“SÓLO EL SOBREVIVIR ES POBREZA”
Homilía monseñor Juan Rubén Martínez, obispo de Posadas
para el Domingo VI de Pascua
(1 de mayo de 2016)
Durante este tiempo pascual hemos leído textos bíblicos relacionados a la evangelización de la
Iglesia en sus primeros tiempos y sus comunidades que nos han permitido discernir sobre las nuevas
realidades y desafíos que tenemos en este inicio de siglo XXI. El texto del Evangelio de este
domingo (Jn. 14,23-29), nos anima en la esperanza a saber que el Espíritu Santo acompaña y
acompañará a su Iglesia hasta el fin de los tiempos. En este sentido hemos señalado reiteradamente
el problema del secularismo, el planteo de una sociedad sin Dios, que lo ignora y lo omite sin
discusión. Esto se da con más contundencia y radicalidad en zonas urbanas, globalizando sus
problemáticas incluso en las zonas rurales. Este estilo de vida secularista se expresa en una fuerte
indiferencia hacia todo aquello que implique formas de compromiso, y en una vida moral
extremadamente subjetivista y relativista. El Documento de Aparecida se ocupa de este tema y nos
señala
“El cristiano de hoy no se encuentra más en la primera línea de la producción cultural, sino que
recibe su influencia y sus impactos. Las grandes ciudades son laboratorios de esa cultura que se está
gestando e imponiendo con un nuevo lenguaje y una nueva simbología. Esta mentalidad urbana se
extiende también al mismo mundo rural. En definitiva, la ciudad trata de armonizar la necesidad del
desarrollo con el desarrollo de las necesidades, fracasando frecuentemente en este propósito .La
Iglesia en sus inicios se formó en las grandes ciudades de su tiempo y se sirvió de ellas para
extenderse. Por eso, podemos realizar con alegría y valentía la evangelización de la ciudad actual.
La fe nos enseña que Dios vive en la ciudad, en medio de sus alegrías, anhelos y esperanzas, como
también en sus dolores y sufrimientos”(Nº509ss).
Decididamente tenemos que leer estos textos y muchos aportes en la reflexión Teológico- Pastoral
para considerar la pastoral urbana y los desafíos de “la ciudad” en nuestro tiempo como
fundamental a la hora de orientar nuestra tarea evangelizadora.
Casi en todas las ciudades experimentamos un crecimiento poblacional que no nos puede dejar
indiferentes. Los asentamientos donde viven miles de familias en situación de exclusión, y en los
barrios donde una pobreza que esta signada por la precariedad laboral, donde la única ilusión de
mucha gente es el sobrevivir, perdiendo aquello que caracterizó a nuestra Patria sobre la movilidad
social y las posibilidades de crecimiento y ascenso social. El salir de la desnutrición, la educación, y
el trabajo digno son caminos necesarios para salir del sistema donde la mayor meta de los mas
pobres sea el “Sobrevivir”. Este domingo de Pascua es 1 de mayo y aunque no celebramos a San
José Obrero, por ser un domingo de pascua, le pedimos para que podamos poner el corazón para
acentuar una sociedad donde el trabajo digno sea un camino de verdadero exponente. La pastoral
urbana debe considerar esta realidad para que el Evangelio genere ambientes de Justicia y
solidaridad, y compartiendo los dolores y sufrimientos que las ciudades presentan en nuestro tiempo
El texto de San Juan de este domingo dice: “El que me Ama será fiel a mi Palabra”… (Jn.14,23), y
también garantiza a la Iglesia el envío del Espíritu Santo que la acompañará hasta el fin de los
tiempos (Jn.14,25-26). Si bien el ambiente en el que vivimos, puede ser complejo con los nuevos
desafíos que presenta el creciente relativismo y la pastoral urbana, tenemos la certeza que contamos
con la gracia de Dios y el gozo de haberlo conocido a Jesucristo el Señor.
¡Como Obispo y Pastor les envío un saludo cercano y Pascual!
Mons. Juan Rubén Martínez, Obispo de Posadas