“AMAR AL POBRE NOS SANA”
Homilía monseñor Juan Rubén Martínez, obispo de Posadas
para el quinto domingo de cuaresma
(13 de marzo de 2016)
En esta carta cuaresmal no puedo extenderme en conceptos que desde la misma antropología, o bien
la psicología se puede indicar como claves para sanar muchas estructuras de corrupción y pecado que
ensombrecen nuestros ambientes cotidianos. S￳lo quiero se￱alar que “el amor” que se vive como
donación, que sale hacia el otro, y sobre todo el amor que privilegie al pobre que necesita con
misericordia nos sana, nos desenrieda, nos desneurotiza y sobre todo nos permite vivir la propuesta del
Evangelio, que nos hace Jesucristo, el Señor. Donde hay gente que quiere vivir el amor donado a los
demás, con misericordia, se transforman los ambientes comunitarios, y la misma cultura se humaniza,
generándose espacios de alegría y esperanza.
En esta carta también quiero pedirles a mis hermanos sacerdotes que al celebrar la Eucaristía,
actualizando el amor Pascual, pidamos la gracia de traducir lo que celebramos en la cotidianidad de
nuestro ministerio, sobre todo como pastores misericordiosos. Un momento clave será siempre el don
que el Señor nos regaló en el servicio del sacramento de la reconciliación. Es en cada confesión donde
somos instrumentos del amor misericordioso de Dios, y hacemos mas patente que “Jesucristo es el
rostro de la misericordia del Padre.”
También les pido a tantos hermanos y hermanas de la vida consagrada en la Diócesis que desde su
maravillosa vocación testimonien proféticamente a Dios como un Padre que nos ama. En una sociedad
con una fuerte tendencia a lo mercantil es profético testimoniar que el único absoluto es Él, y que el
tener, el poder y el placer no pueden ser absolutizados, ni idolatrizados. Cuando esto pasa siempre se
daña la dignidad humana.
Como Diócesis durante toda la cuaresma realizaremos nuevamente nuestro gesto diocesano de la
llamada “Colecta del 1%”. Es un aporte que adquiere su sentido y espiritualidad en este tiempo
cuaresmal, como fruto de la conversión, desde el compartir, o bien, desde la comunión de bienes. El
1% de nuestros ingresos totales, es sólo un indicador, para que con lo que aportemos, podamos ayudar
a nuestros hermanos en el tema de la vivienda, ranchos, baños y letrinas. Será una oportunidad y un
gesto concreto de conversión al amor misericordioso. Obviamente esta colecta se potencia en este año
Santo de la Misericordia, transformándose en excelente oportunidad para realizar un acto concreto de
misericordia.
En la Diócesis también hemos designado cuatro Parroquias para ganar indulgencias plenarias,
recurriendo a este regalo de Dios como pobres que pedimos por nuestros hermanos difuntos, o bien
por nosotros mismos. Las parroquias designadas son: Nuestra Iglesia Catedral San José, la Parroquia
de Santa Teresita del Niño Jesús de Leandro N. Alem, San Pedro y San Pablo de Apóstoles y Cristo
Redentor de Jardín América. También se puede pedir la indulgencia plenaria en todas las fiestas
patronales de las Parroquias y Capillas, durante el tiempo que dure el año Santo.
Al finalizar esta carta que pretende ser un aporte para vivir mas intensamente este tiempo cuaresmal,
en el contexto del Año de la Misericordia, deseo que en cada Misa actualicemos nuestro compromiso
pascual de prolongar lo que celebramos, el amor donado y misericordioso, en la cotidianidad de
nuestras vidas. Será una buena manera de prepararnos para nuestro Congreso Eucarístico de Tucumán
en el que participaremos el próximo 16 al 19 de Junio del corriente año.
Queridos hermanos y hermanas el abrazo paterno de un Dios que nos ama llegue a cada uno de
nosotros y desde esta experiencia de su amor, seamos puentes e instrumentos para todos nuestros
hermanos, sobre todo los más pobres, excluidos y sufrientes.
Les envío un saludo cercano, y hasta el próximo domingo!
Mons. Juan Rubén Martínez, Obispo de Posadas