XXI Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclo A

 

DE EXCURSIÓN POR LA FRONTERA

 

Padre Pedrojosé Ynaraja

 

1.- Nos gusta referirnos a la personalidad de Jesús, porque es sumamente atractiva. Su formación fue en parte “académica” y en parte autodidacta. Aprendió lenguas, seguramente, en Sephoris y allí se hizo rabino. Se formó junto a su Madre Santa María y aprendió de José múltiples habilidades. Ahora bien, no fue ajena a su cultura la misma naturaleza. Las flores del campo, las veleidades de las aguas libres, las guerrillas que en el interior la materia orgánica modifican organismos microscópicos, etc. ¡Pobre de mí!, si ahora mismo se me apareciera físicamente el Señor ¿me reñiría porque nunca fue este y así, su lenguaje? Creo que no. Seguramente se reiría de mí, al comprobar mis esfuerzos por adaptar su lenguaje al nuestro.

 

2.- El Señor, durante su vida apostólica, no me gusta llamarla pública porque nunca fue un ciudadano clandestino, se relacionó con sus vecinos que le conocían de sobras, a Él y a su parentela. Viajó también, no tanto como dan a entender las películas que sobre Él se han hecho. Durmió, comió, rezó, meditó. Y bebió agua, sin duda. Si os he dicho que viajó, es porque no se limitó a ir a Jerusalén en los preceptivos días de Pascua. Arriba y abajo, de la alta a la baja Galilea. Al Líbano o al oriente del Jordán, también se desplazó. Y los viajes siempre enriquecen, para los que tienen los ojos abiertos y cerebro y corazón dispuestos a aceptar dones imprevistos. Ahora bien, no de todo lo que aprendió de la naturaleza, tuvo tiempo de hablarlo, o al menos no nos ha llegado noticia de ello. Esta introducción sirve para situar el relato evangélico, que recoge la liturgia de la misa de este domingo.

 

3.- El trayecto desde Cafarnaún a las estribaciones de la cordillera del Líbano, transcurre teniendo siempre al lado el Jordán, cuenca fértil, con cultivos al otro. Cerca del final de la excursión, nuestro río se atreve a hacer pinitos y salta en numerosas cataratas, llenas de encanto. Antes ha atravesado un lago que la Biblia ni siquiera menciona, el Hule. Por el camino vería también diminutas orquídeas y enfrente tendría a la vista, o nieves en las cimas, o algún que otro helero, que hasta el verano perduraban. Será por eso del cacareado cambio climático, que desde hace unos años, cuando por esas tierras voy, ya no veo ni una sola mancha blanca, de escondida nieve helada. El camino sube, de estar bastantes metros bajo el nivel del mar en Cafarnaún, se empina luego y en Cesaré de Felipe, llega a los 350m por encima.

 

4.- La meta de la excursión era una de las fuentes del Jordán, la que más caudal aporta, que hoy se llama Banyas. Muy próxima a otra, también de agua abundante, que es la de Dan. El paisaje es soberbio y sugerente y a eso me voy a referir. Dejadme, mis queridos jóvenes lectores, que os advierta que por el entorno y esculpidos en las rocas, se ven todavía, nichos donde hubieron imágenes del dios Pan, divinidad pastoril. En las proximidades de este entorno, se levantó por aquellos tiempos una ciudad, que el reyezuelo de turno dedicó al emperador de Roma, de aquí lo de Filipo y Cesarea. De nada de esto hablaría el Maestro con los suyos, pero yo me atrevo a hacerlo con vosotros.

 

5.- Llegarían algo cansados, el pequeño llano invitaba a sentarse, mirarse la cara de fatiga que todos tendrían, comentar el paisaje y hablar quedamente con los compañeros. Jesús aprovecha la ocasión. Con los que uno confía, le gusta saber sus opiniones y ahora que ya llevan un tiempo viviendo juntos, sin aislarse del pueblo, es hora de preguntarles sobre su misma persona. Le contestan sin tapujos. Hablan de lo que dicen de Él los demás, no callan nada.

 

Jesús ahora lanza carga de profundidad:

 

--¿Qué piensan ellos de Él?

 

Sin encomendarse ni a Dios, ni al diablo, así pensaba él, salta Simón:

 

--Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo….

 

6.- ¡Anda ya!...Pues, no. el Maestro no le llama exagerado. Le advierte que sin darse cuenta, ha estado tocado por la mano amorosa de su Padre, que es quien le ha inspirado aquella respuesta.Ante el asombro de todos y envuelto en las sugerencias del paisaje, le dice:

 

--Tú, Simón, de ahora en adelante, te llamarás peñasco, (quefas en arameo, petron en griego, pedro en roman paladino) fuerte y firme como el que vemos delante. Para ti tengo grandes proyectos. Muchos de mis propósitos se realizarán contigo y en ti. Serás fundamento de mi ensueño, de mi iglesia. ¿Ves aquel inmenso agujero? La gente dice que es la puerta del infierno, no te inquietes. Este antro no podrá nada contra ella. Tú, pescador de artes sencillas, redes y anzuelos, tendrás poder de decisión. Esto y otras más cosas, dijo.

 

7.- En este momento, tal vez pensó el Señor que había sido imprudente adelantándose a lo que tenía previsto decirles y lo tenía reservado para más tarde. Pero no importa, con ello se darían cuenta de la confianza que en ellos tenía puesta. Eso sí, les pide reserva. No hablen de ello por entonces, ya tendrán tiempo de comentar largo y tendido, lo que allí les ha contado, bastante más tarde. Aquí fue el anuncio, la confirmación llegaría otro día.

 

Ahora os digo, mis queridos jóvenes lectores, ¿tenéis amigos a quienes confiáis vuestras esperanzas? O ¿tal vez sois herméticos, reservados, prudentes hasta el extremo, que no explicáis nada a nadie?

 

Y para acabar os advierto una cosa. Os decía al principio que la personalidad humana de Jesús es muy atractiva, os lo expresaba en lenguaje muy nuestro, Dios me libre de que lo que os he dicho caiga en manos, o más bien a la vista, de un “teólogo de laboratorio” de la escuela tomista. En su vocabulario, muy respetable por cierto, el Maestro sólo tiene personalidad divina. Lo que os he hablado, debería atribuirse a su naturaleza, que esta sí que es doble, divina y humana. ¿Os da risa? Pues a mí en mis tiempos de seminarista, tal vocabulario, supuso una buena reprimenda en clase, por parte del profesor de teología. Y ahora soy yo el que me río recordándolo y confiándooslo.