EL DESIERTO Y EL MENSAJE
Domingo 1º de Cuaresma. B
18 de febrero de 2018
“Yo hago un pacto con vosotros y con vuestros
descendientes, con todos los animales que os acompañaron: aves, ganado y
fieras; con todos los que salieron del arca y ahora viven en la tierra”. He ahí
el pacto que Dios establece con Noé después del diluvio (Gén
9,8). Es una alianza de paz. Dios quiere
recuperar la armonía del paraíso.
El pecado
rompió aquella armonía original con lo otro, con los otros y con el
Absolutamente Otro. Y el pecado quebranta hoy la deseable armonía del ser
humano con esta admirable creación que Dios le ha confiado. El viaje del papa
Francisco a la zona amazónica peruana nos ha invitado a repensar nuestra
responsabilidad en el desastre.
Hemos de
evocar aquel pacto al cantar hoy el salmo responsorial: “Tus sendas, Señor, son
misericordia y lealtad para los que guardan tu alianza” (Sal 24).
En la primera
lectura de cada domingo, esta cuaresma nos invitará a recordar la alianza de
Dios con la humanidad y con su pueblo, por medio de Noé, Abraham, Moisés, el
rey Ciro y el profeta Jeremías. Al
primer paso se refiere también la primera carta de Pedro (1 Pe 3,18-22).
LA TENTACIÓN
El evangelio
de este primer domingo de cuaresma es muy significativo. Es la obertura de ese
concierto de voces que, durante este camino hacia la Pascua, nos ofrece una
catequesis intensiva para ayudarnos a vivir el seguimiento de Jesús.
• En el
primer domingo de cuaresma se menciona siempre el desierto. A él es guiado
Jesús por el Espíritu antes de iniciar su misión. La imagen del desierto
sugiere soledad y austeridad. Más que un lugar es la oportunidad para
redescubrir la honda verdad de lo que somos.
• En el
primer domingo de cuaresma se dice siempre que Jesús permaneció cuarenta días
en el desierto. Además del lugar importa mencionar el tiempo, mencionando un
número que implica la plenitud de una vida de interioridad, de meditación, de
aceptación del plan de Dios.
• En el primer domingo de cuaresma se
recuerdan siempre las tentaciones de Jesús. El evangelio de Marcos se limita a
anotar que Jesús fue tentado por Satanás. Como el pueblo hebreo en su paso por
el desierto y como el mismo Jesús, también nosotros vemos puesta a prueba
nuestra fidelidad a Dios.
LA ARMONÍA
El evangelio de
Marcos no menciona las tres tentaciones, en las que se trataba de esclarecer la
identidad de Jesús como hijo de Dios. Pero nos ofrece tres detalles muy
importantes sobre él.
• “Vivía con
las fieras y los ángeles le servían”. Jesús era el nuevo Adán. Con él retornaba
la armonía original. Jesús traía la paz a la creación. Ante su dignidad se
inclinaban los mismos ángeles.
• Jesús salió
del desierto para predicar el Evangelio de Dios. Jesús era el nuevo Elías. Como
él, salía de la aspereza del desierto para proclamar la presencia del Dios
único.
• Jesús
resumía la obra divina y la respuesta humana que esperaba. Él era el Mesías
esperado. Con él se cumplía el tiempo y Dios ofrecía su realeza. Con él llegaba
la hora de la conversión y de la fe.
- Señor Jesús,
también nosotros necesitamos un tiempo de desierto y de silencio. Necesitamos
encontrarnos con Dios y con nosotros mismos. Hoy volvemos a ti nuestros ojos
con el deseo de seguir tus pasos y de escuchar tu mensaje. Concédenos el don de
la fe, que nos ayudará a convertirnos y a descubrir la belleza de la luz y de la vida. Amén.
José-Román Flecha Andrés