Pautas para la homilía
I Domingo de Adviento, Ciclo C
¡Levantad la cabeza porque ha llegado vuestra liberación!)
En la introducción se decía que el Adviento es el ciclo espiritual que nos invita a
ahondar en la llegada , o en la venida, del Reino de Dios. Los primeros cristianos
especialmente y también los de otras épocas y los de la época actual en el Adviento
ahondamos en la venida de Jesús y el Reino y promovemos su venida definitiva. Es
lo que los cristianos de la primera generaci￳n llamaban preparar la “Parusía”.
“Parusía” era en el lenguaje civil la “venida” o “llegada” del emperador con pompa y
boato. Pero “Parusía” era para los seguidores de Jesús su llegada definitiva y la
instauración en el mundo de un nuevo orden, nada parecido al anterior, donde se
diera de verdad el cumplimiento de los derechos humanos. Donde “los jefes de las
naciones no dominen sobre ellas y los poderosos no hagan sentir su autoridad”
(Mt.20,25-27)
La “llegada” a nivel personal
Siempre ha estado ahí ese anhelo, esa mirada, esa pregunta por la llegada a cada
corazón. No siempre sabemos ponerle nombre, pero, tenemos sed de Jesús, de
justicia, de respuestas, sobre todo, de amor. De un amor radical, profundo,
incondicional y eterno. En este tiempo de Adviento se nos recuerda que Jesús y su
Reino están viniendo a nuestro corazón. En este tiempo de Adviento se nos pide un
toque de atención para no distraernos con anhelos que se agotan pronto, con
hambres que no nos satisfacen, con motivos que nos entretienen pero no nos dan
sentido. San Agustín llamaba a esta búsqueda “coraz￳n inquieto”: “nos has hecho
para Ti y nuestro corazón está inquieto hasta que repose en Ti”. En Adviento vamos
a dar alas a ese anhelo de absoluto que no puede resolverse en el tiempo y el
espacio pero que si puede mostrarse ya en pequeñas actitudes que vamos a ir
poniendo en nuestra vida.
La “llegada” a nivel social
Hace unos meses la Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Española publicó
un documento titulado “Iglesia servidora de los pobres”. Después de muchos a￱os
esperando los cristianos españoles una palabra de la Iglesia ante la situación social
ésta llegó tras los nuevos aires impulsados por el Papa Francisco. En ella se
presentan las situaciones de pobreza de nuestro mundo y las situaciones de
corrupción y empobrecimiento en valores. Y luego se ponen unos principios de la
Doctrina Social que emanan del evangelio. Y se esbozan algunas propuestas para
llevar a cabo desde la fe. En tiempos de Adviento que van a ser tiempos de
elecciones (en España) es obligado rastrear la llegada del Reino acompañados por
la lectura de este documento para tomar la opción política que creamos que más
contiene los valores del Reino. Pero no acaba todo en el voto, no voto o la
abstención. En nuestros barrios tenemos ONGS, asambleas de acción civil,
demandas a nivel familiar o vecinal que nos están pidiendo nuestra solidaridad.
La” llegada” del Reino a nivel global
También hace unos meses el Papa Francisco public￳ su encíclica “Laudato si” sobre
el cuidado de la casa común que es nuestro mundo. En ella se pregunta cómo es
posible que se pretenda construir un futuro mejor sin pensar en la crisis del
ambiente y en el sufrimiento de los excluidos. “El desafío urgente de proteger
nuestra casa común incluye la preocupación de unir a toda la familia humana en la
búsqueda de un desarrollo sostenible e integral, pues sabemos que las cosas
pueden cambiar. El Creador no nos abandona, nunca hizo marcha atrás en su
proyecto de amor, no se arrepiente de habernos creado. La humanidad aún posee
la capacidad de colaborar para construir nuestra casa común. Deseo reconocer,
alentar y dar las gracias a todos los que, en los más variados sectores de la
actividad humana, están trabajando para garantizar la protección de la casa que
compartimos. Merecen una gratitud especial quienes luchan con vigor para resolver
las consecuencias dramáticas de la degradación ambiental en las vidas de los más
pobres del mundo (Laudato si, nº 13). El ámbito de la miseria y de la degradación
del medio ambiente también es un espacio que requiere nuestra reflexión y
compromiso político y social alentado por las palabras del Papa Francisco.
La “llegada” a nivel eclesial
Es evidente que la llegada del Papa Francisco ha supuesto la entrada de un aire
fresco por las puertas y ventanas de la Iglesia.” Evangeli Gaudium” recogi￳ su
programa. Hace falta que personas y comunidades recojamos su legado y allí donde
se desenvuelve nuestra vida cristiana cada día hagamos posible que estás palabras
tomen cuerpo. Hay ámbitos que deben crecer: la renovación de nuestras
celebraciones litúrgicas, la profundización en la palabra de Dios mediante la “lectio
divina”, la promoci￳n de la mujer y del laicado en nuestras parroquias y
comunidades, la democratización de nuestras parroquias y comunidades, la opción
preferencial por los pobres, la creación de comunidades vivas. La presencia de
Jesús y su Reino se debe notar en estas cosas. Lo mismo que debe notarse en
nuestras “iglesias domesticas”. La familia ha de ser un espacio de vivencia y
educación en los valores de Jesús, poniendo un especial énfasis en la igualdad de
hombre y mujer, en la educación en la fe de los hijos, en la apertura a las
necesidades que nos rodean, y en el especial cuidado de los mayores. El reciente
Sínodo de la Familia nos dará pautas para acercarnos con cariño a aquellas familias
que necesiten una especial atención.
La “llegada” a nivel de la familia dominicana
Estamos celebrando el Jubileo por los 800 años de aprobación de la Orden
Dominicana, buen regalo del cielo para nuestro mundo. Bueno sería renovar
nuestro carisma de “enviados a predicar el evangelio” reconociendo la presencia del
Reino y de Jesús en los orígenes de la Orden y en las tareas actuales , ejerciendo
nuestro carisma de dominicos y dominicas, laicos/as y religiosos/as en diálogo con
nuestro mundo actual y en la opción por los más pobres de nuestro mundo.
He aquí, pues, unas tareas para nuestra espiritualidad de Adviento.
Fr. Manuel Sordo O.P.
Casa del Stmo. Cristo de la Victoria (Vigo)