DOMINGO II DE ADVIENTO. CICLO C
CONVERSION Y EXILIO
Para quien se interese por la poesía Baruc es una fuente inagotable
precisamente por ser un creyente poeta; hijo espiritual de Isaías a quien
recuerda para referirse a los judíos de la dispersión (diáspora) quienes
sienten profundamente su exilio de Jerusalén (Is 40-49). No es un plagio
sino un préstamo para hacer una profesión de fe para validar las promesas
de Dios en el exilio de Babilonia: así es un homenaje a Isaías: “Dios ha
ordenado que se abajen todas las montañas y todas las colinas, rellenar
todos los valles hasta aplanar la tierra; para que Israel camine seguro ante
la gloria de Dios; los bosques y los árboles fragantes le darán sombra por
orden de Dios Porque el señor guiará a Israel en medio de la alegría y a la
luz de su gloria, escoltándolo con su misericordia y su juicio”(Primera
lectura).
LA PALABRA BUSCÓ A JUAN
En aquella época, porque no es fácil detallar la cronología en la tradición
oral fue dirigida una palabra de Dios a Juan, quien había tomado distancia
del templo de Jerusalén para invitar a sus hermanos a la conversión por el
bautismo. Juan pone su predicación, como Baruc, a la sombra de su gran
mentor Isaías quien anunciaba en el exilio la fidelidad de Dios y el retorno a
la tierra prometida: “vosotros retomaréis el camino del retorno” (Is 40).
Habría que hacer entonces una ruta en pleno desierto, rectificando los
senderos, rellenando los valles, rebajando las montañas y colinas, allanando
los caminos ásperos. Todo esto era laborioso por lo difícil y penoso por lo
físico; pero era peor la carga moral que representaba para los deportados
los trabajos forzados de cada año en las fiestas del rey pagano Marduck; en
cambio en el desierto era permitir que el Señor encabezara el retorno
triunfal a Jerusalén no solo para los exiliados sino para que todos nosotros
veamos la salvación de Dios.
Lucas, dice que “la Palabra de Dios vino sobre Juan en el desierto”, lugar del
mínimo vital que se convierte en verdad existencial; y no en el templo de
Jerusalén ni los amplios espacios del imperio romano. Con razón el desierto
fue sitio ideal para la experiencia fundamental del “Bautismo” punto de
partida del perdón y la conversión como máxima cercanía del Mesías. Juan
Bautista fue el que inventó el bautismo antes de Jesús.
La conversión de adviento para la navidad se relaciona más con la liberación
del exilio que con las faltas consuetudinarias que llevamos a la confesión.
Entender esto hace parte de la conversión. La conversión de adviento no es
un problema exclusivamente moral o religioso; es un cambio de mentalidad
para allanar los caminos con el fin de retornar de nuestros destierros
sociales, políticos, de justicia y salud, empleo, vivienda, estudio o cultura.
Permitámosle a Dios que allane los caminos para que sea posible retornar
de nuestros destierros; así lo hizo Dios con Israel liberándolo con todo
cuanto significaba el exilio en Babilonia (aC 570-539)
REPARTAMOS BIEN EL TIEMP0
Si le quitáramos medio tiempo a la elaboración del pesebre, al arreglo del
templo o de las casas para dedicarlo a mirar el camino interior, el itinerario
que se debe recorrer para que Jesús nazca en nuestro corazón;
encontraríamos ante todo que nuestro interior no está en paz, que estamos
llenos de prejuicios para identificar al Mesías con los pobres y hacer una
navidad desde ellos y con ellos más que para ellos. La deuda de los
creyentes en navidad crece y aumenta más que el endeudamiento externo
del país. Nos encontraríamos también con que tenemos parroquias e
instituciones pero no comunidades donde él puede nacer en familia; que
nos gusta más la conversión de cuaresma porque la de adviento y navidad
ya nos parece imposible por haber vendido nuestro interior o alquilado el
corazón a otros dioses, ideologías, o al consumismo religioso navideño. Es
nuestro este aviso: “no hay sitio para Él en el albergue”. ¡Donde irá a nacer
cuando no quiere ni el templo, el imperio o los pesebres¡
LLORANDO Y CANTANDO.
¿Bajo qué condiciones históricas podemos cantar en nuestra conversión de
adviento el salmo de subida de Jericó a Jerusalén que sirvió también para el
final del exilio en babilonia? “cuando el se￱or nos hizo volver del cautiverio
nos parecía soñar; entonces no cesaba de reír nuestra boca, ni se cansaba
entonces nuestra lengua de cantar, aún los mismos paganos con asombro
decían: “Grande cosas ha hecho por ellos el Se￱or. Como cambian los ríos
la suerte del desierto, cambia también ahora nuestra suerte, Señor; y entre
gritos de júbilo cosecharán aquellos que siembran con dolor. Al ir iban
llorando, cargando la semilla; y al regresar, cantando vendrán trayendo sus
gavillas” (Sal 125).
¿CON QUE CONTAMOS PARA RETORNAR?
Pablo habla de la ternura y compasión de Jesús quien no era un sentimental
sino la fuente de la compasión en el seno de las comunidades cristianas.
“Dios es testigo de cuánto los amo con el amor, entra￱able, de Cristo Jesús”
(segunda lectura). Entrañas es un palabra muy íntima del vocabulario
hebreo para hablar de la “compasi￳n”, el amor, los sentimientos, la ternura,
de Dios en Jesucristo expresada en el pesebre. Ese amor entrañable pasa
por la conversión de adviento. Pablo también detalla el contenido de la
oraci￳n de adviento “Que el amor vaya creciendo más y más y se traduzca
en un mayor crecimiento y sensibilidad espiritual y llegarán limpios e
irreprochables a la navidad, sabiendo amar y confiar en las promesas del
pesebre por medio de los pobres.