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VIGESIMO SEPTIMO DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO
(Año Par. Ciclo C)
Lecturas bíblicas:
Abrimos nuestra Biblia y buscamos:
a.- Hab .1, 2-3; 2,2-4: El justo vivirá por la fe.
b.- 2Tim.1, 6.8.13-14: No tengas miedo de dar la cara por nuestro Señor.
c.- Lc.17, 3-10: ¡Si tuvierais una fe como un grano de mostaza!
Esquema
1.- Invocación al Espíritu Santo para que sea ÉL quien ore en nosotros: Ven
Espíritu Santo…
2.- Acto Penitencial: Pedimos perdón al Señor, antes de escuchar su Palabra,
de todo lo que nos ha impedido orar durante esta semana. Perd￳n Se￱or….
3.- Oración colecta : Dios todopoderoso y eterno, que con amor generoso
desbordas los méritos y deseos de los que te suplican; derrama sobe nosotros tu
misericordia, para que libres nuestra conciencia de toda inquietud y nos concedas
aún aquello que nos atrevemos a pedir. Po nuestro Señor.
4.- Lectio divina:
a.- ¿Qué dice el texto? Leemos el Evangelio del próximo domingo.
- “¡Tened cuidado! Si peca tu hermano, repréndelo; y si se arrepiente,
perd￳nalo” (Lc.17, 3ss).
El evangelio encontramos tres temas: la corrección fraterna (vv. 3-4), el poder de
la fe (vv. 5-6), y servir a Dios y al prójimo con humildad (vv. 7-10). La idea de
perdonar el daño que nos hacen y la corrección fraterna, se entienden mejor, si se
considera los versículos anteriores (cfr. Lc.17, 1-3), que nos hablan del escándalo
causado a los pequeños, representados por los débiles, pobres y personas poco
instruidas. No hacer daño y perdonar el mal que nos hacen es básico, al
considerar la enseñanza de Jesús. Si pensamos en la comunidad eclesial,
formada sólo por los fuertes y justos, desconocemos la preferencia de Jesús por
los pequeños, los débiles, y su lugar en la Iglesia. De ahí que el que es causa de
escándalo al pequeño, perturba su fe y lo hace caer, comete un grave pecado,
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porque puede ser causa de perdición para el débil. Jesús encontró en su camino a
prostitutas, publícanos, pecadores, leprosos, enfermos, etc., les dio lo que
necesitaban, manifestando así la llegada del reino de Dios entre ellos
preferentemente. En la comunidad eclesial hay que mantener y restablecer la paz
continuamente: los discípulos es una comunidad de hermanos. Esta denominación
designaba a los compatriotas y correligionarios judíos, lo que pasó a los cristianos.
Hay que tener solicitud por la santificación del hermano de comunidad. El pecado
de uno de ellos contra otro, es motivo de preocupación, está en juego su
salvación. Lo primero habrá que reprenderlo, de lo contrario, no preocuparse, hace
culpable al responsable (cfr. Lev.19, 17). Si hay arrepentimiento y se corrige, se le
perdona. Habrá santidad en la comunidad cuando un hermano perdona de
corazón a otro hermano, a pesar de las recaídas, siempre que haga falta, sin límite
alguno (cfr. Lc.11,4). Perdonado también por Dios, la comunidad se convierte en
pueblo santo de Dios. Arrepentimiento y conversión son fundamentales.
- “Auméntanos la fe…” (Lc.17, 5s).
La respuesta de Jesús, en este segundo momento, es la confianza que debemos
tener a la hora de creer: “Si tuvierais fe como un granito de mostaza…” (v. 6). La
fe es fuerte, porque nace en Dios y vuelve a ÉL, como respuesta de comunión por
medio de Jesús; quien posee la fe ha traspasado toda su existencia al espacio de
Dios, la tienda donde sólo mora Dios, para estar al servicio de los hombres. Su
sustento le viene de Dios, pues es el amor, es el que abre caminos de esperanza
y hunde sus raíces en la cruz de Cristo, de donde germina la vida de resucitados.
Los apóstoles, esperan de Jesús la fuerza para cumplir lo que les pide: Él es
poderoso en obras y palabras. El don salvífico es la fe, con ella se domina lo más
difícil, a ella se ha prometido la salvación. El sicomoro se trasladaría al mar, si se
le mandara con una palabra dicha con mínima fe y confianza en Dios (v.6); Dios
da fuerza divina para cumplir lo que pide Jesús, si cree firmemente que con ÉL se
ha inaugurado el reino del reino de Dios y pone su confianza en lo que Él anuncia.
Quien reconoce su pobreza y pequeñez, mediante una confianza en la salvación
traída por Jesús, la fuerza divina potencia su vida, desde ahora nueva. En ese
cristiano Dios se glorifica.
- “Así también vosotros, cuando hayáis hecho todo lo que se os ha
ordenado, decid: ‘Somos esclavos inútiles; hemos hecho lo que teníamos
que hacer” (Lc.17, 10).
Finalmente, el verdadero cristiano, ha descubierto que Dios es el Señor que mejor
paga los servicios que se le hacen; el siervo ha descubierto también, que es
bueno hacer lo que su Señor le pide. De esta forma al final de la jornada no pide
nada: ha hecho cuanto debía hacer, él le debe todo a Dios. Esta actitud requiere
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del cristiano una gran amistad divina, una confianza estable en el sentido de hacer
lo que pide Dios, sólo porque se le ama, no se piensa en castigo o recompensa.
Desde el momento que sabemos que Dios es nuestro mejor Señor, porque se
preocupa de nosotros siempre, su presencia nos envuelve, une y transforma.
Pobres siervos, sí, pero de un Dios que nos quiere como a nadie, seguros siempre
de su amor y protección. De esta forma escapamos de una concepción
mercantilista de la fe, de la ley, del mérito y del premio (cfr. Lc.5,11; Mt.19,27;
20,1-16); hacemos lo bueno, su voluntad por amor a ÉL (cfr. 1 Cor.9,16; Rm.15,1-
2), y no por lo que nos pueda dar.
b.- Meditación. ¿Qué me dice? ¿Qué palabra o hecho de este evangelio me
habla al corazón? Escoge tu texto o versículo y da razón de tu elección.
- “Si tu hermano peca…” (v.3). Sólo quien ha experimentado el perdón de Dios en
Cristo, su amor misericordioso, será capaz de ser generoso en el perdonar. El
verdadero perdón nace de Dios, no de nosotros, viene de fuera de nosotros.
- “Si tuvierais fe…” (v.5). Quizás la fe de los apóstoles era poca, como la nuestra,
aumentará sólo con el ejercicio de fe, hacer la obras de la fe, comenzando por
creer en Cristo Jesús.
- “Hemos hecho lo que teníamos que hacer” (v.10). La fe se expresa por la
caridad.
- Otros testimonios…
c.- Oración. Qué le digo al Señor Jesús a propósito de este texto? Escoge
una palabra con la que inicias tu oración personal.
- “Le perdonarás…” (v.4). Se￱or que aprenda a perdonar, como tú me perdonas,
te lo pido Señor.
- “Auméntanos la fe” (v.5). Se￱or Jesús, que ejercite la fe y el amor en la vida
ordinaria, y no en momentos excepcionales. Te lo pido Señor.
- “Somos unos pobres siervos…” (v.10). Se￱or Jesús, que el amor mueva mi
voluntad a servir a mis hermanos. Te lo pido Señor.
- Otras oraciones…
d.- Contemplación y acción. ¿A qué me compromete este evangelio?
Me comprometo desde la fe a perdonar y servir al prójimo.
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5.- Relectura bíblica que hace S. Teresa de Jesús nos anima a vivir una fe
dinámica y eclesial. “¡Oh Jesús mío!, ¡qué es ver un alma que ha llegado aquí,
caída en un pecado, cuando Vos por vuestra misericordia la tornáis a dar la mano
y la levantáis! ¡Cómo conoce la multitud de vuestras grandezas y misericordias y
su miseria!... el acudir a los Sacramentos; la fe viva que aquí le queda de ver la
virtud que Dios en ello puso; el alabaros porque dejasteis tal medicina y ungüento
para nuestras llagas, que no las sobresanan, sino que del todo las quitan.
Espántase de esto. ¿Y quién, Señor de mi alma, no se ha de espantar de
misericordia tan grande y merced tan crecida, a traición tan fea y abominable?;
que no sé c￳mo no se me parte el coraz￳n cuando esto escribo, porque soy ruin”
(V 19,5).
6.- Alabanza y Adoración. Te alabamos Señor.
- Te adoramos y alabamos Padre por el perdón de las ofensas que nos regalas en
tu Hijo, te alabamos Señor.
- Te adoramos y alabamos Padre desde los que trabajan por la paz y la justicia en
todo el mundo, en nuestro país, desde ellos y con ellos te alabamos Señor.
- Te adoramos y alabamos Padre desde los grupos de oración, de servicio a la
comunidad eclesial, desde ellos y con ellos te alabamos Señor.
- Otras alabanzas…
7.- Preces: Oramos Padre… Te rogamos ￳yenos.
- Te pedimos Padre por la Iglesia, para que reconciliada con Dios celebre el
perdón con sus hijos, te lo pedimos Señor.
- Te pedimos Señor Jesús para que nos aumentes la fe y su ejercicio en la vida
cotidiana, te lo pedimos Señor.
- Te pedimos Padre que aprendamos a salir de nosotros mismos, y servir a
nuestro prójimo por amor tuyo y al final de la jornada decirte que hemos hecho lo
que nos has encomendado. Te lo pedimos Señor.
- Otras preces…
8.- Padre Nuestro
9.- Abrazo de la paz
10.- Bendición final.
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“Buscad leyendo y hallaréis meditando; llamad orando y abriros
contemplando” (S. Juan de la Cruz). www.carmelitasvina.cl.