DOMINGO
SOLEMNIDAD DEL CUERPO Y LA SANGRE DE N.S. JESUCRISTO - CICLO A
EUCARISTÍA
EN LUGAR DE ÍDOLOS
Está bien reflexionar en la fiesta del Corpus Christi la
relación de la eucaristía con todos nuestros ídolos para celebrar la sanación
de ellos desde el cuerpo y la sangre del Señor en comunidad.
Para Israel la contaminación de los ídolos solo pudo ser
sanada por la Alianza, la unión de la fe con la justicia. El ideal del
Deuteronomio fue hacer de Israel una sociedad sin clase pobre permanente; que
hubiera significado darle la espalda a Dios destruyendo la Alianza
El riesgo más serio a la fe en Dios y a las raíces
ancestrales, ocurrió al encontrarse con la abundancia de la tierra prometida,
dejando relatos salvíficos del Exodo, como cuentos
piadosos de los abuelos; cayendo en manos de la idolatría. Cuando hay carencias
el ser humano sueña con una vida distinta y si lo logra se olvida de sus raíces
de pobre que fueron sin duda acompañada por Dios “que en una tierra árida hizo
brotar para ti agua de la roca más dura; y que te alimentó en el desierto con
un maná que no conocían tus padres” (primera lectura)
DOS
OPCIONES DE MESA
El contexto de la segunda lectura de Pablo a los
Corintios (10.16-17) tiene que ver precisamente con la idolatría que borra la
memoria de la historia de salvación en nosotros: “Así, pues, queridos míos
huyan de la idolatría”: A los sacrificios de la religión judía seguía una cena
en el templo para comer el animal sacrificado y entrar así en comunión con la
divinidad. En Corinto entre los convertidos al cristianismo algunos continuaban
participando en dichas comidas. Pablo quiso dejar bien claro que se entraba en
comunión con Jesucristo o se buscaban otros caminos de comunión idolátricos
para tener la experiencia de la divinidad; pero no se puede participar al mismo
tiempo de la mesa del Señor y la mesa de los ídolos. “El cáliz de la bendición
con el que damos gracias ¿no nos une a Cristo por medio de su sangre? ¿Y el pan
que partimos no nos une a Cristo por medio de su cuerpo?” Para Pablo la
eucaristía es incompatible con cualquier tipo de ídolo o desierto consumista,
corrupción, sexo, poder, dinero, política o “egolatría”.
PARA
SUPERAR LOS ÍDOLOS.
Gran parte de las realidades de hoy así sean urbanas que
rurales, públicas o privadas, familiares o sociales están invadidas de ídolos
que no dejan sino desiertos o soledades afectivas y morales; y a otros niveles
sociales harturas materiales y carencias espirituales que acumulan más cosas
que sentido y más dinero que valores.
La comunidad de Corinto superó, los ídolos de su momento,
participando de la sangre y el cuerpo de Jesús. Lo interesante de la eucaristía
en relación a todos nuestros desiertos e ídolos consiste en que, antes del
criterio de la obligatoriedad, tiene un carácter social, de Koinonía,
(Koinonía en griego significa una relación de
intimidad y pertenencia tan profunda como interior, que forma un cuerpo, una
comunidad; sanando así la dispersión que produce todo ídolo. Cualquier ídolo
resquebraja la eucaristía como cuerpo porque rompe la comunión. “El pan es uno
y así nosotros, aunque somos muchos, formamos un solo cuerpo, porque todos
comemos del mismo pan. (Segunda lectura).
Es tan profundo y de tanta responsabilidad de quien está
formando cuerpo y haciendo comunión desde la eucaristía, que Pablo afirma:
“Quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propia condenación”
(los ídolos). (1 Cor 11,29). “Convertíos en aquello
que recibís y recibid lo que vosotros sois” (San Agustín): Cristo es el
alimento vital, más fuerte, con que él cuenta el hombre para afrontar los
ídolos. El Espíritu del resucitado tiene como misión rescatarnos de los ídolos:
“El pan que yo les doy es mi carne para que tenga vida el mundo. El que come mi
carne y bebe mi sangre tiene vida eterna y yo lo resucitaré el último día. El
que come de este pan vivirá para siempre” (evangelio)
Los creyentes, la comunidad, no sólo celebran la fiesta
del Corpus Christi, sino que es Corpus Christian partido y donado de unos para
otros; especialmente para los pobres que son los menos incluidos debido a que
todos los ídolos de la sociedad son todos excluyentes.
Donde hay inclusión hay cuerpo, comunidad y fiesta del
Corpus Christi; donde aparecen polarizaciones como las nuestras son los signos
externos del triunfo de los ídolos que se levantan sobre reconciliación perdida
y la paz debilitada.