COMPARTIENDO EL EVANGELIO
Reflexiones de Monseñor Rubén Oscar Frassia
(Emitidas por radios de Capital y Gran Buenos Aires )
01 de Noviembre – SOLEMNIDAD DE TODOS LOS SANTOS
Evangelio según San Mateo 5,1-12ª
Seguían a Jesús grandes multitudes que llegaban de Galilea, de la Decápolis, de
Jerusalén, de Judea y de la Transjordania. Al ver a la multitud, Jesús subió a la
montaña, se sentó, y sus discípulos se acercaron a él. Entonces tomó la palabra y
comenzó a enseñarles, diciendo: "Felices los que tienen alma de pobres, porque a
ellos les pertenece el Reino de los Cielos. Felices los pacientes, porque recibirán la
tierra en herencia. Felices los afligidos, porque serán consolados. Felices los que
tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados. Felices los misericordiosos,
porque obtendrán misericordia. Felices los que tienen el corazón puro, porque verán
a Dios. Felices los que trabajan por la paz, porque serán llamados hijos de Dios.
Felices los que son perseguidos por practicar la justicia, porque a ellos les
pertenece el Reino de los Cielos. Felices ustedes, cuando sean insultados y
perseguidos, y cuando se los calumnie en toda forma a causa de mí. Alégrense y
regocíjense entonces, porque ustedes tendrán una gran recompensa en el cielo; de
la misma manera persiguieron a los profetas que los precedieron."
DIOS QUIERE QUE SEAMOS SANTOS
Es muy importante saber y reconocer que Dios es Santo, es inmenso,
inconmensurable, trascendente, inalcanzable y que esa santidad Dios nos la quiere
compartir, participar. Por eso, a través de diferentes personas, en el último tiempo
nos habló por medio de su Hijo, Jesucristo. Y Cristo, que conoce al Padre y el Padre
conoce a Cristo, nos lo da a conocer: “quien me ve a mí, ve al Padre, pues el Padre
y yo somos una misma realidad”
El trato con Dios debe ser un trato de respeto, de consideración y también de
temor. Temor cuando el Hijo ama al Padre -“tengo temor de no fallarle a mi Padre”,
“tengo temor de honrarlo a mi Padre y que mi Padre esté bien”, “no tengo temor a
que mi Padre me castigue”, “tengo temor de Dios porque no quiero hacer fracasar
su obra en mí”- cuando uno ama respeta y tiene temor de Dios.
Él nos manifiesta y nos muestra que en esta vida siempre hay contradicciones,
contrariedades, dificultades: los que tienen alma de pobre, los afligidos, los
pacientes, los misericordiosos, los que tienen un corazón puro, los que trabajan por
la paz, los que son perseguidos por su causa.
Por seguirlo a Cristo, por ser cristiano, ¿nos van a suceder estas cosas? ¡Si, van a
sucedernos estas cosas! Nos van a suceder estas cosas porque primero le
sucedieron a Él, por lo tanto Él da sentido a aquello que estamos viviendo.
Queridos hermanos: el cristiano es santo; vivimos de los santos, no traicionemos al
inmenso, al misericordioso, al inconmensurable, al amor misericordioso de Dios.
¡Los santos, a las cosas santas! La santidad no es fruto de nuestro esfuerzo
humano sino que es Don del amor de Dios y respuesta nuestra a la iniciativa divina;
porque Dios quiere que nosotros seamos santos. Que tengamos el anhelo de buscar
y vivir la luminosidad de la santidad.
Les dejo mi bendición: en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén