FIESTA DE
“La
Transfiguración: Fugaz visión de |
- La Iglesia celebra hoy la Fiesta de la Transfiguración del Señor.
Posiblemente muchos cristianos piensen que se trata de un episodio más de la
vida de Cristo y no se percaten de la trascendencia que encerraba aquella
momentánea Transfiguración gloriosa de Jesús.
- Para conocer esta trascendencia hemos de tener en cuenta estas
premisas: los humanos estamos constituidos, por una naturaleza humana, compartida,
y por una persona humana, que nos singulariza.
- Según la revelación divina, en Jesucristo no es así. Su Ser está
constituido: por una Persona Divina
(la 2ª de
¡Así es Cristo y así es como
el Padre lo envía al mundo!
- El plan divino de la Encarnación del Hijo de Dios preveía que Jesús
asumiera una verdadera naturaleza humana,
como la nuestra: “Se hizo semejante a
nosotros en todo menos en el pecado” (Hbr. 4-15) y que a esa naturaleza humana, se uniera,
intrínsecamente,
- De su naturaleza humana, tuvimos
evidencia desde el primer momento de su nacimiento en Belén y durante las
etapas de su vida terrena. Pero ese Jesús, verdadero hombre, es también, por su
Naturaleza Divina, ¡verdadero Dios!, y esta faceta, conocida
por la revelación, Jesús procuraba que pasara desapercibida para que, el
esplendor de su Divinidad no alterase la naturalidad de sus comportamientos.
- El día de su Transfiguración Jesús
quiso que, aquellos discípulos predilectos, que iban a ser testigos de sus horas
más dramáticas, en las que se impondría el “poder
de las tinieblas”, tuvieran una evidencia, (aunque sólo fuera por unos instantes),
de su Divinidad y su Vida Gloriosa para que,
apoyados en aquella visión y en las palabras del Padre, reconfortaran su Fe y pudieran ser testigos en
el mundo entero.
- Es un deleite comprobar como San Pedro, pasados muchos años, dejaría
constancia (II Pedro 16,19) del impacto
que a él le produjo aquella visión de
“Cuando
os dimos a conocer el poder de nuestro Señor Jesucristo, no nos fundábamos en
invenciones fantásticas, sino que habíamos sido testigos oculares de su grandeza
estando con Él en el monte santo”. G.Soto