DOMINGO XIV TIEMPO ORDINARIO. CICLO C
ELEGIDOS PARA LA PAZ
El informe de los setenta y dos después de la primera misión fue muy positivo:
“Se￱or hasta los demonios se nos someten en tu nombre”. Y Jesús les agreg￳:
“Vi a Satanás caer del cielo como un rayo. A ustedes se les ha dado poder para
aplastar serpientes y escorpiones (son los signos más venenosos) y para vencer
todas las fuerzas del enemigo, y nada les podrá hacer daño. Pero no se alegren
de que los demonios se les someten. Alégrense más bien de que sus nombres
están escritos en el cielo” (una buena catequesis para algunas misas de sanación
con exorcista y costo propio).
LA FAMILIA SOSTIENE LA PAZ
“Jesús vio la caída del mal”. La fuerza de mal y de la paz se contraponen
“Cuando entren en una casa digan: “Que la paz reine en esta casa”. Y si allí hay
gente amante de la paz; el deseo de paz de ustedes se cumpla; si no, no se
cumplirá”. ¿Por qué razones para Jesús la paz era más domiciliaria que
exclusivamente política? El lugar propio de la paz es la casa, la familia; de ahí
fue de donde primordialmente salió y se sigue originando la violencia como
resultado de múltiples desacuerdos familiares. La paz duradera puede ser más
sostenible por la familia que por la paz política que nos polarizó dilatando la
reconciliación para más tarde en el desconocido y aventurado postconflicto. De
la paz política no podemos demeritar los esfuerzos, pero sin ser triunfalistas. Lo
cierto es que de lo que estamos viendo, oyendo y palpando, del actual proceso,
no se va a derivar la paz.
“SETENTA Y DOS” SOMOS TODOS.
En el evangelio de hoy Jesús prohíbe entretenerse con los saludos de la calle, los
cuales son demasiado prolongados entre los orientales, o las visitas casa por
casa lo que constituía un deber social; para llevar en cambio un estilo de vida
sobrio como los caminantes griegos, los peregrinos judíos y discípulos cristianos
a quienes se les confiaba un mensaje de suma importancia: la paz. Por la misión
de la paz no podían dejarse acaparar por otros. A partir del número siete,
setenta y dos significa la totalidad de los misioneros por la paz. El evangelio no
da el nombre de los setenta y dos para poder incluirnos a todos en la misión
responsable de la paz como plenitud de vida.
EL DON DE UNA CONQUISTA
“Shalom” corresponde al augurio de paz y tiene como contenido la del don de
una conquista llamada paz “Yo haré correr la paz sobre Jerusalén como un rio y
la gloria de las naciones como un torrente desbordado. Como niños serán
llevados en el regazo y acariciado sobre sus rodillas, como un hijo a quien su
madre consuela, así los consolaré yo. En Jerusalén serán ustedes consolados”
(segunda lectura) Señor tu nos darás la paz, porque todas nuestras empresas
nos las realizas tú” (Is 26,12) .
Oraci￳n: “Se￱or Jesucristo que dijiste a los ap￳stoles: la paz os dejo, mi paz os
doy, no tengas en cuenta nuestros pecados sino la fe de tu iglesia y, conforme a
tu palabra, ,concédele la paz y la unidad .Tu que vives y reinas por los siglos de
los siglos. Amén”
Padre Emilio Betancourt