DOMINGO IV TIEMPO ADVIENTO. CICLO A
LO QUE UN PADRE PUEDE CUANDO ACOGE.
Mateo es el evangelista que vamos a leer durante todo el año 2017 llamado Ciclo
A; su evangelio comienza con Abraham y termina con Jacob, quien engendró a
José esposo de María y madre de Jesús, el Mesías. Las 42 generaciones terminan
en lo sueños de Jose, principal personaje de Mateo, para Lucas el personaje es
María.
LOS SUEÑOS INTUITIVOS
A José los sueños se le convertían en intuiciones: “José hijo de David, no tengas
reparo en recibir a María como esposa tuya, pues el hijo que espera viene del
Espíritu Santo “todo sucedi￳ como había anunciado el profeta: El Se￱or mismo
les dará una señal Mira, la virgen está en cinta, dará a luz un hijo que se llamará
Emmanuel, que significa Dios-con-nosotros”. (primera lectura). Pablo agrega:
“Yo he sido llamado para ser ap￳stol y elegido por Él para proclamar el
evangelio, anunciado de antemano por los profetas en las sagradas escrituras,
se refiere a su Hijo, que nació en cuanto a su condición divina de hombre, del
linaje de David, y en cuanto a su condición de espíritu santificador, se manifestó
con todo su poder como Hijo de Dios, a partir de su resurrección de entre los
muertos” (segunda lectura)
Lo primero que Dios le pide es que no se separe de María, sino que proceda de
acuerdo al matrimonio jurídico; que la lleve a su casa y la acoja plenamente
“como tu esposa”. Acogerla es recibirla con su hijo porque María es una mujer
encinta. Así José asume su responsabilidad de esposo y padre; y siendo acogido
por José, Jesús se convierte en su hijo legal y por consiguiente en hijo de David
e hijo de Abraham, es decir, hijo de Israel. La acogida crea una relación vital y
permanente entre José, María y Jesús; una relación que se realiza en la
convivencia cotidiana en la cual José debe actuar como un verdadero padre
israelita en relación a Jesús.
AMBOS MEDIADORES DE SU HIJO
María es la mediación entre Jesús y la humanidad; José es el mediador entre
Jesús e Israel. José debió haberle dado el nombre a su Hijo ejerciendo el rol de
padre; pero es Dios quien da el nombre, dado que la existencia como la
identidad vienen de Dios. Se llamará Jesús porque salvará al pueblo de Israel de
sus esclavitudes; así Dios hace a José padre del salvador de Israel. El sueño de
José termina en la instrucción del ángel acogiendo a su esposa y a su hijo. El
evangelio de Mateo en la liturgia invita a los papás a construir o reconstruir la
familia con la misma responsabilidad de José; luego Lucas nos centrará en la
misión de María en la liturgia de la navidad. Ambos se responsabilizaron de la
educación, formación y protección de Jesús, su hijo. Fue en la familia primordial
de Dios donde Jesús se hizo humano y salvador por la ternura y compasión de
sus padres. José, como padre, es salvador del Salvador y María, como madre, lo
es del salvador.
La relación filial de Jesús con Dios-Padre es más profunda que su relación con
María y José. Ellos por pertenecer al designio de Dios pudieron comprender y
aceptar su misión. Pero aún así El continuaba siendo hijo de José y María:
“Parti￳ con ellos y les era sumiso” (2,51). José junto con María hicieron de su
casa un lugar de salvación por los valores y virtudes vividos en ella.
Demos gracias a Dios porque su amor es la familia; además todos sabemos por
experiencia o carencia que la paz, la felicidad, no solo de la navidad sino de todo
el año, se fabrica en casa.