«COMPARTIR DA VIDA»
Carta de
monseñor Juan Rubén Martínez, obispo de Posadas
para el Tercer
Domingo de Pascua
[30 de abril de
2017]
En este tiempo Pascual el texto del Evangelio [Lc. 24, 13-35] nos narra un nuevo encuentro de Jesucristo,
el Señor resucitado, con los discípulos de Emaús. Es llamativo cómo estos
discípulos regresaban a su pueblo desde Jerusalén, conociendo todo «lo
referente a Jesús, el Nazareno, que fue un profeta poderoso en obras y en
palabras delante de Dios y de todo el pueblo» « Nosotros esperábamos que fuera
él quien librara a Israel» [Lc 24, 20-21] «Pero sus
ojos estaban cegados, no eran capaces de reconocerlo» [Lc
24,16]. Después del encuentro con Jesús, cuando lo reconocieron, su vida cambió:
«Él entró y se quedó con ellos. Y estando a la mesa, tomó el pan y pronunció la
bendición; luego lo partió y se lo dio. Entonces los ojos de los discípulos se
abrieron y lo reconocieron, pero él había desaparecido de su vista. Y se
decían: ¿No ardía acaso nuestro corazón, mientras nos hablaba en el camino y
nos explicaba las Escrituras?» [Lc 24,32]. Esta es la
experiencia de fe Pascual que necesitamos realizar y que lleva a la Iglesia a
anunciar al mundo que la vida, aún con sus dolores y dificultades, está cargada
de sentido, porque la vida triunfa sobre la muerte. Jesucristo el que murió,
Resucitó.
El próximo fin de semana -6 y 7 de mayo- realizamos en
nuestra Diócesis la catequesis y campaña sobre el sostenimiento de la Iglesia
Católica. Muchos desconocen cuáles son los ingresos y egresos que tiene la
Iglesia Diocesana para realizar su acción evangelizadora. El comprender esto
nos permitirá entender la necesidad de aportar nuestro «tiempo, talento y
dinero», para ayudar a anunciar el Reino de Dios. Gran parte del sostenimiento se
hace con el esfuerzo de las comunidades y la comunión de bienes, colectas y
ayudas de Diócesis y de Iglesias hermanas. Quiero resaltar fundamentalmente las
ayudas de organizaciones católicas sobre todo europeas, y de «Adveniat», que es una organización de la Conferencia
Episcopal Alemana, que con su aporte nos permite renovar gran parte de los
vehículos que se utilizan en las parroquias para la acción pastoral, así como muchas
infraestructuras necesarias para la tarea evangelizadora. La multiplicación de
la población hace que las comunidades tengan que buscar terrenos, armar nuevos
salones, capillas y generar recursos con beneficios, ventas de pollo,
comidas…en varios casos hemos tenido la colaboración del Estado Provincial, y
también de donaciones privadas, pero todo es escaso ante el crecimiento de
nuevas comunidades y necesidades. El mismo sostenimiento del Seminario Mayor,
Santo Cura de Ars, en gran proporción se realiza con
las colectas de Confirmación que en su totalidad son destinadas para el
Seminario, una colecta anual en agosto, y los bonos de ayuda, así como
donaciones particulares. La acción evangelizadora de la Iglesia implica el
tiempo de mucha gente, y el poner dones y talentos al servicio de los otros.
Todo esto es posible, en gran medida, por el voluntariado, fruto de la
gratuidad, de la entrega al servicio del anuncio del Reino. A la vez, se ve con
claridad cómo la Providencia de Dios va acompañando.
Con todo, el sostenimiento de esta obra requiere contar
con fondos para costear los diversos encuentros de capacitación de adultos y
jóvenes, la formación específica de sacerdotes que estudian fuera del país, la
infraestructura de salones multiusos para catequesis y Cáritas. También la
vivienda y movilidad para las nuevas parroquias. Todo eso se sostiene con la
comunión de bienes, de dones y trabajo voluntario de nuestra gente.
La catequesis y la colecta del próximo fin de semana es
una oportunidad para valorar y acompañar la tarea que realizan los laicos en
sus distintos servicios, su formación, la participación en encuentros
diocesanos, regionales, nacionales y su forma de organización pastoral. Es una
oportunidad también para reflexionar sobre las exigencias pastorales necesarias
para realizar el mandato del Señor de evangelizar. Junto con los laicos,
necesitamos contar con sacerdotes, y consagrados que ponen su esfuerzo, tiempo
y dones.
Quiero agradecer los frutos de la colecta de cuaresma
llamada del 1%, con la cual estamos ayudando a nuestros hermanos que necesitan
el mejoramiento de sus viviendas, ranchos y letrinas. Este acto de caridad
hacia los hermanos necesitados hace que nuestra tarea evangelizadora sea
consistente. Pido a Dios que todos nos sintamos responsables de la
evangelización de la Iglesia.
¡Un saludo cercano y hasta el próximo domingo!
Mons. Juan Rubén Martínez, obispo de Posadas.