PREPARAR EL CAMINO
Domingo 3º de Adviento. B
17 de diciembre de 2017
“Desbordo de
gozo con el Señor, y me alegro con mi Dios”. Esas palabras, tomadas de la
tercera parte del libro de Isaías (Is 61,10), resumen el ambiente de alegría
que caracteriza a este domingo tercero del Adviento. Nos alegramos, anticipando
ya la celebración del nacimiento de Jesús.
En el salmo responsorial se retoma el canto de María,
que resuena todas las tarden en la oración oficial de la Iglesia católica: “Se
alegra mi espíritu en Dios mi Salvador, porque ha mirado la humillación de su
esclava”. La alegría humana es un eco y una celebración de la intervención
divina en la historia.
Y el tema de la alegría retorna en la segunda lectura
de la misa de este domingo. En ella se
evoca el primer escrito apostólico, para recoger una preciosa exhortación de
san Pablo a los cristianos de Tesalónica: “Estad siempre alegres. Sed
constantes en orar” (1Tes 5,16). Se ve que la oración y la alegría se exigen
mutuamente.
LOS SENDEROS
El evangelio de
este domingo tercero del Adviento recuerda de nuevo la figura y el mensaje de
Juan el Bautista. Hay dos imágenes que lo definen:
• “No era él la luz, sino testigo de la luz”. Ninguno
de los profetas era la luz. En todo caso, anunciaban su aparición futura. Juan
ya está un paso más cerca del único que es la luz del mundo. Desde él, todos
los creyentes en Cristo tenemos esa gozosa y arriesgada misión de ser en
nuestro mundo testigos creyentes y creíbles de la Luz.
• “Yo soy la voz que grita en el desierto”. En la
segunda parte del libro de Isaías se daba cuenta de una voz celestial que
exhortaba a preparar a través del desierto un camino para Dios, que se
identificaba con su pueblo. Ahora Juan se presenta como una voz terrena que se
alza en el desierto. Los creyentes de hoy no podemos ignorar esa voz.
Es más, ya vemos que entre nosotros han surgido
hombres y mujeres que han alzado su voz en el desierto. Nos han recordado la
misericordia de Dios. Nos han exhortado a ver a Dios en los más pobres y
humillados de la tierra. Y han dado la vida por su coherencia. Este tiempo es
la hora de los testigos y de los portavoces.
EL ENCUENTRO
Siempre nos llama la atención tanto el extraño vestido
del Bautista como su dieta de saltamontes y miel silvestre. Pero casi siempre olvidamos
su humildad y su mensaje.
• “En medio de vosotros hay uno que no conocéis”. Esa
voz de Juan se dirige hoy a cada uno de nosotros. El Señor se ha acercado
cientos de veces a nosotros y otras tantas veces hemos decidido ignorar su
presencia.
• “En medio de vosotros hay uno que no conocéis”. Esa
voz del Bautista se dirige también a toda la Iglesia. El Señor está en la
comunidad que él ha convocado. Pero todos podemos caer en la tentacion de la
mundanidad, denunciada por el papa Francisco.
• “En medio de vosotros hay uno que no conocéis”. Esa
voz del profeta del desierto ha de dirigirse también hoy a toda la humanidad.
¿Cuántas crisis y cuántas guerras harán falta para que preste atención al paso
de Dios por la historia?
- Señor Jesús, Ayúdanos
a caminar en tu luz y a escuchar la voz de los profetas de hoy que nos
recuerdan tu presencia entre nosotros.
José-Román
Flecha Andrés