La versatilidad del amor

 

Paolo Giordano, novelista italiano, en su obra cumbre: “La soledad de los números primos”, en forma detallada, hace un análisis sobre el amor de pareja y sus incidencias en el día a día. Pareciera que para él, el amor es un combate en el que combinan fuerzas el miedo y el sufrimiento. Llega a afirmar que el “amor de pareja es cansador” y que se requiere de una gran versatilidad para superar rutinas, cansancios y rituales repetitivos.

Indudablemente que el amor es creador, innovador, transformador. Pablo dice que el amor no se cansa. El amor es holístico. No se le escapa ningún detalle, ningún rostro, ningún color, ningún ruido… claro que su hábitat es el silencio y sólo en el silencio se le escucha. Allí es donde se encuentra con Dios. Todo en él es purificador y sanador. La sola mirada ya es lenguaje amoroso. En el horizonte íntimo del corazón se encuentran quienes saben amar.

El Dios bíblico es Amor. La expresión máxima de ese amor es Jesucristo. Para ponderarnos la medida del amor, lo plasmó en la Cruz: “El verdadero amigo es quien da la vida por sus amigos”, dijo. Y en Él encontramos cumplido este ideal. Para quienes nos llamamos “seguidores” suyos, no hay otra alternativa: “Amar con toda la mente, con todo el corazón, con todas las fuerzas”. Ese es su mandamiento, el primero.

Pero la enseñanza de Jesús no queda ahí. Hay un segundo mandamiento que es IGUAL al primero: El amor al prójimo. En esa igualdad de los dos está toda la novedad del Evangelio. Jesús une lo divino con lo humano. Simplifica la religión, “seculariza” el amor, lo  pone en el ámbito de lo laico. El amor es la asignatura primera del creyente. Pero esa asignatura pasa por la rectitud de vida, el respeto, la tolerancia, los mil detalles de cada día que nos convierten en ciudadanos auténticos, parejas amorosas, consagrados y consagradas al servicio de la nueva humanidad.

Cochabamba 29.10.17

jesús e. osorno g. mxy

jesus.osornog@gmail.com