Domingo de la Ascensión del Señor
¿Es ahora?
La Ascensión del Señor es el complemento de la Resurrección, la subida de Cristo hacia el
Padre. Ella anuncia también el don del Espíritu y comienza el tiempo de la Iglesia.
Conclusión del santo evangelio según san Lucas (24,46-53):
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Así estaba escrito: el Mesías padecerá,
resucitará de entre los muertos al tercer día y en su nombre se predicará la conversión y el
perdón de los pecados a todos los pueblos, comenzando por Jerusalén. Vosotros sois
testigos de esto. Yo os enviaré lo que mi Padre ha prometido; vosotros quedaos en la
ciudad, hasta que os revistáis de la fuerza de lo alto.»
Después los sacó hacia Betania y, levantando las manos, los bendijo. Y mientras los
bendecía se separó de ellos, subiendo hacia el cielo. Ellos se postraron ante él y se
volvieron a Jerusalén con gran alegría; y estaban siempre en el templo bendiciendo a Dios.
Palabra del Señor
Reflexión Central
¡Mejorar el presente, para un futuro mejor!
1. Como ciudadanos del mundo, gozamos de todas las posibilidades para
ser o estar mejores, ya se trate de las inversiones económicas, los desarrollos sociales,
culturales, humanos y políticos. Estamos sobre la tierra para realzar nuestra condición
material, técnica y humana.
Al progresar, se favorece el crecimiento de la persona; el vínculo no es automático,
pero se espera que el ser humano va a progresar y que el Reino de Dios va a dar
también un paso adelante.
2. El Reino de Dios se construye en la tierra como en el cielo. Se nos cuenta
que Jesús “subió al cielo”. ﾿De cuál cielo se habla? ﾿Es el cielo de los satélites de
comunicación? ¿Es el espacio visitado por los astronautas?
El cielo de Jesús no parece ser como estos de los cuales se nos habla; y así entonces,
no es sorprendente que un ser humano no encuentra al Resucitado en sus viajes
espaciales. Uno podrá escudriñar, examinar hasta el fondo el universo y uno no
acabará más que conociendo el mundo material; no se encontrará uno a Dios cara a
cara, porque el mundo no es Dios, en cuanto tal, a pesar de que se diga que Dios está
en todas partes.
Para encontrar a Dios, es necesario pinchar el mundo (como a un globo o una bomba
inflada de plástico), mirar más allá de las apariencias, con los ojos de la fe. Y entonces
se le encuentra por todo lado, en una pequeña hierba, así como no importa en cuál
planeta; Dios es la causa de la existencia de todo y su presencia está en el corazón de
la persona humana, que puede maravillarse y creer en Él.
Un día alguien le preguntaba a una mujer de 30 años: “﾿cuál es su objetivo en la vida?
“y respondió: “las flores” …y entonces ese alguien le replicó: “Eso no es un objetivo,
eso es un medio”. En efecto, la planta, las flores, no son más que un bello espejo de
Dios.
¡Algunas parejas jóvenes decían un día que ellas no querían poner (meterle)
demasiada religión en su vida para no ser tan negligentes con sus asuntos u
ocupaciones personales! ¿Qué se puede pensar, decir de lo que ellos dicen?
3. Creer en la tierra y creer en el cielo…
¿Por qué no?
Uno está más cerca de la tierra cuando cree en sus capacidades humanas.
Uno está más cerca de Dios, ¡cuando se cree más en los milagros que cuando no se
cree lo suficiente en ellos!
La fiesta de la Ascensión, es el final del camino de Jesús, es decir allí donde las cosas
terminan su recorrido. Este final del camino, es el mismo para Jesús y para los
cristianos. Jesús llega a la cima, a la alta gama del ser humano, a la realización total de
la condición humana.
P. GUSTAVO QUICENO J. mxy
Medellín- Colombia
ORACIÓN-MEDITACIÓN
Señor, nosotros no te hemos conocido durante tu vida terrestre,
pero el testimonio de los primeros discípulos
ha llegado hasta nosotros a través del tiempo y las edades.
Nosotros creemos en tu presencia permanente en medio de nosotros.
Tu estas aquí, siempre y en todas partes,
gracias a los innumerables testigos,
que hoy todavía, revelan tu vida en el centro de su cotidianidad.
Tu presencia se manifiesta
en los gestos de amistad, de compartir y de perdón
que se propagan en las comunidades.
En las personas que hacen prueba de compasión,
que aportan alivio y esperanza
a las personas tristes, enfermas o rechazadas (marginadas).
Tú estás vivo en nuestros amores,
en la paciencia de uno,
en la ternura del otro.
En la inocencia y la espontaneidad de los más pequeños,
en las caricias y las palabras de amor.
Tú eres el sostén de tu Iglesia en sus crisis y sus tempestades.
Tu bendición permanece siempre sobre ella
y la fortalece en su misión
de propagar el mensaje de amor del Padre
por todas las personas.
Y como no negarlo Señor,
sucede que nuestro corazón se arruga, tiembla
y no sabemos cómo superar nuestras decepciones,
nuestras inquietudes, nuestras debilidades.
Ten Piedad de nosotros, Señor,
cuando nos confiamos solo en nuestras propias fuerzas
en lugar de apoyarnos en la “fuerza venida de lo alto”
que nos habita después de nuestro BAUTISMO.
En esta Eucaristía,
nos hacemos conscientes del lazo que nos une a Ti,
y que VIVE por siempre.
Abre nuestros labios, nuestros brazos y nuestros corazones
para que lleguemos a ser los testigos de tu misteriosa,
pero segura, reconfortante y EFECTIVA PRESENCIA…
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS:
http://paroissesaintefamilledevalcourt.org