DOMINGO VI DE PASCUA, CICLO C
CONFLICTOS, COMUNIDAD Y PAZ
En los domingos anteriores ya hemos oído hablar de la comunidad cristiana en
Antioquía de Siria; hoy nos encontramos con un problema grave hacia el año 49.
Desde el principio Antioquía ha tenido cristianos de origen judío y griego; los
judíos son circuncisos y los paganos son indiferentes ante tanta normatividad
judía. Unos y otros se trataban como pésimos cristianos. Si un pagano pedía el
bautismo se tenía que someter a todas las leyes judías empezando por la
circuncisión, las abluciones y las comidas; es decir, si un pagano quería ser
cristiano tenía antes que ser judío. “El Espíritu Santo y nosotros, la comunidad,
hemos decidido no imponerles más cargas, a la comunidad pagana, que las
estrictamente necesarias” (primera lectura). La recompensa a esta manera de
tratar los conflictos no se dejó esperar: “La comunidad que me ama, cumplirá mi
palabra y mi Padre la amará y haremos en ella muestra morada”. ¡Y todo esto
por servir a los hermanos! “La comunidad que no me ama, por no ponerse al
servicio de los demás, no cumplirá mis palabras” “El consolador, el Espíritu
Santo que mi Padre les enviará en mi nombre, les enseñará todas las cosas y les
recordará todo cuanto yo les he dicho” (evangelio). Es misión del Espíritu
enseñarnos a amar al prójimo y guardar en nuestro corazón la memoria
responsable de la compasión eficaz para los demás, sobre todo con los pobres,
sus preferidos .
LA PAZ PRIMER DON DEL ESPÍRITU
Al correcto planteamiento de todas las dificultades, en este caso al interior de la
comunidad y la iglesia desde la experiencia de la resurrección de Jesús el
Espíritu nos da como don la paz: “la paz les dejo mi paz les doy no como la da el
mundo. No pierdan la paz ni se acobarden” (en las dificultades y conflictos). El
Espíritu nos puede decir de qué paz se trata máxime que son tantos los
ciudadanos que no saben de qué paz se les está hablando y sienten temores por
la paz futura. La paz del Espíritu ya está en nuestros corazones por el bautismo,
hay que reavivarlo algo por el amor a Dios en los hermanos; así no temblará ni
se acobardará nuestro corazón ante los conflictos y problemas de todo orden.
LA CIUDAD RECONCILIADA.
Continuando con el apocalipsis, segunda lectura, juan tiene una experiencia
mística del resucitado, viendo desde la lejana Patos la nueva Jerusalén, donde el
resucitado está presente por su Espíritu, una ciudad reconciliada. No necesita
templo porque los creyentes son templo desde el momento que han comenzado
a ser humanos; tampoco requieren de luz porque el resucitado es la luz y vida
de los humanos. La ciudad reconciliada será un polo de atracción porque los
humanos han encontrado en ella la paz que habían perdido. Juan nos dice que
debemos construir y abrir la ciudad encerrada por los miedos a una ciudad de
puertas abiertas donde la vida será gozo de día sin noche. Esta es la ciudad del
libro de la vida del resucitado; ciudad creada y edificada como entrega de amor
para los hermanos (Segunda lectura). A la construcción de esta futura ciudad
estamos llamados la comunidad de los creyentes desde nuestra experiencia
diaria de la resurrección de Jesús hecha realidad histórica por la compasión que
nos hace más humanos
Padre Emilio Betancur