4ª semana de Pascua.
Domingo B: Jn 10, 11-18
Todos los años en este domingo, 4º de Pascua,
Pastores también se llamaba
a veces a los reyes y a todos los que en la vida tienen una responsabilidad de
ser conductores o guías de otros. De aquí que las palabras de Jesús proceden de
una polémica porque habiendo puesto Dios como guías del pueblo a algunos
entendidos en
Jesucristo es el “buen
pastor”, porque está dispuesto a dar su vida por aquellos a quienes ha venido a
salvar. El nos da el alimento espiritual que necesitamos, renueva las energías,
cuando estamos cansados, nos guía por el camino recto, cuando encontramos
situaciones peligrosas, está a nuestro lado para reparar las heridas del alma.
Siempre actúa por amor. Nadie como Jesús puede decir que “las ovejas le
pertenecen”. Las conoce de verdad y nos ama a cada uno de nosotros.
En cierto sentido todos
somos un poco pastores, ya que encontramos gentes a quienes podemos y debemos
guiar hacia el bien. Pueden ser hijos, padres ancianos, amigos, vecinos,
compañeros y muchos débiles y necesitados. Pero para el camino de la salvación,
el del espíritu, que es el principal camino, Jesús quiso dejar, para representarle,
a san Pedro y sus sucesores. Cuando Jesús le daba la responsabilidad a san
Pedro le decía: “pastorea a mis ovejas”. Ayudando al sucesor de san Pedro están
sobre todo los obispos y sacerdotes. Ciertamente ha
habido algunos o bastantes que no han cumplido con el deber de ser buenos
pastores; pero la mayoría sí cumplen bien. Por eso no hay derecho a que por
unos pocos todos sean perseguidos injustamente. En este día del “buen Pastor”
debemos pedir para que haya muchos buenos pastores, que sigan el ejemplo de
Jesucristo, hasta dar la vida. Y cuando se dice dar la vida, se entiende que es
la fortuna material, la fama, posición social, seguridad, etc.
En esta vida todos
necesitamos guías y buscamos ejemplos a seguir. Muchos jóvenes sólo encuentran
ejemplos en artistas famosos o deportistas. Ciertamente que éstos tienen una
responsabilidad al ser tenidos como ejemplo por muchas personas; pero también
debemos pensar que las cualidades externas son transitorias y que lo que queda
es el valor espiritual, que a veces en muchos de ellos falta.
Hoy Jesús nos dice que
tiene “otras ovejas que están fuera del redil”. Es una llamada universal. Nos
indica su deseo de felicidad para todos, para que también nosotros lo
compartamos y podamos ser comunicadores de vida, especialmente comunicando
amor. El amor no tiene límites y quiere que todos tengan nuestra alegría de
pertenecer al grupo de Jesucristo. Para ello debemos conocer más internamente a
Jesús. El nos dice que “sus ovejas le conocen”. Conocer para los antiguos no
era algo sólo del intelecto, sino que toda la persona estaba involucrada. El
verdadero conocimiento llega al amor. No es sólo saber que Dios es nuestro
Padre, sino experimentarlo y sentirle a nuestro lado como puede estar el padre
o madre de carne y hueso. Hoy con este ejemplo nos quiere enseñar que el Padre,
el Hijo y el Espíritu están a nuestro lado, que Dios nos acompaña y nos da la
confianza de vivir bajo su misericordia para poder estar un
día juntos en su eterna gloria.