesús: “Maestro bueno” (v.17). La respuesta de Jesús, más
que un rechazo, es una ayuda, a reconocer la fuente de toda bondad: el Padre.
Quien quiera alcanzar la vida eterna, deberá encaminar sus pasos hacia Dios, que
ha expresado su voluntad de santidad en el Decálogo. La mención que hace
Jesús, es rememorar lo esencial de la alianza del Sinaí, en la línea de la tradición
bíblica (v.19). El joven, dice haber cumplido, desde su niñez los mandamientos
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(vv. 17-19; cfr. Mt. 19, 20), no hay novedad en esa respuesta; el joven intuye que
Jesús, le puede indicar algo nuevo; sólo Marcos, nos señala los sentimientos de
Jesús hacia el joven: lo miró fijamente, lo amó, y agrega, que le hace falta algo por
cumplir: entregar sus bienes a los pobres y luego, volver y seguirlo (vv. 21-22).
Jesús le concede ese algo más, que el joven quería. Jesús fija la diferencia entre
la respuesta tradicional, válida, pero insuficiente que le había dado antes, y esta
nueva exigencia, visto el espíritu emprendedor del joven. El hombre teme lo
desconocido, se queda anclado en su presente, desaparece el espíritu entusiasta,
y lo embarga la tristeza, que le apena y le hace alejar (v. 22). Concluye, la carrera
de quien es rico ante los hombres, y no ante Dios.
- “ᄀQué difícil es que los que tienen riquezas entren en el Reino de Dios” (Mc.
10,23s).
La segunda parte (vv. 28-31), comienza con la marcha del joven, oportunidad
para que el Maestro, hable de la necesidad del desprendimiento de los bienes
terrenos, para llegar al Reino de Dios. Toda una advertencia, para la comunidad
eclesial que está instruyendo. Poner la confianza en los bienes materiales y en el
dinero, se convierte en un obstáculo grave, para acoger el Reino de Dios, en la
propia existencia de fe. Ante la sorpresa de los apóstoles, Jesús usa la imagen del
camello y la aguja, queriendo exageradamente, hacer comprender la importancia
del mensaje (vv. 24-27), pero el mismo Maestro, da la solución ante esta difícil
situación: para Dios todo es posible, lo que recuerda el poder de Dios (v. 27;
Gn.18,14). Es bueno señalar, que el tema de la pobreza por el Reino de Dios, es
algo completamente nuevo, revolucionario si se quiere enseñado por Jesús, ya
que la riqueza siempre fue considerada, una señal del favor divino, un bien
estimado, pero no absoluto. Se hablaba siempre de favorecer al pobre, para tener
un tesoro en el cielo. La enseñanza de Cristo es para todos, pues se trata no de
un aviso sólo para los ricos, sino para los pobres también, porque se trata de no
apegarse a lo mucho o poco en esta vida a los bienes en relación al Reino de
Dios. El apego a los bienes materiales, endurece el corazón, dificultas las
relaciones con el prójimo, hace al hombre esclavo, y no señor de su dinero,
dificulta gravemente el seguimiento de Cristo. Lo que se quiere dejar en claro, es
que la llegada del Reino de Dios, inaugurado por Jesucristo, relativiza todo, desde
nuestras relaciones familiares, con la sociedad y con los bienes materiales. Todo
es posible para Dios, ya que la renuncia, no es a los bienes, sino al apego que hay
en el corazón, para precisamente abrirse a Dios, vaciarse de sí mismo y compartir
sus bienes con los más necesitados.
- “Ya lo ves, nosotros le hemos dejado todo y te hemos seguido” (Mc.
10,28ss).
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La tercera parte (vv. 28-31), encontramos la reacción de los apóstoles, que lo han
dejado todo por Jesús, ahora eran inmensamente ricos, porque poseían a Cristo, y
la vía para ingresar en el Reino de Dios. Si bien, el joven había fracasado, ellos los
apóstoles recibirán una recompensa, que comienza en esta vida, y culmina en la
eternidad (v. 31). La observación de Pedro, contrasta con la actitud del joven, que
se negó a seguir a Jesús. Pedro no habla de la recompensa pero el evangelista
quiere centrarse en la promesa hecha por Jesús a los suyos: sentarse sobre
tronos para juzgar a las doce tribus de Israel (cfr. Mt.19,28; Lc.22,30). En Marcos,
la promesa se extiende a todo cristiano que haya dejado todo por Jesús y el
evangelio, bienes materiales y familia (v.29); habla a la comunidad. Ésta es la que
reelabora las palabras de Jesús y comprende que lo que habían dejado los
reencuentran en la comunidad eclesial, una nueva familia (cfr. Mc. 3, 34ss). Los
que están unidos a Jesús, a su evangelio y obras comprenden que reciben más de
lo que ha dejado, protegidos por la comunidad eclesial. Precisamente la
aceptación de la fe rompe dolorosamente los lazos familiares del cristiano (cfr.
Mc.13,12; Lc.12,52s). Las palabras de Jesús suenan como una nueva invitación
de Jesús al seguimiento sin olvidar la cruz. Jesús menciona siete realidades que
tocan lo material, los afectos, la profesión, el testimonio en la persecución, y
además, la vida eterna. Si bien, la vocación cristiana, significa romper los propios
planes, no deja el cristiano de tener puntos de referencia, como la familia, la
propiedad, la profesión, pero vistos en perspectiva del Reino de Dios. El cristiano
no camina en esta vida, si no es bajo, la sombra de la cruz gloriosa, vigilando
siempre que el seguimiento sea un compromiso vital. Los discípulos se convierten
así en modelo de dicho seguimiento, para los cristianos del futuro, sin olvidar las
persecuciones, queriendo resaltar el realismo de la vida cristiana que incluye no
sólo la recompensa. Poniendo los ojos en la realidad, esperando, trabajando la
salvación, sabiendo que la verdadera recompensa, está por venir, la vida eterna.
Sólo ahí los que fueron primeros, serán últimos, y éstos serán los primeros. Aquel
que se da todo, recibirá mucho más de ÉL, mas quien piensa sólo a la
recompensa, no se ha entregado de lleno todavía a Dios.
b.- Meditación. ¿Qué me dice? ¿Qué palabra o hecho de este evangelio me
habla al corazón? Escoge tu texto o versículo y da razón de tu elección.
- “Maestro bueno…Nadie es bueno sólo Dios” (v.17). Jesús es reflejo,
encarnación, de la Bondad de Dios para con el hombre.
- “Anda, vende lo que tienes, ven y sígueme” (v.21). Todo un camino de
conversión a Jesús y evangelio. Itinerario de fe y seguimiento.
- “Todo es posible para Dios” (v.27). Las riquezas pueden ser un óbice para ir a
Dios.
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- Otros testimonios…
c.- Oración. Qué le digo al Señor Jesús a propósito de este texto? Escoge
una palabra con la que inicias tu oración personal.
- “Maestro bueno” (v.17). Gracias por tu infinita bondad para conmigo, hazme
bondadoso con quien lo necesite. Te lo pido Señor.
- “Fijando en él su mirada lo am￳” (v. 20). Sé que me amas, tu mirar es amar,
continúa mirándome, haz que mi mirada te reconozca como mí único Señor. Te lo
pido Jesús.
- Otras oraciones…
d.- Contemplación y acción. ¿A qué me compromete este evangelio?
- Compromiso: Que el seguimiento de Cristo, nos haga más conscientes de la
llamada que recibimos.
5.- Relectura bíblica que hace S. Teresa de Jesús de este pasaje evangélico:
Santa Teresa de Jesús, si bien nació en una situación privilegiada, el encuentro
con Jesucristo la hizo comprender el tema de la pobreza efectiva y afectiva. “Y
crean, mis hijas, que para nuestro bien me ha dado el Señor un poquito a entender
los bienes que hay en la santa pobreza, y las que lo probaren lo entenderán, quizá
no tanto como yo; porque no sólo no había sido pobre de espíritu, aunque lo tenía
profesado, sino loca de espíritu. Ello es un bien que todos los bienes del mundo
encierra en sí; es un señorío grande; digo que es señorear todos los bienes de él
otra vez a quien no se le da nada de ellos. ¿Qué se me da a mí de los reyes y
señores, si no quiero sus rentas ni de tenerlos contentos, si un tantito se atraviesa
haber de descontentar en algo por ellos a Dios? ¿Ni qué se me da de sus honras
si tengo entendido en lo que está ser muy honrado un pobre, que es en ser
verdaderamente pobre?” (Camino de Perfecci￳n 2,5).
6.- Alabanza y Adoración. Te alabamos Señor.
- Te alabamos Padre por tu Hijo, nuestra única riqueza. Te alabamos Señor.
- Te alabamos desde nuestra condición de discípulos. Te alabamos Señor.
- Te alabamos Padre desde todos los alejados, indiferentes a la fe y amor de Dios,
desde ellos y con ellos, te alabamos Señor.
- Te alabamos Padre desde todos nuevos llamados al matrimonio, sacerdocio,
vida religiosa, desde ellos y con ellos, te alabamos Señor.
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- Otras alabanzas…
7.- Preces: Te lo pedimos Señor.
- Te pedimos Señor por la Iglesia y el Sínodo de los Obispos sobre la Familia
cristiana. Te lo pedimos Señor.
- Te pedimos Señor por nuestro país y sus necesidades más urgentes. Trabajo,
salud, educación, etc. Te lo pedimos Señor.
- Te pedimos por todos los Carmelitas Teresianos, que celebra a su Santa Madre
Teresa de Jesús de Ávila, para que frailes, monjas de clausura y hermanas,
seglares demos un buen testimonio de Cristo y su evangelio, donde nos
encontremos. Te lo pedimos Señor.
- Por este mes del Rosario, para que su recita renueve nuestra adhesión a Jesús y
María al meditar sus misterios.
- Otras preces…
8.- Padre Nuestro
9.- Abrazo de la paz
10.- Bendición final.
“Buscad leyendo y hallaréis meditando; llamad orando y abriros
contemplando” (S. Juan de la Cruz).
Página Web: www.carmelitasvina.cl