DOMINGO XXVI TIEMPO ORDINARIO. CICLO C
CERCANOS SIN RECONOCERSE
Hoy continúa la enseñanza sobre la fidelidad en la administración de los bienes
temporales con una parábola que contrapone el buen y mal uso de las riquezas.
De una parte, está un hombre muy rico y de otra un desahuciado de nombre:
Lázaro. Son distintos en la manera de vivir y en su destino final. El hombre rico
está caracterizado por tener todas las cosas que no deberían ser preocupación
de un discípulo de Jesús: ropa fina y banquetes diarios “No andéis preocupados
por vuestra vida, pensando qué comeréis o por vuestro cuerpo, pensando con
que os vais a vestir (Lc 12,22).
Lázaro que en hebreo significa “Dios ayuda”, ante la imposibilidad de subsistir
por sí mismo se echa a la puerta del rico “ansiando llenarse con las sobras que
caían de la mesa del rico”. Los perros considerados en la cultura judía como
animales impuros le lamían las llagas dejándolo contaminado.
VIVIAN PUERTA A PUERTA
Para el rico el mejor lugar de su casa es la mesa del banquete, para el pobre es
la puerta abierta para los huéspedes, pero cerrada para él. Su única relación es
vivir como pobre a la puerta del otro como rico. Lo único que tienen en común
es la muerte porque el destino final es bien diferente; al rico lo enterraron
seguramente con un funeral digno de su posición social, en la gehena lugar de
muertos y llamas, mientras el pobre fue llevado por los ángeles al seno de
Abraham donde están los patriarcas y había una fuente de agua. El hecho de
mencionar siete (7) veces a Abrahán ya lo constituye como una clave de
interpretación del texto.
LAS PROPUESTAS DEL DINERO.
La primera petición del rico corresponde a la que hacía el pobre comiendo de las
migajas que caían de la mesa del rico: “Padre Abraham ten piedad de mí;
manda a lázaro que moje en agua la punta de su dedo y me refresque la lengua
porque me torturan estas llamas” Abraham lo llama hijo porque es miembro del
pueblo de Israel, pero no es una raz￳n para llegar al paraíso. “Recuerda que en
tu vida recibiste bienes, ahora sufres tormentos, en cambio Lázaro recibió solo
males y ahora goza de consuelo”. Además Lázaro no puede ayudarte porque
entre el infierno y el paraíso hay un abismo inmenso que nadie puede trasegar.
Por segunda vez el rico sigue manipulando al pobre cuando le pide a Abraham
que Lázaro vaya a casa de sus padres y advierta a sus cinco hermanos lo que
puede ocurrirles. Los sufrimientos le hicieron perder la memoria acerca de la
suerte que depende de lo que cada haya hecho. Abraham no acepta la propuesta
porque la familia del rico ya ha tenido la oportunidad de escuchar la predicación
de Moisés y los profetas quienes advirtieron que la salvación estaría relacionada
a la práctica de la justicia y la solidaridad con los pobres. El dinero lo vuelve a
uno indiferente a todo lo humano dado que el fin no es tanto enriquecer al
hombre sino deshumanizarlo. También hay riquezas que no deshumanizan por
cualificar a los pobres.
CUIDADO CON LOS POBRES.
El rico no fue al infierno porque tuviera muchos bienes y buen gusto en la
comida, sino por haberse desentendido y hacerse el de la vista gorda cuando
tenía a su puerta al más pobre entre los pobres de la ciudad. Así entonces el
cielo no depende del estrato social sino del cuidado que tengamos con los
pobres. Am￳s describía en su momento este descuido “se acuestan sobre
divanes adornados de marfil; canturrean al son del arpa creyendo cantar como
David. Se untan los perfumes más costosos, pero no se preocupan por las
desgracias de sus hermanos”. Para el profeta “el mejor fin de la tierra prometida
era una sociedad sin tantas inequidades (primera lectura)” Am￳s fue el primer
profeta escrito quien predicó entre el 780-750 en el norte en un momento de
prosperidad económica. ¡Porque no leer de nuevo al profeta Amós!
“El Se￱or siempre es fiel a su Palabra, proporciona pan a los hambrientos y
libera a los cautivos. Abre el señor los ojos de los ciegos y alivia al agobiado.
Ama el señor al hombre justo y toma al forastero a su cuidado. A la viuda y al
huérfano sustenta y trastorna los planes del inicuo. Reina el Señor eternamente,
reina tu Dios, oh Sion, reina por los siglos. Alabemos al señor que viene a
salvarnos” (Sal 145).
Pablo previene a Timoteo para que, como hombre de Dios, lleve una vida de
gratitud, piedad, fe, amor, paciencia y mansedumbre de todo cuanto fue testigo
Lázaro. Luchando en el noble combate de la fe, conquista la vida eterna. “A la
que has sido llamado y de la que hiciste tan admirable profesión ante numerosos
testigos. Te ruego que cumplas fiel e irreprochablemente todo lo mandado hasta
la venida de nuestro se￱or Jesucristo” (segunda lectura). Recordemos que
“Jesucristo siendo rico se hizo pobre para enriquecernos con su pobreza” (2Cor
8,9).