DOMINGO  XXXI   (A)   ( San Mateo, 23, 1-12)

 “Haced, pues, y guardad lo que os digan, pero no los imitéis en las obras”

 

-   En el Evangelio de hoy hay unas serias advertencias del Señor dirigidas  especialmente a quienes ostentamos una especial responsabilidad en la Iglesia. Dicho con otras palabras: el Evangelio de hoy está más dirigido a nosotros los pastores pero, ¡también hay “tela cortada” para las ovejas!.

Mensaje a  los Pastores:

- Es de lógica que, a quien se le otorga una representación de Dios, si quiere ser creíble, ha de ser en su vida coherente con esa alta misión y debe dar testimonio con su vida del mensaje que predica en nombre de Dios.

- Sin esa coherencia de vida el mensaje de Dios se desvirtúa, pierde gran parte de su eficacia, porque ese predicador incoherente pierde la fuerza moral para exigir a los demás lo que el no practica. Y esto es lo que les ocurría a los fariseos.

-  Si, hasta en el ejercicio de las profesiones humanas influye el prestigio personal, el porte, el talante del que lo ejercita, ¡con cuánta más razón será necesario ese prestigio, esa coherencia de vida personal en los que hemos sido llamados a transmitir, no un mensaje humano, sino el mensaje de la Sabiduría de Dios que tan profundamente implica toda la vida del hombre!

Mensaje a las “ovejas”:

- Pero, como os decía, ¡aquí nadie se puede ir de rositas! Porque hay también un mensaje para las “ovejas”, para los fieles corrientes:

            1º) Estaréis de acuerdo en reconocer que, esta alta responsabilidad de los pastores, puede resultar excesiva si tenemos en cuenta que la ordenación sacerdotal nos dio una especial Gracia de estado pero, no eliminó esa  natural debilidad humana, que los pastores compartimos con las ovejas. Por esta razón, los fieles, beneficiarios de la labor de sus pastores, deben sentirse solidarios con ellos y ayudarlos con su oración. Es a lo que la Iglesia suele invitar, con frecuencia, en la Oración de los fieles de la Santa Misa.

            2º) En segundo lugar, aún reconociendo que el mensaje de hoy es de especial aplicación a los Pastores, que duda cabe que, en cierta proporción, este mensaje incumbe también a todos los miembros de la Iglesia. El Concilio Vaticano II nos recordó, que todos los fieles cristianos, por el Bautismo, están llamados a realizar su propio apostolado laical de la Iglesia, ya que, el tema del apostolado, el testimonio cristiano, nos incumbe a todos porque, en la Iglesia no caben las “clases pasivas”.

                                                                                                                                    Guillermo Soto