DOMINGO III DE PASCUA, CICLO C
HAGAMOS NUESTRA LA RESURRECCIÓN.
En la narración de las apariciones el evangelista no tiene como fin sólo contar lo
que le ocurrió a Jesús con la resurrección sino para que los creyentes
accediéramos a ella para hacerla nuestra, por la predicación, la Liturgia y el
discernimiento de su presencia en la comunidad. Él está ahí en medio de los
discípulos porque estaban reunidos en su nombre y estaban advertidos que
permanecería en la comunidad hasta el fin del mundo
INVISIBLE PERO NO AUSENTE
En la obra de la evangelización simbolizada en lanzar la red a nombre del
resucitado para ampliar la comunidad como el número y la variedad de peces,
los carismas, en la barca de la iglesia; sumado al pescado y el pan como don
previo para significar la eucaristía - comunidad son la presencia del Señor
resucitado invisible pero no ausente. Ahora el resucitado interroga con
delicadeza tres veces a Pedro para que borre el recuerdo de su triple negación.
“Sim￳n hijo de Juan ﾿me amas que a éstos? Él le respondi￳: Si se￱or tú sabes
que te quiero. El amor de Pedro por Jesús fue razón para confiarle la misión de
ser pastor de la comunidad. “Puesto que me amas más que los otros te confi￳ la
misi￳n, y es por confiarte esta misi￳n por lo que tú me debes amar más”. Es una
misi￳n de servicio a la comunidad más no de poder como lo indica: “vestirse por
sí mismo o dejar llevarse por otro hasta la cruz” es la obediencia al resucitado
antes que a los hombres. “Si el proyecto de evangelizaci￳n fuera de hombres sin
duda alguna que fracasaría pero si es de Dios no podrán destruirlo y estarán
luchando contra Dios”, advirti￳ Gamaliel al sanedrín en la defensa de Pedro y
Pablo. (Primera lectura).
“SEÑOR SOY MAS ÚTIL VIVO…”
Para comprender el Sal 29 en el contexto de la resurrección de Jesús,
imaginemos a una víctima, un secuestrado, un habitante de la calle o un
desencantado de los líderes que lo abandonaron llenándolo de promesas,
diciéndole a Dios: “Se￱or yo soy más útil vivo que muerto”; pues si te callas
seré igual que los que bajan a la fosa, escúchame señor y compadécete; Tú
señor me salvaste de la muerte y a punto de morir me reviviste .El llanto nos
visita por la tarde, por la mañana el júbilo. Convertiste mi duelo en alegría, te
alabaré por eso eternamente”. El salmo termina celebrando la resurrecci￳n de
Jesús quien obra en nosotros el cambio personal y social. La fe es hacernos a la
victoria del resucitado construyendo una sociedad más humana y una paz más
segura para poder decir: “Se￱or, mi Dios, yo te doy gracias” (sal 29).
El Aleluya de la resurrección significa que Dios nos ha sacado de la servidumbre
a la libertad, de la tristeza a la alegría, del duelo a la fiesta, de las tinieblas a la
luz. “Digno es el Cordero que fue inmolado, de recibir el poder y la riqueza, la
sabiduría y la fuerza, el honor, la gloria y la alabanza ᄀaleluya!” (Segunda
lectura).
Padre Emilio Betancourt