Tan
fácil como decir “Gracias”
Hemos
olvidado dar gracias. Hay demasiada auto-suficiencia, orgullo, vanidad,
soberbia. La gratitud nos llevaría a aceptar nuestra pequeñez, dependencia, limitación y, hay que
admitirlo, ya no lo vemos tan claro. La civilización nos ha dado demasiado
poder, facilidad, comodidad. Estamos en el mundo de las competencias y Dios
está fuera de este juego.Dios es gratuito, aunque como añade un autor, “no es
superfluo”.
En
el medio en el que vivo actualmente, la gente sencilla de mi parroquia, le
enseña a sus hijas e hijos desde temprana edad a decir “gracias”. Cuando se
termina la comida en la mesa familiar, cada uno de los comensales va
pronunciando los nombres de cuantos le acompañan y repitiendo: “Gracias”
después de cada nombre. Así la mesa, el nombre y la comida se convierten en
ritual sagrado de gratitud.
Somos
seres agraciados. Estamos colmados de dones, bendiciones, amistades, fe. Es la
gracia de Dios que nos sobreabunda. Y
esto sin mérito alguno de nuestra parte. “La raíz del amor de Dios está en la
gratuidad” (Santo Tomás”). Y cuando somos capaces de reconocer su cercanía y su
ternura para con nosotros, se ensancha el corazón y nos hace felices. “La
gratitud es una manera de ser feliz”. Nuestra vida será una fiesta para compartir
y contagiar.
Dios
nos va llamando a trabajar en su viña. Lo va haciendo a horas diferentes. Y el
salario será el mismo para todos/as. A los de menos horas también les da la
misma cantidad que a quienes trabajaron todo el día. Es bondad suya. Nadie
puede medir su amor, su afecto, su predilección. Él nos ama y con su amor nos
dignifica, nos eleva. Jesús nos enseña a dar Gracias al Padre y quiere que
recibamos sus dones en gratitud. También los del prójimo…
Cochabamba 24.09.17
jesús
e. osorno g. mxy
jesus.osornog@gmail.com