VIGESIMO TERCER DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO
(Año Par. Ciclo C)
Lecturas bíblicas:
Abrimos nuestra Biblia y buscamos:
a.- Sab. 9,13-19: ¿Quién comprende lo que Dios quiere?
b.- Flm. 9,10.12-17: Recíbelo no como esclavo sino como hermano querido.
c.- Lc. 14,25-33: El que no renuncia a todos los bienes no puede ser
discípulo mío.
Esquema
1.- Invocación al Espíritu Santo para que sea ÉL quien ore en nosotros: Ven
Espíritu Santo…
2.- Acto Penitencial : Pedimos perdón al Señor, antes de escuchar su Palabra, de
todo lo que nos ha impedido orar durante esta semana. Perd￳n Se￱or….
3.- Oración colecta : Señor tú que te has dignado y redimirnos y has querido
hacernos hijos tuyos, míranos siempre con amor de padre, y haz que cuantos
creemos en Cristo, tu Hijo alcancemos la libertad verdadera y la herencia eterna.
Por nuestro Señor.
4.- Lectio divina:
a.- ¿Qué dice el texto? Leemos el Evangelio del próximo domingo.
- “Si alguno viene junto a mí y no odia a su padre, a su madre…y hasta su propia
vida no puede ser discípulo mío. El que no lleve su cruz y venga en pos de mí, no
puede ser discípulo mío” (vv.25ss).
El evangelio tiene dos momentos: nos invita a la renuncia a todo lo que se ama
como la familia (vv.25-27), y la renuncia a todos los bienes (vv. 28-33). Esta
palabra nos invita a considerar las exigencias que tiene el ser discípulo de Cristo.
Camina detrás de ÉL una muchedumbre, van tras ÉL; Jesús camina hacia
Jerusalén hacia su glorificación final, pero pasando antes por su pasión y cruz (cfr.
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Lc.13, 24; 14,18-20). ¿Qué significará seguirle, caminar con Él? El que viene en
pos de ÉL, debe colocar todo lo que posee a los pies de Jesús, o dicho de otro
modo, poner a Jesús en el centro de su vida, y todo queda en un segundo plano
respecto del reino de Dios: la familia, los bienes, incluso la propia vida. Jesús
exige un amor mayor, que el que podamos tener a la propia familia a y los bienes,
dicho de otra forma, aprender a amar a la familia desde Cristo, y darle su justo
valor evangélico a los bienes, respecto del reino de Dios (cfr. Mt.10, 37). Jesús
habla de odiar, en forma metafórica, no literal, precisamente lo que más amamos
como es la familia, las personas que están más unidas por fuertes vínculos de
amor, la que proporciona protección y abrigo, renunciar a la propia vida. Odiar, lo
traducimos como posponer, amar menos, Jesús predicó el amor no el odio, habló
a favor el cuarto mandamiento; Mateo es más explícito que Lucas: El que ama a
su padre o a su madres, más que a mí…” (Mt.10, 37; cfr. Gn. 29, 30-31). Odiarse a
sí mismo, es igual a negarse a sí mismo (cfr. Lc. 9, 23). Leví, padre y patriarca de
los levitas, dejó todo, por servir a Yahvé en el templo, a la ley y la alianza, ahora
es Jesús, la nueva realidad de Dios en medio de los hombres, la nueva ley, la
revelación de Dios, la verdad, sólo en ÉL se encuentra salvación (cfr. Dt.33,9;
Ex.32,27-29; Jn.14,6; Hch.4,12). Renunciar a la propia vida, alude a la gran
dignidad del discípulo, la misma renuncia que exigía Yahvé en el pasado a sus
servidores probados en el amor (cfr. Jn.12,25; Mt.10,37; Dt.3,4) Sólo será
discípulo del Crucificado, quien lleve su propia cruz, y lo siga, ahora camino a
Jerusalén, nosotros en la vida de cada día. Por el momento la cruz es palabra
figurada, aunque todos saben a lo que se refiere (cfr. Ez.9,4-6; Gén.22,6). Jesús
nos precede hacia el Calvario, quien lleva su cruz, pierde la vida, la fama, quien
quiera seguir a Jesús asume todo ese significado (cfr. Gál.3,13). Sin embargo, es
esto lo que más repugna al hombre, y sin embargo, Jesús, el Maestro y Señor, el
Mesías, carga la cruz y será Crucificado en ella, hasta morir y resucitar, para
elevarse a la diestra del Padre. Todos los que ahora le siguen, ¿estarán
dispuestos a seguirle hasta el final?
- “Por que quien de vosotros, que quiere edificar una torre…Pues de igual
manera quien no renuncie a todos sus bines no puede ser discípulo mío”
(vv.28ss).
En un segundo momento, tenemos las parábolas de la torre y de la guerra, invitan
el cálculo y la prudencia a la hora de construir, o de presentarse a entablar una
batalla (cfr. 1 Mac.4,28-35; Prov.24,3-6); lo mismo, el que quiere seguir a Cristo,
tarea costosa, deberá mirar sus fuerzas, lo que asume y arriesga, en definitiva, lo
que tendrá que invertir en este discipulado. Todo proyecto humano, familiar y
personal exige costos, sacrificios, un plan de trabajo, lo mismo se debe dar en el
seguimiento de Cristo, la forma, el sentido y la exigencia lo ve, Lucas, como el
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gran negocio del discípulo. Esta es la torre o castillo que debemos construir, la
batalla que debemos ganar en forma personal, y como comunidad eclesial. La
invitación es que con todo realismo, analicemos si vamos a decidirnos por este
proyecto personal o simplemente decidimos abandonarlo, es decir, no seremos
discípulos de Cristo. Siguen a Jesús quien le escucha y hace el camino de
conversión como los apóstoles, con fe en su evangelio. Lo siguen las casados,
como los que optan por el reino de los cielos, en forma radical, porque han
comprendido más plenamente su palabra (cfr. Mt.19,12). También lo siguieron,
Zaqueo y Leví, quienes no renunciaron a todos sus bienes; lo mismo hicieron las
piadosas mujeres. Las imágenes de la torre y la guerra, aluden a la edificación de
la Iglesia, la propia vida espiritual, y el combate es tarea continua de los
discípulos (cfr. Rom.15, 20; Flp. 2,25). Ambas tareas, exigen decisión, reflexión,
gloria y paz sempiterna coronan estas obras por el reino de Dios.
b.- Meditación. ¿Qué me dice? ¿Qué palabra o hecho de este evangelio me
habla al corazón? Escoge tu texto o versículo y da razón de tu elección.
- “Si alguno viene en pos de mí…” (v.25). Me dice que no es fácil la opción. Si el
amor del llamado de Jesús tiene eco en mí vida, todo se hace llevadero, amando a
la familia desde Jesucristo y administrando los bienes al servicio del reino de Dios.
- “El que no lleve su cruz…” (v.27). Se asume la cruz y el discipulado, porque ÉL
va delante señalando el camino.
- Si quiere “edificar una torre…” (v.28). La edificación de la propia vida cristiana, es
como un combate contra el propio egoísmo, que es muerte, pero si va revestido de
la palabra de Dios, el amor del Espíritu Santo, con el escudo de la fe, la torre será
un baluarte y la guerra será ganada.
- Otros testimonios…
c.- Oración. ¿Qué le digo al Señor Jesús a propósito de este texto? Escoge
una palabra con la que inicias tu oración personal.
- “Si alguno viene junto a mí…” (v.25). Se￱or Jesús que no me aparte de tu
seguimiento, por difícil que sea, te lo pido Señor.
- Señor Jesús, que aprenda con tu ejemplo a llevar la cruz de cada día, te lo pido
Señor.
- Se tú Señor Jesús, la raca sobre la que arrime vida cristiana de discípulo, te lo
pido Señor.
- Otras oraciones…
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d.- Contemplación y acción. ¿A qué me compromete este evangelio?
Me comprometo a seguir a Jesús. Ahí comienza todo.
5.- Relectura bíblica que hace S. Teresa de Jesús, amó la Cruz, donde Jesús
realizó la salvación del mundo y por ellos siempre debe estar el sentido redentor
en la oración del cristiano, llevar los frutos de su entrega hasta los confines de la
tierra. “El oficio de los contemplativos es…llevar en alto la cruz, no dejarla de las
manos por peligros en que se vean” (CV 18,5).
6.- Alabanza y Adoración. Te alabamos Señor.
- Te alabamos Padre, por invitarnos a seguir a tu Hijo, te alabamos Señor.
- Te alabamos Padre por mandarnos edificar nuestra vida sobre la roca de la fe en
tu Hijo, te alabamos Señor.
- Te alabamos Padre desde nuestras familias, comunidades parroquiales, te
alabamos Señor.
- Te alabamos desde todos aquellos cuya cruz es sufrimiento en lo físico, moral
psicológico, falta de oportunidades, falta de paz, desde ellos y con ellos te
alabamos Señor.
- Otras alabanzas…
7.- Preces: Oramos Padre… Te rogamos óyenos.
- Te pedimos Padre por la paz en todo el mundo. Te lo pedimos Señor.
- Por la Iglesia y el Papa Francisco para que la evangelización llegue a todos los
continentes. Te lo pedimos Señor.
- Por nuestros enfermos del alma y del cuerpo, por los políticos para que
recuperen la confianza de la ciudadanía, te lo pedimos Señor.
- Otras preces…
8.- Padre Nuestro
9.- Abrazo de la paz
10.- Bendición final.
“Buscad leyendo y hallaréis meditando; llamad orando y abriros contemplando” (S.
Juan de la Cruz). www.carmelitasvina.cl
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