P E N T E C O S T É
S (B)
FIESTA DEL ESPÍRITU SANTO (Juan, XX, 19-23)
¡Ven,
Espíritu Santo, llena mi corazón y
enciéndelo en el fuego de tu amor! |
- Solemos decir que, “la cara es el espejo
del alma”, por aquello de que,
por el rostro, por la expresión de la cara, podemos, muchas veces, hacernos una
idea del interior de las personas.
- No deja de ser curioso que
el Señor, para que podamos hacernos una idea de
a) No nos resulta muy difícil imaginarnos a
b) Tampoco tenemos
grandes dificultades para imaginarnos
a Dios
Padre porque, ese simple nombre de “padre”, es ya para nosotros muy
evocador. Y se trata de elevar esa idea de Padre a la máxima esencia.
c) Pero...., ¿Cómo hacernos
una idea, cómo “ponerle cara” a
- En el Evangelio, se nos han
revelado algunas “pistas” que nos pueden ayudar a hacernos una idea del Espíritu
Santo al que se le identifica en
Todos
estos elementos naturales, son vivificantes Todos ellos nos evocan vida y los
consideramos indispensables para el hombre, para los seres vivos. - Que al
Espíritu Santo se le compare con estos elementos vivificadores, sirve para
hacernos una idea de su Naturaleza y de esa especial función que, esta Divina
Persona, tiene encomendada y ha de realizar en nuestras almas. Que apropiado es
que, en nuestra Profesión de Fe, el Credo, le confesemos como: “Dominum et vivificantem” = “Señor
y dador de Vida”, de esa Vida
que ha venido Jesús a traernos: “Yo
he venido para que tengáis Vida”.
- Pero, cuando entra en juego y se pone espectacularmente de manifiesto esta riqueza vivificadora del Espíritu Santo fue, el día de Pentecostés. La venida del Espíritu Santo transforma por completo la vida de los Apóstoles: Aquellos hombres, hasta entonces, temerosos y huidizos: recuperan los ánimos, acrecientan sus fuerzas y se revisten de un inusitado valor para ser testigos del Señor, sin importarles ya jugarse la vida por la causa de Jesús.
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- Con la venida del Espíritu Santo, comprendieron
sus discípulos aquella insistencia e importancia que Jesús daba a la venida del
Paráclito, cuando les decía:
“Os conviene que yo me vaya, para que venga
a vosotros el Abogado que yo os enviaré, el Espíritu de verdad.
“Cuando
yo me vaya, El os recordará y os
enseñará todo lo que yo os he dicho y os llevará hasta la verdad completa”.
“Yo rogaré al Padre para que os de otro Defensor”-
Pentecostés
no es algo que sucedió…, ¡sigue teniendo actualidad!”
- Erraríamos si considerásemos
Pentecostés, únicamente, como un
acontecimiento histórico, que ocurrió hace XXI siglos. Aquel primer Pentecostés
lo que hizo fue, “inaugurar” la perenne presencia
y actividad del Espíritu Santo en
- Por esto, no es casual poder
comprobar que, precisamente en ese día de Pentecostés, se proclamara la
institución de este Sacramento del perdón:
“Recibid el Espíritu Santo, a quienes les
perdonéis los pecados……”
Y es que, como queda dicho, este
Sacramento, es uno de los cauces más
importantes por el que podemos experimentar los frutos y los dones del Espíritu
Santo.
Guillermo Soto