II Domingo de Pascua. Ciclo B

 

VIDA DE RESUCITADOS

 

Padre Pedrojosé Ynaraja

 

1.- Nietzsche dijo que no tendría Fe, hasta que los cristianos no tuvieran rostro de resucitados. Mis queridos jóvenes lectores, lo más pintoresco de las lecturas de este domingo es sin duda las apariciones de Jesús a los Apóstoles, la segunda en presencia de Tomás, que la vez anterior había estado ausente. No niego que sea muy importante y en varias ocasiones os la he comentado. Tocar parece ser una prueba, pese a tantos errores sensoriales que puede sufrir el tacto. De todos modos, lo que más se repite es ver, e implícitamente, contemplar y experimentar.

 

2.- Si yo un día tocara el Santo Síndone de Turín, las trazas en él guardadas, que no dudo sean del Señor, no por ello tendría más Fe de la que hoy tengo. Lo dije un día, al volver de contemplar de cerca y fotografiar la prodigiosa pieza, llegando a casa cerca de la medianoche, sentí ganas enormes de encontrarme con el Señor celebrando la misa, antes de ir a dormir. Lo hice y me sentí feliz. Y en el altar ni vi ni toqué físicamente a Cristo.

 

3.- A Tomás le llamo yo el discípulo científico y me hace mucha gracia su proceder, como me interesan tantos descubrimientos y realizaciones de la técnica de hoy. Sé muy bien que por mucho que deslumbren, serán superados pronto o tarde. O, tal vez desechados, ya que nuevos descubrimientos o hipótesis los han desterrado al olvido. O tal vez se trate de nuevas interpretaciones de un fenómeno. De Jesús de Nazaret nada ha sido superado o desmentido.

 

4.- Lo que os voy a contar no lo hagáis nunca, mis queridos jóvenes lectores. No os digo que me imitéis, pese a confiaros que lo he hecho unas cuantas veces. Si uno vacía un poco de butano de una bombona y se lo pone en el cuenco de la mano, la vista le dirá que aquel líquido está caliente, pues lo ve hirviendo, y es verdad. Debería, pues, quemarle la extremidad, pero no  ocurre así. Si los ojos ven una cosa, la piel, el tacto le dice otra cosa. Siente un extremado frío que llegaría a congelarle si le permitiera quedarse un rato entre los dedos y fuera grande el contenido líquido. Os he puesto un ejemplo, existen muchos más y sin los peligros de este.

 

5.- Los sentidos engañan muchas veces. Seguramente lo que sedujo a Tomás fue su mirada. Hizo presente los recuerdos que conservaba de su bondad, que correspondía sin duda a Aquel que tenía ante sí. Creyó por ello. Arriesgo sus convicciones y profesó su Fe. Pero lo que entusiasma de las lecturas de la misa de hoy es el contenido de la primera lectura. Es una descripción de las vivencias de la comunidad cristiana. Entre ellos habría muchas diferencias: de edad, de patrimonio, de lengua y de actitudes políticas. Y, no obstante, tenían un solo corazón.

 

6.- ¿Cómo pueden los cristianos de hoy influir eficazmente en el ejercicio de la justicia social, de la comunión de bienes, de la ausencia de diferencias de cultura, clase y monetaria, si la  diferencia de compromiso político, es decir el estar afiliados a partidos diferentes, crea tantas barreras de participación comunitaria, de amistad y de colaboración mutua? ¡Cuánto se conseguiría de la celebración de la Eucaristía en la que los asistentes se miraran unos a otros, recordando, simpatizando, amando, pese a las diferencias de partido político al que pertenece cada uno!

 

7.- Recuerdo que un día, de esto hace muchos años, vinieron a mi casa gente joven. Pasaban el día separados ya que unos disfrutaban en una piscina, otros caminando por el bosque. Al atardecer estábamos un día jugando al póker y una preciosa chiquilla le dijo a un serio joven recién casado: mira, venía aquí al poco de vivir y sufrir huelgas y violencias en la gran empresa que trabajo, cuando me he enterado de que tú eras ingeniero nuclear y todos estábamos en la misma mesa jugando alegremente, he pensado que se arreglarían o evitarían muchos conflictos si obreros y profesionales técnicos jugaran juntos en la misma mesa de cemento como la que lo estamos haciendo nosotros.

 

8.- Se lo confiaron más tarde, ella era de la JOC, vivía en una barraca marginal, villa miseria llaman ahora o favela, de la gran ciudad. Él estaba comprometido en Pax Romana y residía en una edificación dotada de todos los medios imaginables, que le proporcionaba la empresa propietaria del reactor. El encuentro que creían fortuito, la amistad que pronto surgió, la identidad de Fe, creó íntima unión. No se trataba de un chico y una chica solos, venia ella con amigas, él con esposa y habían llegado de vacaciones otros más. Se dormía en literas y se comía lo que en convivencia de camping se puede cocinar. Se hablaban ellos, se comunicaban personalmente sin enviarse wasap, silbidos o señales de fuego que por aquel tiempo podían existir.

 

9.- Si en la primitiva comunidad unos hablaban arameo y otros, griego, en aquel rincón del que os vengo hablando, bajo los pinos, unos se expresan en castellano, otros en catalán. Todos nos sentíamos amigos y cuando todos manifestaron su Fe común, la cosa se mejoró aún más.

 

Los Apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor con mucho valor. Y Dios los miraba a todos con mucho agrado, dice el texto proclamado en la misa. ¿Qué os parece?