IV Semana de Pascua, Ciclo C
VOCACIÓN, MISIÓN, ENVIDIAS Y OTRAS HIERBAS
Padre Pedrojosé Ynaraja
1.- Estoy seguro de que ninguno de vosotros, mis queridos
jóvenes lectores, estáis en Turquía. Aun si así fuera, deberíais
tener estudios de arqueología, para saber dónde estuvo la ciudad
de Antioquía de Pisidia, para que fueseis capaces de situar
geográficamente, el episodio que narra el fragmento de los
Hechos de los Apóstoles, correspondiente a la misa de hoy. Yo
mismo, mediterráneo que soy y que visité en una ocasión
Turquía, no tenía ni idea de donde estaba el lugar señalado. En la
actualidad, por lo que he leído, solo queda las ruinas de una
antigua iglesia y bajo esta parece que hay vestigios que
corresponden a la sinagoga que nuestros protagonistas de hoy
visitaron. Entraron en el recinto ilusionados, llamaron la atención
por la novedad de su mensaje e inmediatamente surgieron, sin
que ellos lo pretendiesen, los problemas que cuenta el texto de la
primera lectura de la misa de hoy.
2.- Una vez introducidos mentalmente, observaréis que la
narración de los hechos corresponde a un percance común.
Llegan ellos, Pablo y Bernabé, se encuentran una comunidad que
acude a la sinagoga habitualmente, practicantes de toda la vida,
les llamaríamos hoy. Bastante homogénea la mentalidad, pero
con algunas diferencias que no habían ocasionado hasta entonces
ningún contratiempo. Escuchan todos, algunos asienten. Se trata
de aquellos que conservan en su interior su alma de niño, que
están esperando ilusionados la novedad que cada día pueda
regalarles. Gente joven en una palabra. Convencidos de lo que
escuchan, se acercan confiados, dispuestos a seguirles. Es lo que
de ninguna manera están dispuestos a permitir los demás. Nada
de cambios, es preciso conservar la seguridad en la que vivían
hasta entonces. Mejor es marginar, expulsar, descartar, diría el
Papa Francisco, que consentir que otros introduzcan novedades.
3.- Llamadle como queráis, mis queridos jóvenes lectores, en
nuestro lenguaje tradicional, decimos que eran envidiosos. Ante
tal tendencia, pecado capital lo denomina el lenguaje escolástico,
no hay nada que hacer. No es posible el dialogo, no se consigue
nada. Apartarse, aunque parezca ser una derrota, es lo único
posible, lo practicable, la puerta abierta a nuevos horizontes
salvadores, para quien esté dispuesto a creer que existen. ¿No
nos aceptáis? Pues nos vamos a otro sitio, propondremos nuestro
mensaje a otros, les dicen a los de Antioquia de Pisidia.
4.- Pero la envidia no es una tendencia que solitaria. No se
contenta con que el que considera enemigo se aleje. Es preciso
derrotarle, desacreditarle, anonadarle. Que ni siquiera quede
memoria del que ha comportado peligro para la comunidad. Hay
que tener en cuenta que cualquier comunidad que se precie, goza
de un archivo de datos, carnets de socios incluidos, de un local de
reunión, una cuenta corriente, unas costumbres y unas fiestas,
todo lo cual no puede desaparecer de golpe.
5.- Pablo y Bernabé no se arredran, valientemente les anuncian
su propósito y decisión. Se irán a otros lugares, ofrecerán su
mensaje a gente más receptiva, más ingenua, más humilde, más
joven de espíritu. Les han vencido, pero no derrotado.
Continuarán con coraje y Fe. No es de extrañar, el espíritu Santo
impregnaba su interior, era preciso proseguir. Y fueron fieles a
ello.
6.- Muchos de los que me leáis, mis queridos jóvenes lectores,
seguramente, viviréis sumergidos en lo que llamamos primer
mundo, cultura occidental, capitalismo puro y duro, como os
guste calificar. Realidad social decadente, dicho con sinceridad.
Tal vez no os acepten en vuestro entorno, en vuestra misma
familia tampoco. No os dejéis vencer. N os olvidéis de que
pertenecéis a un momento donde la gente se mueve, se desplaza,
se comunica, sin que sean problema las distancias que pueda
haber. Si para preparar un mejor futuro profesional se acude a
becas Erasmus, a colocarse “au pair”, a fregar platos o vender
flores, con tal de tener ocasión de aprender un idioma que facilita
la comunicación social, no olvidéis que nuestra Fe es católica, es
decir universal.
7.- Hasta ahora me expresaba en términos geográficos, pero
paralelamente podría sugeriros que existen visiones de Fe, o
estilos, diferentes de los de vuestro entorno. En el jardín de la
Iglesia germinan y crecen nuevos y jóvenes enfoques. Tratad de
descubrirlos. Cambian los regímenes políticos y progresan, donde
progresan, los productos interiores brutos, pero siempre hay
pobres, no lo olvidéis, no les olvidéis. Y si los métodos de ayuda
antiguos no sirven, surgen nuevos movimientos solidarios,
interesaos por ellos y si veis que corresponden a lo que os sentís
llamados, no dudéis, enrolaos en el que encaje mejor vuestro
corazón.
8.- Y si nada encontráis por los espacios geográficos, explorad el
virtual. Haceos apóstoles por Internet. (Colaborad redactando,
diseñando o ayudando a colgar archivos, o como se llame, en
este querido espacio llamado www.betania.es- ¡anda ya!- Ángel
Escorial, no he dicho nada-). Por muy virtual que lo consideremos
la “red de redes” es real. A los ojos de Dios propagar por ella el
Evangelio es más auténtico que un sermón de campanillas,
pronunciado en una vieja y vetusta catedral gótica, si es que este
lo fuera. Buscad lo que es de Cristo, no lo que es vuestro, lo que
pensáis os pertenece. (Flp 2, 21).
9.- Las otras dos lecturas también son muy interesantes y si no
me refiero a ellas es porque creo que os lo que os he dicho es
suficiente, pero no me resigno a no añadir algo que corresponde
al evangelio. Recordad lo que se le dijo a Pedro a la orilla del
Lago. No se le nombró “gobernador militar” de una futura grey.
Se le encomendó que apacentara. Un pastor más que mandar,
ama. Un mayoral es muy diferente a un jefe de gobierno. Las
ovejas más que animales amaestrados, semejan compañeros
fieles del ovejero. A unos y a otros nos corresponde obrar de
acuerdo con los proyectos del Maestro.