D O M I N G O   D E   R E S U R R E C I Ó N  (B) (Juan, 20, 1-9)

“Buscad las cosas de arriba, no las de la tierra”. ¡Estas acaban en el sepulcro!

 

1º) ¡JESUCRISTO VIVE!

-  La Semana Santa culmina con el Domingo de Resurrección. Durante esta Semana hemos recordado ese Viernes Santo en el que Dios, en sus arcanos designios, permitió que se impusiera, “la sin razón” y "el poder de las tinieblas".

-  Pero, ¡entonces y siempre!, la última palabra es de Dios: Cristo cumple su promesa y vence la muerte con el triunfo de su Resurrección gloriosa. Y por eso hoy la Iglesia celebra, reza y canta así el triunfo de Cristo:

 

"Este es el día en que actuó el Señor, sea nuestra alegría y nuestro      gozo".

-  Hoy la Iglesia proclama esta verdad, fundamento de la vida cristiana: ¡CRISTO VIVE! Cristo no es una figura que "pasó", que existió, dejándonos simplemente un recuerdo y un ejemplo maravillosos. ¡No!. ¡Cristo vive! ¡Este es el grito de la Vigilia Pascual!

            - Jesús muere realmente.

            - Es enterrado el Viernes Santo.

            - Pero, el último episodio de su vida no es, “el sepulcro escavado en la roca”, sino… ....

                             ¡La resurrección de la mañana de Pascua!

 

2º)  PRUEBAS DE LA RESURRECCIÓN. 

-  Nadie fue testigo ocular del acontecimiento de la Resurrección.

   Aunque, ¡eso sí!, es un hecho históricamente incontestable:

            -  El sepulcro custodiado,  para garantía de las autoridades romanas, ¡que aparece vacío!

            -  Las múltiples y variadas apariciones de Jesús, en cuerpo glorioso.

            -  El testimonio de un Ángel a las mujeres:

¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive? No está aquí, ha resucitado.

-  En la Resurrección de Cristo, ¡nos va todo a los cristianos! Así de  contundente se muestra San Pablo: “Si Cristo no resucitó, ¡vana sería vuestra fe y aún estaríais en vuestros pecados..... Pero no; Cristo ha resucitado de entre los muertos como primicia de los que mueren”.         (1ª Cor.15-17)

                                                                                                    Guillermo Soto