I Domingo de Adviento, Ciclo C
EL GRADUADO
Padre Pedrojosé Ynaraja
1.- Ya lo sé, mis queridos jóvenes lectores, que es el título de una película de
escabroso contenido y tema musical atrayente y pegadizo, que seguramente
conocéis. Se trata de que, en un domicilio americano, celebran con solemnidad la
fiesta de graduación del hijo. Es compleja la preparación y desarrollo. A eso iba.
2.- Cambio de tercio. Suponeos que un día, al entrar en una casa, os encontráis
que todo el mundo se mueve atolondrado, que se escuchan el rastrear de muebles,
se oye el silbido propio de cuando se está probando un equipo de megafonía, se ve
el relampaguear de muchas bombillas y encuentra uno pavimentos mojados. El
espectáculo es desconcertante y hasta aterrador si alguien se le ocurre pensar que
se ha sufrido en aquel lugar un acto de terrorismo. Os puede hasta entrar miedo y
no atreveros a penetrar.
3.- De repente aparece alguien que conocíais de referencias, persona de confianza,
y le preguntáis ¿qué está pasando? La persona con sorna os dice ¿pero no lo sabes?
¿No estás enterado? ¿De qué? le volvéis a preguntar. Pues que al hijo del amo, del
gran señor de esta casa, le han concedido una condecoración, que ni él ni nadie de
la familia, había soñado. Arman ahora la de san quintín entre todos. No te
inquietes, si te molesta el barullo aléjate un poco y observa. Verás en qué va a
cavar todo. No tengas miedo, que las bengalas son de adorno, no suponen peligro
alguno. Los timbales y los truenos que oirás sonar son inofensivos, pruebas que los
músicos hacen para afinar sus instrumentos. Es la gran fiesta familiar y quieren que
todos se enteren. No digamos la satisfacción del galardonado, que nunca hubiera
imaginado tal premio y que emocionado, ni siquiera se atreve a colaborar en los
trabajos. Los demás no se lo recriminan, está nervioso, no se lo esperaba, la
condecoración beneficia a todos. De ahora en adelante será diferente…
4.- Como en la fiesta de la película del director Mike Nichols, la del imponente y
maravilloso Ford descapotable, que da título al presente, todo deslumbra. Así será
el fin del mundo. Y que se me perdone la comparación. (No me recordéis el
obsceno comportamiento de los personajes, que casi he olvidado del todo. Lo que
tengo muy presente es la teatral decoración y el apreciable interés que tienen
desde el padre de una, al empresario con ínfulas de veterano economista.
Perdonadme si todo esto lo consideráis inoportuno e inconveniente. La verdad es
que seguramente no la habréis visto y yo al considerarlo así quedo tranquilo).
5.- Pues bien, el tema del evangelio del presente domingo lo debéis reflexionar
considerando que el Señor nos quiere enseñar que el final de los finales, nuestro
final personal, tendrá o podrá tener tintes de desconcierto, pero acabará en nuestro
triunfo. ¿Estamos preparados? ¿Estamos preparando la conclusión? ¿Nos
mereceremos el premio que espera concedernos o a última hora deberá el Señor
arrinconar la recompensa e impedirnos la entrada? Animaos, mis queridos jóvenes
lectores, el Señor nos tiene preparados el birrete y el anillo de piedra negra,
símbolo de doctorado en santidad para que lo luzcamos y gocemos toda la
eternidad de eternidades. No le defraudéis.