¿Todavía hay fe?
Asistimos hoy al mundo de los ‘ismos’: Fundamentalismos, sectarismos, integrismos. Es un
mercado amplio y depurado. La tendencia general es la intolerancia. Los matices varían
según se les mezcle cualquier tiranía de la moda, celebraciones litúrgicas del conformismo,
abusos del poder y una dependencia no disimulada, del facilismo. Todo eso da como
resultado la llamada ‘generación ligth’. Existe la ‘fe ligth’, cristiano o cristiana ligth.
La fe de Moisés es sobre roca. La lucha contra los Amalecitas (cualquier ‘ismo’ de hoy), se
define en dos frentes de combate: El de las armas, el de la oración. Ambas son definitivas.
Las armas ya no son espadas, ni tanques, ni bombas. Son la resistencia pacífica, la
organización de las bases, la fuerza de las pequeñas comunidades, el testimonio martirial. Y
la oración será de insistencia, de resistencia, de perseverancia.
Pablo exige fidelidad. Esta ‘palabreja’, hoy, se ha hecho “vaso desechable”. Los
compromisos dejaron de tener ese rasgo de perpetuidad que los caracterizaba. Los
principios fundantes han perdido su raíz, solidez y meta. Ya todo es temporal, voluble y
variable. Las religiones se cambian como vestimenta de fiesta para terminar luego, en la
increencia donde se pierde todo sabor de identidad, de trascendencia.
Jesús, en intuición que repasa épocas, culturas, religiones expresa, en clamor apocalíptico,
si quedará semilla de fe en este mundo al atardecer de la historia. Es como preguntarse si
quedarán testigos, seguidores, un discipulado fiel en situaciones totalmente adversas a una
vida coherente, transparente de fe. También implica preguntarse qué grado de resistencia
exige la opción de fe en hábitats apáticos, fáciles, indiferentes al sentido de la vida, a las
sinrazones imponderables de la radicalidad de la fe.
Cochabamba 16.09.16
jesús e. osorno g. mxy
jesus.osornog@gmail.com