19 de marzo : San José Esposo de María y padre adoptivo de Jesús
Hacemos una pequeña pausa en la Cuaresma para celebrar al justo por excelencia San
José. Que su ejemplo y santidad de vida, nos motiven hoy para prepararnos como debe ser
para los días santos que vienen. Aprendamos de José su disponibilidad, su fe, su silencio, su
oración, condiciones indispensables para comulgar con Dios.
Evangelio
Lectura
del
santo
evangelio
según
san
Mateo
(1,16.18-21.24a):
Jacob engendró a José, el esposo de María, de la cual nació Jesús, llamado Cristo.
El nacimiento de Jesucristo fue de esta manera:
María, su madre, estaba desposada con José y, antes de vivir juntos, resultó que ella
esperaba un hijo por obra del Espíritu Santo.
José, su esposo, que era justo y no quería denunciarla, decidió repudiarla en secreto. Pero,
apenas había tomado esta resolución, se le apareció en sueños un ángel del Señor que le
dijo: - «José, hijo de David, no tengas reparo en llevarte a María, tu mujer, porque la criatura
que hay en ella viene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús,
porque él salvará a su pueblo de los pecados.»
Cuando José se despertó, hizo lo que le había mandado el ángel del Señor.
Palabra del Señor
Reflexión Central:
Aprender a vivir en el desorden:
En el evangelio de este domingo, se nos presenta un hombre, un laico, casado, carpintero de
profesi￳n. No se le escucha hablar…lo que no quiere decir que no hace nada. Él se
compromete, se entrega a aquello que es bien raro sobre nuestro mundo: ¡ESCUCHAR! El
escucha los eventos: su mujer está embarazada y él no tiene que ver en ello. Él no comprende.
Él entra en sí mismo. Él escucha. Una palabra venida de “otra parte” “de lo alto” lo abre a
una presencia que está actuando, precisamente en aquello que él no comprende. Después
viene a su corazón el largo relato (histórico) de su pueblo, las profecías, y una promesa que
flota sobre él como la nata sobre la leche: Emmanuel…
Caos, desorden, crisis, problemas, dificultad…Tendemos a ver casi siempre estas situaciones
como negativas, no posibilitadoras de vida, frustrantes, decepcionantes. Pero mire, le apuesto
a que alguna vez ha escuchado estas frases: “no hay mal que por bien no venga” o “la crisis
ayuda a crecer” o aquella del filósofo colombiano, el ex entrenador de la selección
colombiana de futbol, Maturana “perder es ganar un poco” …
En el evangelio del domingo pasado el cuadro no podía ser más frustrante y decepcionante:
la mujer adúltera es acusada con hipocresía por gente más pecadora que ella y Jesús era
puesto a prueba, en una situaci￳n inc￳moda…Jesús nos ense￱a “a armarse de paciencia y de
coraje” ante la dura realidad: mismo si todo parece oscuro, pésimo, violento “los ciegos ven,
los sordos escuchan, los leprosos son purificados, los muertos resucitan”, pues Jesús está en
la obra…y pues, como lo veremos aún más en la semana Santa que iniciaremos este domingo,
Dios va a venir, el Mesías se manifestará y triunfará finalmente…La muerte y la maldad, no
tienen la última palabra. Todo pasará, pero las palabras de Dios no pasarán…
El relato del evangelio de esta fiesta de San José, va como en el mismo sentido.
Cuando se lee un pasaje del evangelio como el de este día, uno lo lee casi siempre en el
contexto de lo que se está viviendo.
Qué podemos aprender del relato sobre el nacimiento de Jesús?
Una frase del relato viene a focalizar la atención: “ pero antes de que vivieran juntos, quedó
embarazada por obra del Espíritu Santo”. Olvidemos por el instante la explicación
religiosa. Contemplemos a José. Nos encontramos ante una situación donde nada ocurre
como se había previsto. Esta pareja sin duda que había soñado una vida bien en regla, con
las etapas previstas de las frecuentaciones, de la vida común, del nacimiento del hijo. Y he
aquí que el niño es concebido en mal momento, y entonces José se encuentra con un hijo
del cual no es el padre. Situémonos en esta época, y uno puede imaginarse la dimensión del
drama. Dos personas ven su vida completamente sacudida, expuesta al fracaso. Hay un
comentarista que encuentra « que se echa habitualmente agua bendita demasiado rápido
sobre esta escena, haciendo intervenir todo seguido, de manera rápida los mensajeros. Uno
diría: María sabía todo, ya que el Ángel Gabriel le había explicado lo que pasaba; del lado
de José, este ve como el Ángel también le expone todo el plan de salvación y él “la coge de
una, de manera rápida” y se da cuenta de la situación .
Si uno hace esto, al relato se le amputa una dimensión fundamental, puesto que no es por
azar que la base del relato sea una situación de “desorden”, donde las cosas no pasan como
uno las habría deseado. Más tarde, Mateo nos describirá el desarraigo de esta familia, luego
de la huida a Egipto, a la manera de los desarraigos vividos por el pueblo judío.
La buena Noticia acá es que en el centro de nuestros desordenes y nuestros desarraigos,
Dios está con nosotros. Él es el Emmanuel (“Dios con nosotros” ). Esto se opone a nuestra
percepción común, percepción que se ve abundantemente en el Antiguo Testamento:
cuando yo soy próspero y que todo va bien en mi vida, que yo puedo satisfacer todas mis
ambiciones, que mis hijos son bien “formados y colocados”, yo poseo el signo, esa es la
señal de que Dios está conmigo.
Lo que se afirma acá en este pasaje del evangelio para este día, es totalmente diferente. No
porque nuestra percepción sea totalmente falsa, sino porque ella es demasiado limitada.
Nuestro relato dice esto: Eso que ustedes han considerado como un desorden por el
contrario ha sido para ustedes una fuente de liberación, gracias al Espíritu de Dios.
Basados en la imagen del desorden, bajo ella, cada uno puede desprender o concluir algo
de su vida.
La persona adoptada puede colocar acá sus preguntas o cuestiones sobre sus padres
originales.
Las parejas que han conocido el divorcio, después de haber soñado como tantas otras una
alianza eterna, se reconocerán acá igualmente.
Piensan ustedes que los homosexuales, varones y mujeres, han deseado ser esos casos
“excepcionales” de nuestra sociedad?
Uno puede pensar en todos esos jóvenes que no pueden seguir la curva normal de
aprendizaje.
Uno entiende la reacción de José al querer repudiar a María: como todo hombre que se
respete, él no puede aceptar un tal desorden. Él es como nosotros, al querer una vida
“correcta”, sin problemas.
Jesús es el fruto de este desorden. Esto sin duda, lo ha marcado hasta el punto de sentir
compasión sorprendente por todos los marginados. Pero aún lo más importante que hay
acá, es su convicción de que en el centro de estos sucesos (eventos) y de estas situaciones
que nosotros rechazaríamos de mil amores, el Espíritu de Dios está obrando para
transformarlos en evento liberador. Todo esto nos hace pensar en ese perro labrador en
Suiza al que se le había amputado una pata, y que habría desarrollado un sentido del olfato
excepcional debido a su hándicap y gracias a esto, llegaría a salvar la vida de un esquiador
sepultado por una avalancha: así un hombre le debía su vida a un perro de 3 patas (noticia
del 2004).
En vísperas de la celebración triduo pascual, recordemos que su historia de resurrección,
ha sido posible gracias a la decisión de José de llevarse María a su casa, a pesar de su
consternación.
Este fue un gesto de fe. El mismo llamado espera nuestra respuesta.
Querido José, enséñanos el arte de vivir LA FE. Condúcenos al interior de nosotros mismos.
Enséñanos a adoptar y hacer nuestro el silencio que nos causa miedo. Enséñanos el arte de
escuchar la Palabra. Amén!
ORACIÓN-CONTEMPLACIÓN
Como un hombre anónimo e insignificante
te imaginan los literatos paganos.
Para Saramago, tú fuiste crucificado por error...
y por estar en el lugar y la hora equivocadas.
Para los evangelistas apócrifos,
fuiste un hombre demasiado soso,
el viejito barbado al que le florece el bastón
signo de la elección divina para ser esposo de María.
Nuestros evangelistas oficiales Mateo y Lucas,
te presentan lacónico, discreto, íntimo,
pero no dejan de insistir en tu fidelidad a Dios
y en el sentido preclaro y divino que tienes de la justicia.
Oh San José, qué poco se te ha cantado
los homenajes para ti han sido fugaces y escasos.
En la novena del pesebre te llamábamos padre putativo
riéndonos antes de descubrir al sinónimo de adoptivo.
Eras joven imberbe o viejo experimentado?
Agricultor o carpintero, te dedicabas a oficios varios?
Poco importa saber a qué te dedicabas puntualmente,
Tu mérito estuvo en hacer las veces de padre humano de Jesús.
Tu corazón e inteligencia eran grandes,
tus manos no sabían más que de trabajo productivo,
y tu alma de judío fiel a los mandamientos divinos,
respiraba magnánima y denodada ternura.
Buen esposo de María, digno objeto de nuestro homenaje,
Nuestro corazón hoy te pide: guarda, guarda a tus hijos.
Testigo del nacimiento y de los jóvenes años de Cristo,
nuestro corazón hoy te suplica: ora, ora por nosotros …
II
La falta de fe nos impide apoyarnos únicamente en Ti
y abandonarnos entre tus manos.
La verdad es que al alejarnos de Ti,
nosotros nos alejamos de la verdadera Vida y del Verdadero Amor.
Danos hoy el corazón de José
para que lleguemos a ser “justos”,
que seamos personas que viven constantemente de tu Palabra
y que se alegran plenamente, al vivir de acuerdo a tu Voluntad,
puesto que, solo manteniendo esta actitud de apertura hacia Ti,
es Como nosotros sabremos acoger en la Fe a tu Hijo,
el Emmanuel, que tu das al mundo.
Que tu Espíritu nos conduzca siempre a crear cada vez más
en nuestra existencia más espacio para Señor de la Semana Santa,
de manera que lleguemos a ser más compasivos y amemos a los otros
hasta el final como tu Hijo lo ha hecho.
Nosotros queremos comprometernos
en nuestro ambiente de vida y de trabajo,
a realizar gestos y actos de solidaridad en esta Semana Santa
y a lo largo de todo el año que sigue…
Amén!
P. GUSTAVO QUICENO J.mxy
Medellin-Colombia
Referencias:
http://ciudadredonda.org (para el texto del evangelio)
Pequeño Misal "Prions en Église", edición quebequense, Novalis 2010-2013.
HÉTU, Jean-Luc. Les Options de Jésus.
http://mystereetvie.com
radiocanada.ca