XXX DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO, CICLO A
COMPORTAMIENTOS
ANTIGUOS Y ACTUALES
Padre Pedrojosé Ynaraja
1.- Muchas veces oigo decir que no gusta leer el
Antiguo Testamento porque todo son luchas, venganzas, violencia y ambición. Y
lo malo es que en todo ven o creen que está implicado Dios, que lo aprueba, que
le gusta tales comportamientos. Quienes lo dicen,
generalmente, solo han leído textos de los que llamamos históricos y si solo
conocen estos, evidentemente, no carecen de alguna razón.
2.- Yo no os digo, mis queridos jóvenes lectores, que
os traguéis de golpe los libros sapienciales, ni que os entretengáis en tratar
de entender los múltiples preceptos y ritos que describen algunos libros. Ni
las pesadas genealogías que se incluyen. Pero no juzguéis apresuradamente todos
los contenidos. Muchos preceptos que se dan, tienen vigencia, hoy, con tal de
que sepamos traducir a nuestros tiempos los criterios que vigían, las
costumbres que impregnaban sin remedio, aquellas culturas, sus normas sociales
y la de los pueblos del entorno. A veces cuesta muy poco, otras exigen estudio,
no os lo niego.
3.- El texto de la primera lectura de la misa de
hoy, nos habla de cómo se debe acoger al extranjero, de cómo aceptar al
emigrante, cómo tratar al marginado, como atender al que ha sido víctima de una
desgracia imprevista, de una situación catastrófica. Sirven hoy en nuestra
actualidad, las normas que se dan, son oportunas, todavía hoy. Nadie lo puede
negar.
4.- Yo no sé cuánto durará el fenómeno, pero
sabréis mejor que yo, que concentraciones y manifestaciones que hoy en día
acontecen, no se anuncian a toque de campana o de trompeta. Ni se convocan
mediante reuniones de socios, de clubs, de sindicatos o de asociaciones de
vecinos. Se comunican y animan a acudir, mediante cortos mensajes, sean SMS o
los WhatsApp. Uno se entera hoy de lo que hace o piensa, o se propone hacer un
vecino, o el habitante de las antípodas, casi antes de que empiecen a suceder.
Y nadie niega lo útiles que son.
5.- ¡Cómo hubiera disfrutado San Pablo, de haber
dispuesto de estos medios, de toda esta manera de comunicar, que tenéis
vosotros, mis queridos jóvenes lectores! Ahora bien, pienso yo ¿os transmitís
los logros de una conversación que ha podido corregir los errores de un
compañero, o los desánimos y frustraciones que le llevaban a la desesperación a
otro? ¿Os contáis vuestros éxitos respecto a lo que os habíais propuesto para
mejorar los ambientes por los que os movéis? ¿Estáis enterados de las andanzas,
aventuras y peligros por los que pasan vuestros amigos o compañeros de ideales?
6.- Si comunicáis de inmediato quien ha subido a
un podio, quien ha ganado un trofeo, qué equipo ha triunfado o qué partido ha
ganado unas elecciones y nada decís de los que han vuelto a la Fe, de los que
colaboran con Caritas, o de los que se ofrecen a voluntarios a acompañar
enfermos, a entretener y educar niños marginados y a nadie comunicáis los
logros y crecimiento de la Fe, es que os falta todavía generosidad y tener clara
escala de valores. Mirad, analizad, imitad lo que Pablo dice de los de
Tesalónica, de su comportamiento, de sus vivencias.
7.- Cuando uno se entera de que han derrotado al que
consideraba su enemigo o adversario, le parece que está más próximo su triunfo
y ya empieza a satisfacer su orgullo. Algo así es lo que les pasaba a este
grupo de fariseos, cuando se enteraron de que sus contrarios, los saduceos,
habían hecho el ridículo al querer desprestigiar a Jesús. Se acercan y arguyen
con maestría, como buenos intelectuales y listos que son. La respuesta de Jesús
no es brillante, no se ufana de sus conocimientos eruditos, les dice simple y
llanamente la verdad, tan simple y llanamente que no pueden indignarse, no
pueden atacarle. Ante los oyentes circunstanciales, no les tocaba más que
callar. Y “hacer mutis por el foro”, como se dice, o se decía, vete a saber, en
lenguaje teatral...
¿Buscáis vosotros, mis queridos jóvenes lectores,
pronunciaros con sencillez aunque por ello a nadie deslumbréis? ¿Os contentáis
con decir la verdad sin que se satisfaga vuestra vanidad?