SEGUNDO DOMINGO ORDINARIO, CICLO C
(Eclesiástico 3:19-21.30-31; Hebreos 12:18-19.22-24; Lucas 14:1.7-14)
En una novela el autor cuenta cómo hacerte rico en el Asia ascendiente. Dice
que tienes que prepararte a pagar mordidas y a usar la violencia. En las
lecturas de la misa hoy se encuentran prescripciones para hacerte rico en el
Reino de Dios. Por supuesto no hay nada de la injusticia pero mucho de la
misericordia.
Cuando el evangelio habla de un banquete, a lo mejor tiene en cuenta el
banquete celestial. En otras palabras el banquete es una contraseña del cielo.
En el pasaje hoy Jesús dice: “Cuando te inviten (a un banquete), ocupa el último
lugar…” Quiere que nos consideremos como bendecidos por haber sido invitados
al banquete, no de alguna manera dignos de la oferta. Realmente no estaremos
disimulando nada. No es que siempre vivamos como santos. Más bien
seguimos cometiendo los mismos pecados, sean la lujuria o el chisme, con muy
poco mejoramiento. Entonces el primer paso a llegar al Reino es que seamos
humildes ante Dios y ante otras personas.
El segundo paso al Reino también se encuentra en el evangelio. Jesús insiste
que si queremos experimentar la gloria de su Reino tenemos que cuidar a los
marginados. No deberíamos andar buscando la recompensa por cada ayuda que
ofrecemos a personas ajenas. Más bien, deberíamos socorrer a quienes no
pueden pagarnos por el bien que les hacemos. Un grupo de voluntarios se
dedican a las personas con incapacidades de distrofia. Cada verano usan parte
de sus vacaciones para hacer campamiento dando a los incapacitados la
experiencia del aire libre aparte de sus familias. Aunque los incapacitados no
tienen recursos para pagar a los voluntarios, ciertamente Dios aprobará su
sacrificio.
Se puede derivar otra prescripción para llegar al Reino de Dios en la segunda
lectura. El autor de la Carta a los Hebreos cuenta que nos hemos acercado a
Jesús. Él nos ha ganado una nueva alianza con Dios Padre. Para aprovecharnos
de todo lo que se ofrece en este acuerdo, necesitamos quedarnos cerca de él. Sí
Dios no va a rechazarnos a nadie simplemente por no conocer a Cristo. Sin
embargo, conocerlo nos trae grandes ventajas. En primer lugar, él nos
compartirá la sabiduría para vivir justos en un mundo de tratos turbios. De igual
importancia, nos fortalece con el pan, que es su verdadero cuerpo, para
aguantar los altibajos que disturban cada vida humana.
Cómo ganar amigos e influir sobre las personas es uno de los libros de
autoayuda más populares en la historia. Muestra las técnicas para tener éxito
en este mundo. Tan importante que sea ganar muchos amigos, no compara con
la ventaja de conocer a Jesucristo. Con él a la par ascenderemos más allá que
los tratos turbios de hacerse rico. Con él no andaremos ni por el chisme ni por
la lujuria. Con Jesús llegaremos al Reino de Dios para disfrutar el banquete
celestial. Con Jesús llegaremos al Reino.
Publicadas por Padre Carmelo Mele, O.P.