PASCUA
– DOMINGO VII B
Fiesta
de la Ascensión
(13-mayo-2018)
Jorge Humberto Peláez S.J.
Significado
de la Ascensión para el Señor, los discípulos y la Iglesia
ü Lecturas:
o Hechos
de los Apóstoles 1, 1-11
o Carta
de san Pablo a los Efesios 1, 17-23
o Marcos
16, 15-20
ü Con
la fiesta de la Ascensión, se cierra el ciclo que se había iniciado con la
Encarnación, cuando el Hijo eterno del Padre se despoja de los atributos de la divinidad
para asumir nuestra condición humana en todo, menos en el pecado. Por eso Jesús
vivió la pobreza, la incomprensión, las acusaciones falsas, la traición, fue
tentado, experimentó el dolor y fue condenado a muerte injustamente. La
Ascensión es la culminación de ese ciclo.
Podemos profundizar en este misterio guiados por tres preguntas: ¿Qué
significa la Ascensión para el Seños, para los apóstoles y discípulos, y para
la Iglesia?
ü La
respuesta a la primera pregunta: ¿Qué significa la Ascensión para el Señor?,
nos la ofrece san Pablo en la Carta a los Efesios que acabamos de escuchar: “Con
esta fuerza resucitó a Cristo de entre los muertos y lo hizo sentar a su
derecha en el cielo, por encima de todos los ángeles, principados, potestades,
virtudes y dominaciones y por encima de cualquier persona no solo del mundo
actual sino también del futuro. Todo lo puso bajo sus pies”. Estas elocuentes
palabras de san Pablo nos explican el significado de la Ascensión para el Señor
Jesús: es su exaltación como Señor del universo; es su glorificación. Lo que
había comenzado con la Encarnación culmina con la Ascensión. Y empieza a
escribirse un nuevo capítulo de la historia de la salvación
ü Busquemos
respuesta a la segunda pregunta: ¿Qué significa la Ascensión para los apóstoles
y discípulos?
o Tienen
sentimientos encontrados. Por una parte, sienten una gran alegría al ver a su
amado Maestro glorificado y que sube a los cielos; por otra parte, se sienten
tristes porque ya no disfrutarán de su presencia física, no escucharán sus parábolas
del Reino ni tendrán inolvidables conversaciones alrededor de una fogata al terminar
una agotadora jornada apostólica.
o Ha
concluido el proceso de formación, que tuvo dos etapas: La primera de ellas
fueron los tres años de la vida pública de Jesús; la segunda etapa fueron los
cuarenta días con el Señor resucitado, donde recibieron las instrucciones
finales. Ha terminado su ciclo como discípulos y ahora deben convertirse en
maestros y orientadores de las nuevas comunidades.
o Este
cambio de roles genera desconcierto pues necesitan conectarse con la nueva
situación para empezar a desarrollar su nueva agenda. Este fue el asunto que
pusieron de relieve los dos hombres vestidos de blanco que les llamaron la
atención: “Galileos, ¿qué hacen allí parados mirando al cielo? Ese mismo Jesús
que los ha dejado para subir al cielo, volverá como lo han visto alejarse”.
o Este
tirón de orejas de los dos personajes vestidos de blanco sigue siendo válido
para aquellos movimientos espirituales que tienden a desconectarse de la vida
real. Hay personas que por dedicarse a las actividades apostólicas descuidan
sus responsabilidades básicas como miembros de una familia. Esa no es la voluntad
de Dios. No podemos fomentar experiencias espirituales que nos lleven a evadir
la realidad. La espiritualidad debe ser encarnada y generar compromisos concretos
con la transformación del aquí y del ahora.
ü Exploremos
ahora la tercera y última pregunta: ¿Qué significa la Ascensión del Señor para la
Iglesia naciente?
o A
partir de la Ascensión del Señor y de Pentecostés, se abre una nueva etapa de la
historia de la salvación, el tiempo de la Iglesia, donde el Espíritu Santo será
quien acompañe a la comunidad de fe en
su peregrinación hacia la Casa del Padre.
o Los
discípulos han recibido la misión de anunciar el Evangelio a todos los pueblos.
Carecen de una estructura organizacional o, como diríamos en el lenguaje de
hoy, no tienen una logística. Las comunidades cristianas se irán forjando en
las casas de familia de los recién bautizados. Allí leerán la Palabra de Dios,
profundizarán en ella, harán oración y partirán el Pan.
o El
libro de los Hechos de los Apóstoles reproduce las catequesis de los Apóstoles,
donde está la esencia del anuncio que debe predicar la Iglesia de todos los
tiempos. Se trata de presentar la Persona y el mensaje de Jesucristo en su
integridad, sin sesgos ideológicos.
ü Ahora
bien, la fidelidad al mensaje o kerigma fundamental no puede identificarse con
el inmovilismo o la repetición mecánica de unos enunciados. La Iglesia debe
estar en discernimiento permanente; debe preguntarse cómo anunciar a Jesucristo
en una cultura digital; debe analizar los enormes desafíos que plantean las inequidades
económicas y el cambio climático que amenaza la vida en el planeta Tierra. No podemos
vivir encerrados en una cápsula que nos aísle de los gozos, esperanzas y temores
de la gente nuestro tiempo. Es necesario estar leyendo los signos de los tiempos.
El Espíritu Santo, que procede del Padre y el Hijo, concederá a la Iglesia los
dones que le permitan hacer este discernimiento.
ü Es
hora de terminar nuestra meditación dominical, en la cual hemos explorado tres
puntos: ¿Que significa la Ascensión para el Señor Jesús?, ¿qué significa para
los apóstoles y discípulos? y ¿qué significa para la naciente Iglesia? Podemos
sintetizar así las respuestas que hemos encontrado:
o Para
Jesucristo, la Ascensión es la culminación del ciclo iniciado con la Encarnación,
y significa su glorificación.
o Para
los apóstoles y discípulos, significa pasar de ser alumnos para convertirse en maestros
y animadores de las comunidades.
o Para
la Iglesia, significa fidelidad al kerigma o anuncio fundamental, y discernimiento
de los signos de los tiempos.